CIENCIA, PSEUDOCIENCIA Y CIENCIA FICCIÓN
EN EL FENÓMENO OVNI
¿Creer o no creer
en los OVNIS?
Por Bruno Henríquez
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La
posición popular en el caso del fenómeno Ovni presupone
dos opciones: creer en los ovnis o no creer. Pero en la mayoría
de los casos la creencia, o no, no implica un conocimiento, sino
la aceptación de un conjunto de premisas que se dan por ciertas
en conjunto dentro del modelo aceptado popularmente.
Al
analizar el fenómeno y las posibles interpretaciones vemos
que hay entre otros tres maneras de enfocarlo: la científica,
la pseudocientífica y la de la ciencia ficción. Dentro
de cada una de ellas hay un gran número de hipótesis.
La
posición popular es una mezcla en la que existe la confianza
en que la ciencia explique lo que pasa, se cree sin embargo en las
soluciones de la pseudociencia y el mayor volumen de información
llega a través de la ciencia ficción. Así están
presentes la duda, la confianza en la ciencia y la formación
de una nueva mitología que tiene como personajes a los de
la ciencia ficción y como hechos de referencia, de los que
no se duda aunque no estén confirmados, a los reportes de
avistamientos ovnis con la interpretación pseudo científica.
Ante todo hay que analizar de que se habla, pues tanto el término
como el concepto o conceptos aparejados presentan ambigüedades
y contradicciones entre su definición y el uso práctico
que se les da.
OVNI
quiere decir Objeto Volador No Identificado.
O
sea, es algo que se desconoce, que vuela y se nos presenta de forma
objetiva. De entrada el concepto es una negación, es decir
abarca lo que no se puede identificar y que sólo se caracteriza
por ser un objeto volador, entonces no se le pueden atribuir ni
origen ni propiedades ya que se negaría su propia esencia.
Aquí es donde entran a jugar los tres puntos de vista mencionados:
el científico, el pseudocientífico y el de la ciencia-ficción.
La
Ciencia
El
enfoque científico busca como explicar el fenómeno
a partir de las observaciones y declaraciones de los testigos, trata
de reproducirlo, recrearlo o crear un sistema de observación
para poder obtener más información ante posibles manifestaciones
del mismo. La ciencia no opina hasta no tener datos suficientes,
mientras no niega ni aprueba, sino que compara con otros fenómenos
observados anteriormente y con los conocimientos acumulados por
la cultura humana.
Así
la posición científica no presupone como única
solución el caso de una nave tripulada de otro planeta, ni
la ocurrencia de un fenómeno natural o psíquico. Lo
que hace es observar los hechos, comprobar su veracidad, compararlo
con lo ya conocido y emite entonces una hipótesis para explicarlo.
La
veracidad de las observaciones es un requisito indispensable en
cualquier fenómeno analizado por la ciencia. Los datos deben
ser confiables, poderse obtener por otros observadores y de ser
posible repetirse.
Presupone
a partir del análisis de los datos verificados, una hipótesis
o sugerencia para explicar lo que se observa, a veces teniendo en
cuenta todos los datos, otras infiriendo algunos hechos no demostrados
pero que no acostumbran a contravenir el pensamiento científico
de una época. Algunas veces la ciencia sugiere cambios que
rompen los paradigmas de una época y en batalla contra la
inercia mental presenta una posible solución al problema
observado que abre una nueva era en la forma de enfocar el mundo.Otras
veces los científicos, que no la ciencia, ante la imposibilidad
de explicar lo que ocurre niegan la veracidad de los hechos por
no haber sido reportados por "personas confiables".
Hasta
el primer tercio del siglo XVIII se pensaba que no podían
caer objetos materiales del cielo y la muy prestigiosa Academia
de Ciencias francesa así como la Royal Society de Londres
habían declarado que era imposible que cayeran piedras del
cielo y que los reportes hechos por los campesinos eran supersticiones
de personas ignorantes. A finales del siglo XVII y principios del
XVIII primaba la Era de la Razón y los científicos
negaban las "absurdas creencias" en objetos celestes que
caían a tierra.
Entre
1782 y 1794 el físico alemán Chladny coleccionó
meteoritos y fue uno de los primeros científicos que insistió
en afirmar que caían del cielo, como le habían informado
algunos campesinos. En 1794 escribió un libro sobre este
tema. En 1803 un científico de renombre llamado Jean Baptiste
Biot, que se destacó en química y astronomía
reportó haber observado objetos materiales cayendo del cielo
y realizó estudios y trabajos importantes para demostrar
a la comunidad científica la existencia de los meteoritos.
En
1807 el químico norteamericano Silliman observó la
caída de un meteorito cuando estaba en compañía
de un colega lo que hizo exclamar al entonces presidente Thomas
Jefferson que era más fácil creer que dos profesores
universitarios estaban mintiendo a creer que habían caído
piedras del cielo. En aquella época la opinión científica
era que las historias de objetos que caían del cielo estaban
relacionadas con los cuentos de fantasmas.Una gigantesca lluvia
de meteoritos que tuvo lugar en 1832 conmovió la opinión
científica y ésta se hizo consciente de la existencia
de los meteoritos.
No
siempre la opinión arraigada en la comunidad científica
tiene que ser cierta, esto no quiere decir que todas las ideas que
discrepen con la ciencia oficial serán ciertas algún
día. La observación de objetos desconocidos y reportados
por diferentes personas ha sido estudio también de la psicología,
ya que este es un fenómeno común a lo largo de la
historia de la humanidad. Me refiero a la observación de
fenómenos celestes desconocidos. Recuerden que los antiguos
galos sólo tenían miedo de que el cielo les cayera
sobre la cabeza. Los reportes de seres celestes, luces, apariciones
y otros semejantes ha alimentado la mitología en que se basan
las diferentes religiones.
Pseudociencia
La
pseudociencia por su parte presupone un conocimiento dado, indiscutible,
que puede o no tener una demostración en la vida real. Muchas
veces se cataloga como pseudociencia una explicación que
usa los métodos de la ciencia basada en hechos en los que
no se puede confiar según los cánones establecidos
por la misma ciencia. Otras son creencias y supersticiones a las
que se les ha rodeado de un halo de confianza entre lo místico
y lo científico, pero no por su forma y sus métodos,
sino por su lenguaje. La posición dogmática vestida
de lenguaje científico que niega toda experiencia es una
forma de pseudociencia.
Los
reportes de los contactados con los tripulantes de los OVNIS se
caracterizan por una clara tendencia pseudocientífica. En
la edad media y aún el siglo pasado los reportes de seres
que bajaban de objetos luminosos eran tenidos por seres divinos
o diabólicos. Aún en este siglo se da tal interpretación.
En Portugal tres jóvenes pastores vieron en Fátima,
Distrito de Leiria, el día 13 de octubre de 1917, una aparición
que los investigadores clasifican como un contacto de tercer tipo
y la iglesia como la aparición de la virgen María.
A
finales del siglo pasado y hasta después de la Segunda Guerra
Mundial se suponía que los "marcianos" venían
a invadirnos. (La Guerra de los Mundos de Wells es un ejemplo, y
el pánico que causó una versión radial producida
por Orson Welles demuestra que esa posibilidad existía en
el modelo de creencias de la sociedad norteamericana de los años
30). Otra vertiente después de 1947 era la de los alienígenas
que nos venían a advertir del peligro de la destrucción
nuclear. En los años sesenta y setenta nos prometían
sacar a algunos elegidos del planeta para que sobrevivieran a la
inminente guerra nuclear que destruiría la civilización
humana. En los ochenta los intereses de los ET eran ecologistas
y abogaban por la protección del medio ambiente.
Tanto
en esa década como en los noventa aparecen muchas variedades
de extraterrestres que plantean diferentes actitudes ante los humanos:
los seguidores de Sixto Paz en Perú que forman el IPRI (Instituto
Peruano de Relaciones Interplanetarias) anunciaban la evacuación
de la Tierra por los ET antes de 1986 ante las catástrofes
que se originarían por el alineamiento de los planetas. No
hubo tal evacuación, ni tales catástrofes, sin embargo
Sixto Paz sigue teniendo muchos seguidores.
Los
Raelianos dicen que los ET que los contactan son de los grises,
que crearon a los seres humanos y han pedido una embajada en las
Naciones Unidas ante la inminente llegada de nuestros creadores
que traerán la paz a la Tierra.
Otros
cometen abducciones contra los humanos para realizar experimentos
de ingeniería genética pues su raza está muy
deteriorada. (Recordar las películas Comunión y Fuego
en el cielo, basadas, según la prensa, en hechos reales).
Se plantea también por otras tendencias que la Tierra entrará
en una zona de acción de un cinturón lumínico
que despertará nuevas facultades en los seres humanos y nos
convertiremos en seres galácticos. (Debía haber comenzado
a mediados de 1996). Uno de los casos más sonados fue el
del Heaven Gate, secta cuyos miembros cometieron suicidio para "irse"
en el Ovni que venía enmascarado en el cometa Hale-Bopp,
y cuyos tripulantes los habían contactado para invitarlos
a un viaje del que regresarían dentro de miles de años.
Se
ha puesto al descubierto en la prensa en agosto de 1998 que muchos
de los OVNIS reportados eran aviones secretos de los gobiernos de
USA, URSS, Inglaterra y Francia. También se han tenido reportes
de personas que habían sido abducidas y que por hipnosis
habían relatado que habían tenido contacto con Et´s,
que lo que en realidad tenían eran falsos recuerdos implantados
también por hipnosis por grupos de la CIA que trabajaban
en técnicas de manipulación.
Mientras
más nos acerquemos al fin del siglo más apariciones
extrañas se reportarán y más noticias oiremos
acerca del contacto con seres de otro mundo, como vemos todas ellas
son diferentes y muchas plantean que son las únicas ciertas.
Es una lástima que haya tanta desunión en las opiniones
y modelos y que no haya una prueba contundente ni una declaración
oficial, porque todos esperamos algún día poder contactar
y conocer a los otros habitantes de este universo
Ciencia-ficción
La
ciencia-ficción por su parte, juega con las posibilidades
no demostradas, tanto como con los conocimientos científicos
ya demostrados y los envuelve todos en una madeja de suposiciones
y hechos que se mezclan con las obras de ficción, en las
que se destaca ante todo el papel de los humanos en un universo
desconocido y en trance de ser descubierto.
La
posición de la ciencia-ficción no es la de la fantasía
que cree en soluciones apriorísticas o metafísicas
sino la de la especulación, de supuestos posibles pero no
comprobados, en la ciencia-ficción se desarrollan todas las
posibilidades después de suponer algo no demostrable pero
posible. El objetivo de la ciencia-ficción no es predecir
el futuro ni explicar un hecho misterioso, es un género artístico
fundamentalmente literario que recrea la conducta y los sentimientos
humanos ante lo desconocido, en los límites de la realidad.
Por eso el Ovni en la ciencia-ficción es un pretexto, un
motivo más para describir y recrear las inquietudes humanas.
Para
la ciencia-ficción los Ovnis son desde el popularmente aceptado
navío espacial hasta seres plasmáticos y luminosos,
pasando por máquinas del tiempo, conspiraciones gubernamentales,
puertas dimensionales, fantasmas de experimentos energéticos,
bromas o armas. Todas estas situaciones son válidas y ciertas
para la ciencia-ficción, en ella se ensayan las posibilidades
científicas o se reiteran las afirmaciones pseudocientíficas,
se recrean las leyendas y se explica lo inexplicable, se relacionan
mitos con teorías y misterios arqueológicos con soluciones
técnicas. Pero por sobre todas las cosas plantea la actitud
humana ante lo desconocido o aquello que hace salir lo que cada
persona lleva en lo mas oculto de sus sentimientos, sus dudas y
sus aspiraciones.
Al
no saber que son los OVNIS, suponer que lo observado nos da la certeza
de que vienen tripulados por seres de los que no sabemos nada, sólo
nos deja la salida de proyectarnos a nosotros mismos, de tratar
de buscar en el otro lo que desconocemos de nosotros, lo que tememos
o lo que sospechamos que llevamos dentro.
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