A finales del año 1995 y principios del 1996, se reportó una oleada OVNI en la zona centro - sur de la provincia de La Habana. Curiosamente, esta comienza en noviembre del ´95 (hasta donde conocemos), o sea, un mes después del famosísimo suceso de Torrientes, en la vecina provincia de Matanzas. La posible relación del fenómeno salta a la vista en cuanto al aspecto temporal, pero más adelante veremos que no es sólo en cuanto al mismo.

El caso de Adolfo Zárate creó una expectativa en la población de la zona, entre otras razones por su publicación casi inmediata en los medios de difusión masiva, incluyendo la televisión y la prensa escrita. En opinión del autor, este caso sólo sería superado en cuanto a la audiencia por el del OVNI de la Ciudad Deportiva, en aquella memorable jugada propagandística de la Cerveza Cristal, el 28 de Diciembre de 1954. Pero con una gran diferencia, pues de este no salió precisamente nada parecido a una bella bedett: su aparición fue fugaz, y no estaba sembrado en el suelo. Es más, este sí voló, y no precisamente como lo haría un artefacto de propaganda.

Ahora bien, resulta curioso que a pesar de ser mucho más importante una oleada que un caso aislado, pocas personas conocieron de lo que ocurrió un mes después del caso Zárate. Sin embargo, al investigar en la zona dos años después de estos sucesos, aún se sentía el frescor de los recuerdos en los testigos.

¿Oleada?

Sorpresivamente, al comenzar la investigación, aparecieron tantos testigos y tan convincentes, que al final del primer encuentro los que participamos nos sentimos desorientados. Ante la masividad comprobada en los avistamientos reportados en la zona, decidí realizar un censo en algunos de los pueblos afectados por el fenómeno. Esto nos llevó a pensar en la idea de una posible oleada, la cual se vió corroborada en la medida que íbamos avanzando en el trabajo.

Los resultados

Las preguntas realizadas a los encuestados fueron las siguientes:

1- ¿Observó usted el ovni?
2- ¿Ha escuchado sobre el caso?
3- ¿Lo vió con detalles?
4- ¿Lo vió en movimiento?

Durante la realización de los censos, me preocupé porque fuera lo menos influyente posible en la opinión de los testigos. Aunque esto no siempre era posible, pues los entrevistados nos hacían preguntas a las que en muchas ocasiones no podíamos evitar responder.

Gráfico con los resultados de los censos realizados

En la gráfica están representados en diferentes colores los tres pueblos que visitamos, en el eje horizontal y con números del uno al cuatro las preguntas que ya mencioné más arriba, y en el eje vertical el porcentaje de respuestas positivas. Las personas entrevistadas fueron más de 150 en Batabanó, casi 100 en Melena del Sur, y más de 50 en Guara. Los que participamos en este proceso fuimos dos personas, el que esto escribe y un ayudante, que aunque joven, resultó imprescindible y que adquirió rápidamente gran práctica, de nombre Juan Alberto Aveledo.

Como se observa, se comentó tanto el fenómeno que a veces resultaba trabajoso encontrar a personas que no conocieran del mismo. En Guara, casi la totalidad de los entrevistados conocían del caso. Debemos tener en cuenta que este conteo se realizó a dos años del suceso, aunque la mayor divulgación del mismo ocurre, precisamente, en los días posteriores a su ocurrencia, es decir, en un intervalo de poco más de dos semanas.

En la estadística, está nuestro interés en profundizar en el fenómeno, en llegar a sus raíces y razones de origen, y por sobre todo, a su realidad inobjetable. En nuestro país es primera vez que realizamos esta labor, y espero que en alguna medida, contribuya a insertarnos en la fenomenología OVNI del mundo. Sólo quirsiera agregar, que en la medida que se avanza en las investigaciones, este caso se ha ido extendiendo geográficamente, y en cada nueva zona que llegamos a visitar, nos aparecen nuevos reportes en lugares más alejados. Veremos hasta donde llega, realmente, este caso.