MI
EXPERIENCIA CON ZARATE
Por
Carlos Alberto Heredero Gracia
Imágenes tomadas del documental "OVNIs...¿en
Cuba?
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A
finales del mes de julio de 1999 me decidí a visitar al protagonista
del caso más sonado del presente cubano. El caso Torrientes,
ocurrido el 15 de octubre del año 1995 (y ya tratado en la
sección de casos cubanos por mi colega matancero Orestes
Girbau) en su momento tuvo una repercusión inmensa. La radio,
la televisión y sobre todo la prensa, se hicieron eco del
suceso. Pero si, como algunos afirmaron, lo que Zárate buscaba
era protagonismo, no todo sería color de rosa para el protagonista.
Muchas cosas ensombrecieron ese momento, y también un tiempo
después.
Yo
tenía la esperanza de obtener una declaración del
testigo, y para eso llevaba mi acostumbrada cámara de video.
Me acompañaba Erick Mota, quien realizó ese viaje
junto a mí.
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Ubicación
del suceso
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Después
de más de 10 horas de viaje, por fin dimos con la residencia
de Adolfo. Es una casa sencilla que tiene un patio trasero, donde
amablemente se nos hizo pasar, no sin antes vencer inteligentemente
cierta resistencia por parte de la familia. Realmente, ni Zárate
ni su familia querían saber nada de platillos voladores,
o como decimos en buen cubano, "habían mandado al carajo
el asunto".
Zárate
se encontraba en ese momento algo mal de salud, psicológicamente
decaído y por si fuera poco, contrariado. Llegué de
inmediato a darme cuenta que iba ser imposible grabar una entrevista:
simplemente no quería. Nos limitaríamos entonces a
conversar un poco con él para tratar de conocerlo lo mejor
posible.
Ante
los comentarios que nos hizo, nos dimos cuenta de inmediato que
aquel suceso de Torrientes no había sido algo bienvenido
en la vida de este hombre de campo. Algo que no sería lógico
para algunos de nosotros, que investigamos el tema y que deseamos
un contacto alguna vez en nuestras vidas, le llenaba la mente a
esta persona.
Según
sus propias palabras, tantas cosas le habían sucedido desde
aquel hecho que ya estaba arrepentido de ser un testigo de tal naturaleza.
A su experiencia de hallarse detenido unas horas en el sector de
policía de su respectiva zona (tras reportar el suceso),
se agregaron las declaraciones y burlas de la prensa (con un lenguaje
muy poco cultural, por cierto).
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Zárate
fue blanco de burlas
de todo tipo
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Si
las publicaciones fueron duras con él, podrán imaginarse
sus "entrevistadores", que iban desde periodistas hasta
militares, pasando por científicos de reconocida aparición
en la televisión nacional. Me imagino que sus vecinos no
se quedarían atrás en estos ataques, pero comparado
con lo que este hombre pasó en los días que siguieron
al incidente a manos de los "profesionales" que pasaron
frente a él, no sería mucho.
Resulta
contraproducente un caso que su familia nos narró en su presencia
donde, ya en horas de la madrugada, alguien tocó a su puerta.
Sin abrirla, escucharon como una voz desde el exterior le proponía
dinero por oír su historia. ¿Curioso, verdad? Lo cierto
fue que Zárate no abrió la puerta, entre otras razones
por temor y desconfianza, las cuales ya estaban y estarían
afianzadas por el resto de los años de su vida.
Si
algo abunda entre los hombres, es el irrespeto a sus congéneres.
¿Quién va a creer a un viejo campesino que dice que
vio un platillo volador? ¿Qué importa si en el terreno
había huellas, o si los profesionales que darían el
dictamen sobre el asunto creían o no en OVNIs? ¿Qué
importancia tenía este hombre? Si la medimos por la magnitud
de las burlas divulgadas a nivel nacional, no sería más
que un loco.
Pero
el hombre de verdad, ese que fui a buscar personalmente en Torrientes,
era lo que yo me esperaba. Un campesino, ya entrado en años,
serio y trabajador. Un hombre que estaba cansado de hablar de "el
asunto del platillo". Un hombre que no quería saber
nada de periodistas, ufólogos o extraterrestres. Simplemente,
un ser abrumado por esta historia en la que no hubiera estado complicado,
si no fuera por la suerte.
Es
irritante para cualquiera entrar de esta violenta forma en la historia,
aunque sea en la "ridícula y enfermiza" historia
de los OVNIs. Sirva este artículo para llamar la atención
sobre el peligro que significa descuidar la atención de las
personas que han observado casualmente un OVNI.
Y
les recuerdo a todos que cualquiera de nosotros puede, algún
día, terminar de frente a un platillo volador o sus ocupantes.
Si piensa en lo que le provocaría este hecho, se dará
cuenta entonces de lo que hombres como Adolfo Zárate han
pasado, sin tener la más mínima oportunidad de elegir
si lo deseaban o no. Y en lo que concierne a mi experiencia con
Zárate, me ha dejado una impresión inolvidable de
frustración...
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