Aparte del explosivo índice sobre corrupción de
Transparencia Internacional, están circulando estudios actualizados
que buscan comparar la situación político-institucional del
vecindario.
La semana pasada apareció el informe 2005 de Latinobarómetro, ONG
establecida en Chile que produce desde 1995 un informe basado en
extensas encuestas en Latinoamérica. Algunas de las conclusiones de
Latinobarómetro: Sólo en cinco países (Uruguay, Chile, Costa Rica,
Panamá y Argentina) la mayoría de los encuestados califica de
limpias las elecciones; en los restantes existe una percepción
generalizada sobre la existencia de fraude electoral. Pese a ello,
el 54% de los encuestados piensa que su voto “puede hacer que las
cosas sean diferentes en el futuro”.
Las posiciones contra los partidos se mantienen aunque sin llegar a
ser mayoritarias: entre 1997 y 2005 aumentó de 30% a 34% el número
de quienes piensan que la democracia puede funcionar sin partidos.
Según el informe, una “contundente mayoría” (62% ) afirma que “en
ninguna circunstancia apoyaría a un gobierno militar”, aunque en
Paraguay, Honduras, Perú y Ecuador la mitad o más de la población,
aceptaría una solución militar. Sobre la corrupción administrativa,
según el total de encuestados, el 68% de los empleados públicos
serían corruptos.
Aparte de que el 71% dijo haber votado en las últimas elecciones,
las formas de acción política retratan la realidad regional: en
Bolivia el 11% afirmó haber participado en bloqueos ilegales al
tránsito, esta cifra es de 5% en Venezuela y Ecuador, y de 3% en
Argentina.
República Dominicana ganó el primer lugar, seguida de Venezuela,
México y Bolivia en la categoría de participación en saqueos.
Otro informe que está circulando fue elaborado por la Fund for Peace
de Washington, para estudiar a nivel mundial el tema de los “países
fallidos” y construir un ranking que refleja el riesgo en que 76
países se encuentran de ser considerados como “fallidos” o
“fracasados”. Este asunto está adquiriendo alta relevancia en medios
políticos internacionales, lo que quedó palpable a mediados de año,
cuando la publicación del informe de Fund for Peace en la revista
Foreign Policy coincidió con la aparición en Foreign Affaire de un
artículo de dos altos funcionarios del Departamento de Estado de
EEUU -Stephen D. Krasner y Carlos Pascual- sobre el peligro que
representan esos “Estados fallidos”. La condición de “fallido” es
poco clara, pero se asocia a la incapacidad de un Estado para
controlar su territorio, a la criminalización y pérdida de
legitimidad del Estado, al permanente deterioro de los servicios,
corrupción generalizada, persecución o discriminación
institucionalizada, actuación del aparato de seguridad como un
“Estado dentro del Estado”, movimientos masivos de refugiados, entre
otras variables. Según el ranking, Haití, Colombia, R. Dominicana,
Venezuela y Guatemala están en el rango de mayor riesgo de ser
“estados fallidos” y fueron declarados en “alerta” por analistas del
tema.
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