****Los peruanos se aprontan para elegir nuevo presidente, aparentemente sin el tutelaje militar de la era fujimorista.

El Canciller peruano Javier Pérez de Cuellar de visita en Quito,  manifestó que el Ministerio del Interior de su país adoptó todas las medidas de seguridad para garantizar el normal desarrollo de los comicios del próximo 8 de abril. Agregó que el gobierno provisional de Valentín Paniagua está “de pie y alerta para asegurar que las elecciones, por primera vez en los últimos diez años, sean perfectamente auténticas, sin interferencia viciosa, ni de la Policía, Ejército, Marina o Aviación.”.

Las declaraciones de Pérez de Cuellar no son un rutinario parte de normalidad democrática. Las elecciones del domingo marcarían el fin de la dictadura cívico-militar establecida a  partir del 05 de abril de 1992. Como se recodará, la salida de Alberto Fujimori del gobierno fue producto de presiones conjuntas entre sectores militares descontentos (especialmente de la Marina peruana) y fuerzas políticas que poco a poco ganaron presencia en las calles de Lima, todos ellos con el apoyo de un gobierno norteamericano interesado en finalizar el experimento fujimorista. Esta combinación de factores, sumado a la activa actuación del gobierno brasileño, impidió el conato de golpe de estado intentado por un sector del Ejército en septiembre pasado, dejando en evidencia el deterioro del apoyo militar al gobierno.

Valentín Paniagua desde el primer momento de su gobierno, decidió cortar las influencias del sector militar hasta ese momento dominante. Paniagua ordenó adelantar el pase a retiro de todos los oficiales del Ejército compañeros de promoción de Vladimiro Montesinos, lo que significó una reestructuración de la línea de mando de las grandes unidades militares del país.

Con este telón de fondo, se produce la convocatoria a elecciones, las cuales se estarían disputando entre Alejandro Toledo, Lourdes Flores y Alan García. Si bien Toledo se ha mantenido primero en las encuestas durantes los meses de campaña, nunca se ha acercado al porcentaje requerido para ganar en una primera vuelta. La señora Flores conserva un segundo lugar crecientemente disputado por el ex-presidente García. Por ello, aún no  está escrito el nombre del próximo presidente peruano. Muy probablemente habrá que esperar al mes de mayo, para que en segunda vuelta y luego de los naturales reacomodos políticos de última hora, se materialice una dirigencia que reconstruya la institucionalidad peruana.