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Revista Zeta. Caracas, 09 de marzo, 2007

 

¡Una Cumbre sin Chávez!

 

Mientras la reunión oficial del Grupo de Río concluyó en lugares comunes, en paralelo se debatieron y acordaron temas calientes para Latinoamérica. y se adelantó el posible nacimiento del grupo ABC+M, en relación a un entronque estratégico entre Argentina, Brasil, Chile y México. La “V” quedó fuera…

 

 

Los resultados de la cumbre presidencial del Grupo de Río realizada en Georgetown (Guyana) una semana atrás, confirmaron la crisis de los   mecanismos diplomáticos latinoamericanos, al comprobarse su limitada capacidad para atender la actual dinámica política regional.

Pero la presencia de  los mandatarios de las dos economías más importantes de la región (México y Brasil), así como la de Chile,  dejaron ver que en Georgetown, al margen de la Cumbre, se habrían sentado las bases para una alianza continental de amplias perspectivas.

 

 ¿El fin del  G-Río?

EL G-Río, nacido como una experiencia novedosa en los años ochenta orientada hacia un esquema de concertación política, mantuvo hasta ahora la tradición de sus reuniones anuales, pero mostrando crecientes debilidades a la hora de  mantenerse como un foro activo ante los altos niveles de actividad política en Latinoamérica.

La reunión de Georgetown fue la número diecinueve y estuvo presidida por  el Presidente guyanés Bharrat Jagdeo, quien durante el último año actuó como  Secretario pro témpore del Grupo. Como parte del ritual previsto, Jagdeo transfirió a su colega Leonel Fernández de República Dominicana, la responsabilidad de la conducción del mecanismo, mientras México se ofreció para servir de sede de la próxima reunión presidencial en el lejano año de 2009.

Ya en el 2005 la cumbre del G-Río fue suspendida, afectada por el llamado “cumbrismo”, es decir, la proliferación de eventos presidenciales multilaterales a nivel Iberoamericano, Suramericano y del Mercosur.

La declaración del grupo fue una lista de temas genéricos y específicos, desde el calentamiento global hasta la pobreza y las reformas de la ONU, lo cual da sustento a quienes consideran que el G-Río no es un foro actualizado. Brasil, México y Chile se comprometieron a fortalecerlo y en los próximos meses sus cancillerías estrían trabajando en ese sentido.

 

La Argentina dicotómica  

Aparte de la declaración general, el G-Río consideró dos temas conflictivos sobre los cuales se pronunciaron los presentes.

El presidente argentino se abstuvo de asistir al evento y envió a su canciller  Jorge Taiana, quien llegó con dos mandatos. El primero de ellos era lograr un pronunciamiento del G-Río a las aspiraciones argentinas sobre territorios insulares en el Atlántico Sur. La Cumbre, emitió una declaración en la cual recordaron el interés regional en que Argentina y el Reino Unido reanuden negociaciones par  encontrar “una solución justa, pacífica y definitiva de la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”. 

El segundo mandato del canciller Taiana fue transmitir a los presentes, y básicamente a México, una imagen de amplitud política en contraste con los públicos lazos que el presidente Néstor Kirchner está mostrando con su aliado Hugo Chávez (ver recuadro). Taiana habría convencido a los presentes sobre la disposición argentina para acompañar a México, Chile y Brasil en un programa continental de libre comercio y defensa de la democracia. Esta impresión llevó a que analistas políticos mexicanos comenzaran a referirse al nacimiento del ABC+M, en relación a un entronque estratégico entre Argentina, Brasil, Chile y México.

 

El tema caliente de Haiti.

La presencia de un cuerpo de paz de las Naciones Unidas en Haití, denominada “Misión de Estabilización”  (MINUSTAH),  formada básicamente (aunque no exclusivamente) por tropas de  nueve países latinoamericanos, bajo el comando de un general brasileño, es un tema crítico en la política regional actual.

Tanto Venezuela como Cuba han rechazado la Minustah. A nivel continental las organizaciones de izquierda denuncian la Minutah como una operación imperialista y califican de matanzas las operaciones de control. El cumplimiento de la misión de los cascos azules de la ONU en Haití, los ha obligado a enfrentarse con organizaciones armadas enquistadas en barriadas de las poblaciones alrededor de Puerto Príncipe. Operaciones típicamente policiales han derivado en acciones militares con las complicaciones que ello representa. La más reciente de ellas fue ejecutada el 09 de febrero pasado con la participación de 700 efectivos militares que procuraban ganar control de una barriada en Cité Soleil.

El G-Río aprobó una resolución apoyando la presencia de la ONU en Haití.

 

 

Chávez no fue

Pese a la cercanía geográfica y al reconocido gusto por esta clase de actividades, el presidente venezolano no asistió a la cita en Guyana. Sus funcionarios dejaron saber inicialmente que se trataba de problemas de salud. Su canciller luego lo excusaría alegando complicaciones en la agenda. Tratándose de un evento cuya fecha estaba marcada con meses de anticipación, la decisión de Hugo Chávez de no hacerse presente en Georgetown fue interpretada como consecuencia de una complicada situación interna en materia económica y política que el presidente decidió atender personalmente. Además, Chávez andaba esos días atareado armando un periplo a manera de gira anti-Bush, en el cual involucró al argentino Néstor Kirchner para la organización de un mitin en Buenos Aires, así como a Rafael Correa y al boliviano Evo Morales.

Aún ausente, Chávez y su activismo político regional, fueron objeto de las conversaciones entre los mandatarios presentes en Georgetown. El tema de la integración desde la perspectiva de los económico en contraste con las tesis de Caracas que dan prioridad a lo político, habrían sido evaluadas en varias de la reuniones multilaterales y bilaterales que rodearon la Cumbre. La diplomacia venezolana presente se movió para obtener una declaración de apoyo a la realización en Caracas de una cumbre energética suramericana el próximo mes de abril. Venezuela junto a Brasil colocaron sobre la mesa el tema del ingreso de Cuba a los mecanismos regionales, incluyendo el G-Río, sobre lo cual se debatió sin que llegaran a un acuerdo. El G-Río en términos operativos sirve de poco, pero un eventual ingreso de Cuba al mecanismo sería una victoria política para el régimen de ese país que anda en procura de nuevos escenarios de actuación internacional.

 

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