EG: En el año de 1935, año que yo viví en Caracas, el
general Gómez hacía uno o dos viajes al mes a Caracas. Los primeros días de
diciembre vino a Caracas y prácticamente llagando se sintió físicamente mal.
Sin informar a nadie, ordenó a su chofer que diera la vuelta y regresaran a
Maracay. Sorpresivamente llegó a Maracay, a la casa de Las Delicias, a coger
cama.
ECO: ¿Era público el estado de salud del general?
EG.: Claro, todo el mundo supo del sorpresivo regreso del
general a su casa de Maracay. Papá y yo lo visitamos y nos habló de sentirse
quebrantado. Recuerdo mucho que el general pidió descansar, que no le
hablaran de política, ni de ningún problema. Dijo que aquél que le fuera a
hablar de política lo iba a considerar su peor enemigo, porque no se sentía
bien de salud.
ECO: ¿Cuándo llega Eustoquio Gómez a Maracay?
EG: Papá llega a Maracay más o menos el 10 de diciembre.
Todo nosotros nos fuimos a Maracay, mamá, Josefina y su esposo, todos nos
mudamos a la casa que quedaba frente a los Telares.
ECO: Una de las figuras de esta época ha sido muy
explotada como imagen del régimen es el indio Eloy Tarazona. Se ha dicho que
fue la eminencia gris tras el trono, se ha dicho que era quien influenciaba
directamente en las decisiones del gobierno. También se ha dicho en los días
finales del general Gómez, Tarazona y Eustoquio Gómez estaban unidos para
impedir el ascenso de López Contreras. En conclusión, este indio con
apellido que recuerda algún pueblo español, es uno de los personajes
insistentemente usados a la hora de contar la pequeña historia del gomecismo.
EG: No. El era hombre que atendía al general en sus
servicios domésticos, se encargaba de mandar a lavar la ropa, a plancharla,
de buscársela al general a la hora de vestirse. Como el general nunca vivió
con ninguna mujer, Tarazona se encargaba de las cosas domésticas. Era corno
Maximiano para mi papá.
Tarazona no tenía poder. Eso que ahora dicen de que él
dormía atravesado en la puerta del dormitorio del general es pura mentira.
Tarazona era muy parrandero, y por el contrario, él aprovechaba las noches
para echarse unas palazones en bares con mujeres de la vida alegre.
ECO: Las relaciones de Tarazona con Eustoquio Gómez
han sido usadas para hablar de una maniobra de ambos cortarle el paso a
López Contreras en su camino a la Presidencia.
EG: Eso es falso. Mi papá en aquel diciembre de 1935, se
encontraba todos los días con Tarazona cuando íbamos, mi papá y yo, a Las
Delicias, a visitar al general Gómez que estaba en cama. Sus conversaciones
no pasaban de un “cómo amaneció hoy el general”. Papá se molestó
muchas veces por la forma en que Tarazona atendía al general.
DJ: Te acuerdas de cuando papá regaño a Tarazona en
Camurí. Ellos fueron a bañarse en los bañitos que construyó el general en
Camurí. El general Gómez y papá se estaban bañando y cuando sale del agua mi
papá ve a Tarazona secando al aire unos interiores. Papá regaño a Tarazona
porque no le había preparado al general Gómez una maleta con ropa limpia,
siempre preparada para las permanentes salidas imprevistas del general.
LG: Papá cuando iba a Maracay poco hablaba con los
edecanes del general. Se limitaba a encerrarse a hablar con Juan Vicente en
la habitación de él, o hablaba de vez en cuando con un ministro.
ECO: ¿Cuánto hay de cierto en que Eustoquio y Tarazona
organizaron una emboscada, un atentado contra López Contreras en la casa de
Eustoquio Gómez en Maracay, días antes de morir el general Gómez?.
EG: Esa es otra mentira que ahora circulan en libros como
los de Domingo Alberto Rangel. La casa donde vivíamos aquellos días en
Maracay no era de papá, sino de su hermano Femando Gómez. Lo del atentado es
totalmente falso. Si hubiese sido verdad, hoy en día yo te lo dijera, pero
no fue así.
Papá no hubiera mandado a matar a López Contreras porque
él no era hombre de esas casas. Pero sí hubiera querido levantarse contra
López Contreras, Papá tenía oficiales del Estado Mayor que fueron a mi casa
personalmente a ponerse a sus órdenes.
Papá tenía en aquellos días antes de morirse el general,
una oficina en el Hotel Jardín, desde donde él despachaba. Desde allí daba
órdenes y se ponía en contacto con su secretario, Carlos Siso, quien había
quedado encargado de la Presidencia del Estado Lara. Una noche, estando papá
en su oficina lo visita Fernando Gómez y le dice:”Eustoquio, pero tú vas
a apoyar al tísico?”. Papá le respondió que sí. “Nosotros ya hemos
pactado en la casa de la señorita Regina”. Femando entonces le informó
de un grupo de oficiales del Estado Mayor y comandantes de batallones que
estaban con papá, que no querían a López en el poder. “Uno de ellos me
dijo que si usted quiere, si usted da la orden, él está dispuesto a matar a
López Contreras cuando pase por la vía hacia Las Delicias”. Papá se
indigna contra Femando, su hermano, y le dijo: “Femando, usted como que
no me conoce a mí. Yo no soy hombre de mandar a matar a otro por la espalda.
Me hace el favor, Femando, de no volver a repetir nunca más lo que hoy me ha
dicho.”
Casi todas las noches venían a la casa oficiales a
visitar a papá en aquellos días me dijo muy claramente: “A todas estos
militares que están visitando yo les estoy diciendo que hay que seguir las
órdenes de López Contreras”.
ECO: Tarazona es arrestado por orden de López
Contreras, por estar supuestamente armando a unos hombres para alzarse.
EG: Fíjate en esta carta le envía López Contreras a mi
papá, con fecha del 17 de diciembre de 1935, hora antes de morir el general
Gómez: “General Eustoquio Gómez. Estimado amigo. Tengo que informarle con
mucho sentimiento, que me he visto precisado a arrestar al coronel Tarazona
y algunos de sus amigos de él, por tener comprobado que ha tratado de
disponer del material de guerra depositado en el Cuartel Nacional de esta
ciudad, para armar por su cuenta a trabajadores de carreteras y hacienda,
sin consulta de alguna autoridad superior y nisiquera de los hombres de la
familia del Benemérito. Responsable de la conversación de orden y
solidaridad en la unión que hemos pactado los hombres de nuestra posición y
antecedente formados por el Benemérito general Gómez y obligado a conservar
la obra del querido jefe, toda acción de indisciplina o desobediencia será
reprimida con la mayor energía. Le reitero mis sentimientos de amistad y
firme compañarismo. Cordialmente lo saludad su amigo. E. López .Contreras”.
Más abajo coloca una nota a la carta: “En este momento
vuelan hacia occidente, aviones militares con la misión de hacer por la
Península de la Guajira por fundadas sospechas que hay. También se prepara
otra misión aérea para hacer exploración por el Arauca.”
ECO: ¿Cuál fue la reacción de Eustoquio Gómez?
EG: El comentario que recuerdo hizo papá al recibir la
carta fue: “Es muy raro que Tarazona ande en estas cosas, porque quién va
a apoyar a Eloy, él no tienen ni oficiales ni tropa que le puedan apoyar en
algo”.
Papá quería salirse de todo esto y cometió un error al no
hacer caso al general Rafael María Velazco que sale de Caracas abandonando
su cargo de gobernador y se viene a Maracay. El general Velazco en una
visita que le hace a papá en nuestra casa tiene una conversación donde le
dice: “General, por qué no se prepara y nos vamos juntos para el
extranjero”. Por supuesto, mi papá le respondió que él no pensaba irse
del país así, huyendo.
ECO: Pareciera que el epicentro de esta historia se
encuentra en el pacto que Eustoquio Gómez le refiere a Femando Gómez para
impedir el asesinato de López. Ese mismo pacto es la argumentación que
utiliza López Contreras cuando justifica la detención de Tarazona. Si uno lo
ve en perspectiva, esa reunión donde de común acuerdo se decidió el nombre
del continuador de Gómez en la presidencia, es quizás el momento que
moldearía los siguientes años de la vida política venezolana.
E.G.: La señorita Regina, la hermana del general Gómez,
invitó a la reunión que sería en su casa. Ella le habló a papá en una de las
visitas nuestras a Las Delicias: “Yo quiero que ustedes se reúnan. Que
vengan a mi casa Rafael Maria Velazco, Colmenares Pacheco, López Contreras y
usted”. Esto fue el 16 de diciembre. La señorita Regina le decía: “Yo
quiero que se reúnan para ver qué se hace, porque yo veo a Juan Vicente en
muy malas condiciones”. La reunión se dio en casa de la señorita Regina
en Maracay.
Yo acompañé a papá hasta afuera de la casa, es decir, que
no presencié directamente la reunión. Fernando Gómez también asistió a la
casa de Regina pero también se quedó fuera. Nos quedamos afuera con los
edecanes de López Contreras que eran el coronel Murillo y otro que no
recuerdo su nombre. Papá me contó los detalles de la reunión cuando salimos
de la casa de la señorita Regina, rumbo a nuestra casa.
Regina les dijo a los presentes que la situación era muy
grave y había que pensar en quién iba a ser el sucesor. Entonces le preguntó
a papá si él estaba dispuesto a encargarse de la presidencia y papá
respondió que no, él no estaba dispuesto a ser Presidente. Al morir el
general Gómez, papá deseaba irse a Europa a hacerse un chequeo médico y
además pensaba asegurarles la educación a sus hijos. Recuerda que papá había
estado muy enfermo, había sufrido dos derrames.
La señorita Regina le pregunta sobre quién cree él que
debería ser el sucesor y papá le respondió: “Para mí el candidato lógico
es el general Eleazar López Contreras que es el Ministro de Guerra y Marina.
A él es que le corresponde ser el sucesor en la Presidencia de la
República”.
“Yo le agradezco mucho lo que usted ha dicho”
respondió López Contreras.
Preguntados Rafael Maria Velazco y Colmenares Pacheco,
estuvieron de acuerdo con la proposición de papá.
ECO: La conclusión inmediata que uno saca de esta
historia es referida a la supuesta pugna por el poder entre López Contreras
y Eustoquio Gómez. Pareciera que esta pugna nunca existió.
EG: Ahí no hubo pugna por el poder. Todo se arregló en
esa reunión en casa de la hermana del general Gómez.
Mi papá se reunía a cada rato con Eleazar López
Contreras, en la oficina del Ministerio de Guerra y Marina, en casa de papá,
o en Las Delicias. Muchas veces se les veía pasearse conversando ellos
solos, alejados de los demás en la casa de Las Delicias, mientras el general
Gómez esperaba la muerte en el segundo piso de la casa. Esos días fueron de
mucha tensión en Maracay. Había una situación muy tirante entre las dos
familias del general Gómez. Los Bello temían un matrimonio de última hora
entre el general y doña Amelia, lo cual hubiera favorecido a los hijos de
doña Amelia a la hora del reparto de la herencia y esas cosas.
ECO: El señor Nemesio Parada en un libro de memorias
de la época gomecista de titulo “De Ocumare a Miraflores” dice más o menos
lo siguiente. López Contreras, pensando en asegurar su ascenso al más alto
cargo del país, había creado con la ayuda de un sacerdote de nombre Monseñor
Delfín Moncada, una intrincada red de complicaciones entre militares,
funcionarios y sectores representativos, los cuales estaban ganados para
respaldar a como diera lugar al general López Contreras en su intento por
hacerse del poder.
EG: Mira, Edgar, ésta es
la primera noticia que yo tengo de esas cosas. No sé de dónde las ha sacado
el señor Parada, pero yo creo que eso es imposible que sucediera. El general
Gómez tenía un control absoluto sobre todas las guarniciones, sobre todos
los cuarteles. Cualquier cosa de éstas, él se hubiera enterado
inmediatamente y seguro que no las hubiera permitido.
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