***Fidel reta apoyado en petrodólares venezolanos ****Bush prefiere un exilio cubano moderado y pragmático

 El gobierno de Bill Clinton, buscando controlar acciones anárquicas del exilio cubano antifidelista, decretó la prohibición del flujo de embarcaciones desde la Florida que pudiera crear un “incidente internacional”

El decreto estaba dirigido a frenar al Movimiento Democracia de Ramón Saúl Sánchez. Sánchez, ex miembro de grupos antifidelistas violentos, preso 4 años por actos terroristas, es ahora promotor de la “desobediencia civil y la no violencia “. Organiza flotas para protestar en el límite marino cubano, arroja fuegos artificiales apoyando acciones anticastristas dentro de Cuba, su estilo actual es más parecido al show televisivo del Greenpeace que a la invasión de Bahía de los Cochinos.

Durante el desarrollo del Caso Elián González en 1999, fueron notorias las diferencias entre Sánchez y Jorge Mas Santos, heredero de la poderosa Fundación Nacional Cubano Americana FNCA. Al producirse la repatriación de Elián a Cuba, el Movimiento Democracia quiso iniciar actos de protesta ante las costas cubanas, mientras la FNCA convocó a acciones de presión política interna. Esa presión entraba en el proyecto de derrotar al demócrata Al Gore dando un total respaldo a Bush. Esto último pudo ser, a la postre, un elemento definitorio del resultado electoral presidencial.

El gobierno de George W. Bush recientemente extendió la vigencia del decreto de Clinton, en lo que pudiera señalar la línea de comportamiento del gobierno republicano ante el tema Cuba. A esto se suma la postulación del ex embajador en Caracas Otto Reich al cargo de Subsecretario de Estado para América Latina. Reich es un producto de la FNCA, organización muy vinculada con el clan Bush y que ha asumido una línea de antifidelismo pragmático y moderado. Antifidelismo que en ocasiones funciona más como un típico grupo étnico de presión para asuntos de política interna estadounidense.

El anuncio del gobierno mexicano (aliado especial de Bush en Latinoamérica) a principios de esta semana, de incrementar sus relaciones económicas con Cuba, mostraría un nuevo pragmatismo estadounidense que obvia o promueve avances de Canadá y México en la disputa por elfuturo mercado cubano.

De ser esto cierto, Washington tendrá que hacer fuerte juego de muñeca para balancear sus intereses comerciales con el retador Fidel Castro, fortalecido con petrodólares venezolanos y en alianza con países parias hermanados por su confrontación contra los Estados Unidos.

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