MARCIANO(S): m/f., mit. pop. univer. Presunto habitante del cuarto planeta del sistema solar, Marte. Este es una de las ficciones más importantes, recurrentes y persistentes del fin del milenio. El término marciano resumió en su tiempo la esperanza del hombre de no sentirse solo en los inmensos espacios estelares, pero más que eso, fue (quizás sea todavía) la necesidad de pertenencia a una tribu cósmica, trascendente del espacio y el tiempo. El concepto de marciano, podría ser por ello, cercano al de Dios en todas las religiones, aunque sea difícil de concebirlo así. Por igual queremos y necesitamos de ambos, para evadir la nostalgia y la soledad de los seres únicos. Cuando la ciencia alcanzó para sostener algunas evidencias de la posibilidad de la vida en Marte, la civilización moderna retomó la quimera de los antiguos. Esta vez escudados en los avances de la técnica, era posible evadir la sospecha de los epítetos escarnecedores. Actualmente, los conceptos ampliados de la vida, no centrados en el agua como sustancia vital, permiten ensanchar las posibilidades, al concebir el metano, el amoniaco, el ácido sulfihídrico y otros compuestos semejantes, como soportes de procesos y estructuras vitales, compatibles con temperaturas y condiciones extremas. Esto lleva a concebir seres metaterrestres, en incluso metamarcianos, es decir los extraterrestres, nuevo mito que ya sustituye al de los marcianos en el tercer milenio de la humanidad. Todo comenzó cuando el astrónomo italiano Schiaparelli señaló la existencia de unas misteriosas líneas rectas en la superficie del planeta rojo. En 1909 el astrónomo francés Antoniadi con un telescopio más potente no vio líneas, sino pequeñas cadenas de manchitas separadas. Su colega norteamericano Percival Lowel volvió a ver canales, y como sus antecesores, presentó un mapa y bautizó a las "prodigiosas construcciones inteligentes", que para el científico no eran más que obras de riego y transporte de agua desde los casquetes polares, a través de tuberías. Para aquella época, los canales eran construcciones de los marcianos para cultivar plantas y abastecer sus ciudades. Estos seres sostenían una civilización más adelantada que la nuestra y es probable que nos hubiesen visitado hace mucho tiempo, en la prehistoria de la humanidad. Algunos investigadores incluso han presentado "huellas" del paso de los marcianos por la Tierra y obras que sólo pudieron haber sido hechas con su ayuda, o intervención directa. En los comienzos del siglo XX el inglés Herbert Wells escribió un libro de ciencia ficción sobre los marcianos, lo tituló "La guerra de los mundos" En esta obra nuestros vecinos eran hostiles. El ruso Alexei Tolstoi escribio "Aelita", después de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Aquí Marte es visitado por los terrestres, allí son acogidos bien por unos y mal por otros, e incluso se desarrolló una historia interplanetaria de amor. El 1ro de noviembre de 1962 la Unión Soviética envió la estación interplanetaria automática Marte-1, la cual no pudo posarse sobre su objetivo; el 6 de noviembre de 1964. Estados Unidos de América, envió el Mariner-3 que fracasó; el 27 de noviembre del mismo año se lanzó el Mariner-4, el 15 de julio de 1965 pasó a 9 mil kilómetros del cuarto planeta solar y fotografió la superficie del mismo. No había rastros de vida en ella. En 1971 nuestro astro vecino estaba en una posición óptima para aceptar naves interplanetarias. Hacia él volaron en sucesión ese mismo año Marte-2, Marte-3 y Mariner-9. El Marte-2 dejó caer una cápsula con el escudo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y se convirtió en satélite del planeta. El Marte-3 dejó caer un módulo de descenso suave, que realizó la primera transmisión por radio desde la superficie marciana. Hasta la fecha otras naves interplanetarias han llegado al vecino de la Tierra o trasmitido desde órbitas cercanas a su superficie. De los datos obtenidos hasta entonces, se desprendía que en el planeta rojo no hay ni canales ni agua, aunque si evidencia de antigua erosión hídrica. Pero la literatura de ciencia-ficción y las investigaciones sobre los marcianos han proliferado. En 1938 el actor y dramaturgo británico Orson Wells realizó la transmisión y la narración de una supuesta invasión marciana en territorio de las Estado Unidos, basada en la "Guerra de los Mundos" de H. Wells, lo que provocó verdadero pánico en todo el territorio estadounidense. Renació la "onda" de los marcianos con el filme "Flash Gordon en Marte", que también alimentó la imaginación de los cubanos. En 1949 otra recreación radial de la "Guerra de los Mundos" provocó en Quito, Ecuador, 6 muertos y 15 heridos; en 1988 cundió de nuevo el pánico en la población de Braga, Portugal, debido a la retransmisión de la famosa novela de Wells. Antes, en 1953 se había filmado la novela de Wells, con los marcianos a bordo de platillos voladores, armados de rayos láser. Cuba y los cubanos no se han podido sustraer al mito de los marcianos, hasta el punto de que en 1953 la popular orquesta Aragón difundió un cha-cha-cha de Enrique Jorrín: "¡Los marcianos llegaron ya!". Un año más tarde, durante el amanecer de 1954, Día de los Inocentes, un brillante platillo volador apareció en los jardines de la Ciudad Deportiva, en el mismo centro de la ciudad de La Habana, acudieron fuerzas policiales, bomberos y numeroso público. Hubo intento de avisar al ejército. Finalmente, después de tensa y calurosa espera, se abrió una portezuela y descendieron bellas "marcianas" ataviadas con trusas y escafandras. Era un montaje publicitario de la televisión y la cervecería "Cristal". Ya no se piensa en vida antropomorfa en el cuarto planeta solar, pero se mantienen las esperanza, debido a los más recientes descubrimientos, reveladores de la presencia de agua, que los marcianos sean como bacterias, o quizás, al menos virus ... Del lobo un pelo. Recientemente, astrofísicos estadounidenses descubrieron indicios de grandes cantidades de hielo en el subsuelo de este planeta, al analizar fotografías enviadas por la sonda espacial Mars Global Surveyor. Los cálculos suponen la existencia de una reserva de agua congelada de 15 a 60 billones de litros. En estado líquido, esa agua podría cubrir todo el planeta Marte con una delgada capa líquida de 10 a 40 cm y pudo y puede albergar ciertas formas de vida. En los últimos 3 años se han reanimado los esfuerzos exploratorios del misterioso planeta: durante 1999 la naves Mars Climate Orbiter y Mars Orbiter Lander se estrellaron al aproximarse a la superficie de este planeta; este año el vehículo espacial Mars Odyssey 2001, a un costo de 297 millones de dólares logró ajustarse a una órbita elíptica de 181,2 horas, que espera ser rebajada a 21,5 horas al descender hasta 400 km de la superficie, todo ello para estudiar, entre otras muchas cosas los indicios de agua en el Planeta Rojo, que podrían arrojar luz sobre las posibilidades de vida en este astro.