**** Colombia pide suspender las negociaciones de la Comunidad Andina y el Mercosur ***** En diciembre arrancaría la zona de libre comercio entre andinos y sureños

Tanto Fernando Henrique Cardozo como el Secretario General de la Comunidad Andina, el venezolano Sebastián Alegrett, han coincidido durante los últimos meses anunciando la inminencia de un acuerdo comercial entre los países andinos y el Mercado Común del Sur.

Al parecer, las negociaciones técnicas  finalmente habrían tomado rumbo positivo luego de varios años de pocos avances y muchos retrocesos. La necesidad de Brasil y Argentina de posicionarse ante los Estados Unidos a la hora de medir fuerzas en las negociaciones del ALCA, la actual coyuntura económica de esos países y el papel de Alegrett  como embajador y facilitador de excepción, habrían sido elementos que estarían rompiendo las trabas del pasado. El mes de diciembre se menciona como la fecha en la cual andinos y sureños estamparían firmas para decretar la creación de una Zona de Libre Comercio que ocuparía prácticamente toda Suramérica.

La semana pasada surgió un nuevo elemento que pudiera retrasar las actuales negociaciones. El jueves 09AGO01 se conoció el contenido de una carta remitida a Alegrett por la Ministra de Comercio Exterior de Colombia, Marta Lucía Ramírez de Rincón. La vocero  colombiana pidió la paralización de las negociación CAN-Mercosur. Argumenta Colombia, que les resulta necesario estudiar a fondo la situación económica de Brasil y Argentina, para poder instruir adecuadamente a los negociadores.

El próximo encuentro de los negociadores está fijado para el día 22AGO01, fecha en la cual se produciría el estreno de los representantes del nuevo gobierno peruano. Ahora, con la carta colombiana  sobre el tapete, deberá esperarse el reposicionamiento de los socios andinos, aunque con la díscola conducta del actual gobierno venezolano en lo atinente a la CAN, Colombia carece hoy en día de una contraparte a la hora de las pujas dentro del grupo.

El gobierno colombiano, en atención a presiones internas, teme que la apertura comercial con el Mercosur ponga en peligro a su aparato industrial, el cual ya comienza a resentirse por la caída de la economía gringa y por la inesperada revaluación del peso colombiano. La carta de la ministra Ramírez es la versión inversa del actual interés brasileño y argentino de abrirse a los andinos, en procura de pequeños pero nuevos mercados.