De la verdad a la mentira, hay solo un paso...

	Tras la fachada de la noticia, una gran tomadura de pelo, y de paso, se hacía propaganda de un producto

En mis experiencias con algunos periodistas, he aprendido algo fundamental en el trato con estos especialistas de la comunicación. Simplemente, lo que algunos de ellos dan a conocer a veces no es reflejo fiel de la realidad. Y hablo sin generalizar, que conste...

Ejemplo de mi propia cosecha:

En una oportunidad en que impartí una conferencia sobre el tema OVNI, desconocía que dentro del público asistente había un reportero de una pequeña publicación. Ajeno a este hecho, concluí mi presentación, y marché a mi casa. Unos días después me sorprendió recibir un ejemplar de un pequeño plegable, en el que se comentaba mi trabajo. Realmente los comentarios eran buenos, es decir, a mi favor. Pero dentro del artículo se mencionaba uno de los casos narrados por mí en esa ocasión. Y... ¡sorpresa!!!

Lo que inicialmente era un caso OVNI, se había transformado en un hecho sangriento, lleno de misterio y con más interrogantes de las que yo mismo había encontrado. Analizando después lo ocurrido, al parecer el corresponsal había mezclado mis casos con otras historias aparecidas durante el debate.

¿Qué hacer entonces para solucionar estas cosas?

Mi sugerencia es el resultado del análisis de estos sucesos, lo que me llevó a decidir algo: cada vez que presente mis trabajos, o comente los de otros investigadores, debo luchar por asegurarme de que la verdad, el hecho en sí, quede bien aclarado. Porque cada persona toma la información que recibe y la entiende a su modo, la acomoda en su mente e incluso, le agrega detalles de su propia creación.

Y aunque es cierto que todo esto ocurre, debiéramos llamar la atención de aquellos que tienen la misión importantísima de divulgar. Y es que divulgar es mostrar la verdad, y saber dejar a un lado las interpretaciones personales o las mistificaciones. El periodismo debe entender que la verdad no se puede sacrificar en pos del impacto de la noticia. Es muy fácil impactar a grandes masas con casos escalofriantes. Lo difícil es hacerlo con lo que realmente ocurrió. Darle el verdadero valor a los hechos que ocurren, sin agregarle o quitarle nada. Como dijera un ufólogo cubano ya fallecido, dar la información, tal y como es, sin aliñarla.

Porque solo así llegaremos a preparar al mundo para recibir esa noticia que todos esperamos: la de que no estamos solos en este universo.