OVNIS
SOBRE EL CARIBE
Artículo publicado en la revista
Prismas (II)
Por Ricardo Potts
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La
noticia comenzó con un breve despacho de una emisora de Jagüey
Grande, provincia de Matanzas -120 kilómetros al este de
la capital- informando que Adolfo Zárate, de 74 años,
agricultor de la localidad de Torriente, declaró haber presenciado
en la mañana del 15 de octubre de 1995 el descenso de un
objeto en forma de platillo. Del OVNI surgió un ser con formas
humanoides, vestido con lo que parecía un mono o escafandra
y tocado con un casco, el cual recogió muestras de plantas
durante algunos minutos, regresó a su nave y levantó
el vuelo, desapareciendo en dirección sur.
Según
Zárate, quien permaneció oculto durante el tiempo
que el presunto alien descendió a tierra, la partida de la
nave originó "un gran chorro de candela como el del
ingenio (fábrica de azúcar) y una gran humareda blanca."
Zárate,
quien a pesar de su edad provecta hizo gala de lucidez y sangre
fría, comunicó el suceso a las autoridades, y posteriormente
el jefe del sector policial en la zona, Rafael Acosta, se personó
en el lugar y encontró "dos franjas de hierba fuertemente
comprimida que evidenciaron la presencia de algún vehículo
similar en tamaño y peso a un automóvil ligero."
Difundida
por radio y televisión, la noticia comenzó a generar
múltiples llamadas a emisoras y periódicos, informando
de otras apariciones en diversas zonas del país.
Contactado
telefónicamente por Prensa Latina, uno de los testigos, Rafael
Herrado Valdés, vecino de la zona de Sancti Spíritus
-370 kilómetros al este de la Habana- declaró que
a las tres de la madrugada del día 19 observó en el
cielo tres objetos redondos en formación de triángulo,
que volaban sin ruido y a gran velocidad de norte a sur para después
girar al este y desaparecer. Algo similar ocurrió en Puerto
Padre, en la oriental provincia de Las Tunas -680 kilómetros
al este de la capital -, donde cinco vecinos narraron que un OVNI
sobrevoló la zona durante varios días. Uno de las
testigos, Zenaida Martínez, lo describió como "una
luz amarilla grande con otras cuatro rojas y naranjas, intermitentes,
que se desplazaban sin hacer ruido".
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