**** Un Pacto de Punto Fijo para el Perú  ****Toledo busca estabilidad política para 20 años *** Alan García aliado de Toledo

El congreso aprobó un ley laboral que molestó a los empresarios; la fracción parlamentaria oficialista (Perú Posible) se mueve sin coordinación con el gabinete ministerial; algunos ministros amenazaron con irse a su casa, de aprobarse nuevas leyes que entorpecen las gestiones para crear un clima de confianza entre inversionistas externos. La oposición ha señalado la falta de un plan legislativo por parte del gobierno, mientras el Fondo Monetario Internacional está revisando con lupa los planes tributarios. Las calles de Lima son escenarios de paros y protestas de los más diversos sectores, empleados, campesinos, reclamos de carácter regional. El gobierno ha denunciado la existencia de un plan desestabilizador del fujimorismo mientras rumores de golpes ya comenzaron a oírse.

Por otra parte, las deficiencias fiscales serán encaradas en el presupuesto del año 2002 mediante una reducción del gasto, por lo que las partidas militares se verán drásticamente reducidas. Ya los diarios hablan públicas molestias entre los altos mandos militares que no se acostumbran a la idea del final de su cogobierno con Fujimori, mientras partidarios de Toledo no dejan de causar enfrentamientos con las cúpulas militares.

Tras la dictadura fujimorista, el público y los medios tienen todo bajo escrutinio. Acusaciones de corrupción se han enrostrado a colaboradores de Toledo y la sombra del nepotismo ya ronda los pasillos oficiales de Lima.

Con unas encuestas que muestran la caída abrupta en su popularidad, con contradictorios e inestables signos de reactivación económica, con sus aliados en Washington ocupados en otros temas, Toledo ha tenido que sacar del bolsillo del chaleco un tema que ya había expuesto en su campaña: la necesidad de un pacto político.

Su propuesta de un Pacto de Punto Fijo para Perú, ya sonaba cuando tomó posesión, Sin embargo, su inexperiencia política, el triunfalismo de su partido y falta de claridad en cuanto a la acción inmediata de gobierno, han hecho que Toledo perdiera preciosos cuatro meses.

El pacto a 20 años propuesto por Toledo incluiría un rápido proceso de descentralización, la reforma de las Fuerzas Armadas, medidas contra la corrupción administrativa, prioridad para programas de educación y una clara  posición antigolpista.

Si bien desde el APRA se ataca fuertemente al gobierno, el expresidente Alan García, nueva cabeza de partido, declaró su compromiso para que Toledo arribe al final del mandato en el 2006 y para acelerar la descentralización.

A pulso y sin el apoyo popular de pocos meses atrás, Toledo busca garantizar la suerte del nuevo experimento democrático peruano.