4 / El Mundo
/ Lunes / Caracas , 29 de Agosto de 2005
Mirando el
vecindario
¿Quién paró a Ecuador?
Alfredo Palacio al
llegar a la Presidencia, rechazó la idea de llamar a elecciones
adelantadas, y anunció que aumentaría el gasto público con fines
“sociales”. Palacio se propuso gastar los recursos provenientes de
los actuales precios petroleros y para eso solicitó al Congreso la
eliminación del Fondo de Estabilización, Inversión Social y
Productiva y Reducción del Endeudamiento Público, Feirep, mecanismo
que acumulaba divisas petroleras para el pago de la deuda externa.
La designación del izquierdista Rafael Correa -enemigo de la
dolarización, de la globalización y del FMI- como Ministro de
Economía, facilitó a Palacio una vía para sumar dólares en las arcas
oficiales. Gracias a los vínculos que inmediatamente brotaron entre
Correa y el actual gobierno de Venezuela, Ecuador logró vender a
Caracas US$ 200 millones en bonos de deuda para cubrir su déficit
fiscal. El anuncio de los acuerdos con Caracas fue especialmente
aplaudido por los parlamentarios del Movimiento Popular Democrático
MPD y por los de Pachakutik, la organización izquierdista indígena.
Los planes de Palacios para mantener la paz a fuerza de gasto
público se vinieron abajo a mediados de agosto. En pocos días
declaró Estado de emergencia y la militarización de tres provincias.
El caso de mayor impacto fue el alzamiento promovido por
organizaciones de izquierda en las fronterizas provincias de
Orellana y Sucumbíos, desde donde surge el mayor volumen de petróleo
del país. Sucumbíos, además, tiene linderos con el Putumayo
colombiano, y ya desde 1999 existen referencias sobre acciones de
las Farc así como de cultivos de coca.
La caída en 80% de la producción de crudo y la suspensión total de
la exportación, tanto por la estatal Petroecuador como por las
petroleras extranjeras no fue consecuencia de una “huelga petrolera”
como algunas agencias informaron. Se trató de acciones combinadas de
fuerzas políticas de esas dos provincias, que incluyeron actos de
sabotaje contra las instalaciones petroleras. Las mismas fueron
lideradas públicamente por un comité “biprovincial” al frente del
cual figuran los prefectos de Orellana, Esperanza Guadalupe Llori; y
de Sucumbíos, Guillermo Muñoz Tamayo. Ambos fueron electos en el
2004, cada uno con apoyo de diversas alianzas partidistas. La señora
Llori es miembro del partido Pachakutik.
Muñoz forma parte del MPD, organización calificada como “maoísta”, y
que en su página de Internet anima sus mensajes con el fondo musical
del himno de la Internacional Comunista.
Alcaldes cantonales, también militantes de organizaciones de
izquierda, se adjudican la conducción de las protestas, mediante las
cuales exigían sentidas reivindicaciones locales y la salida de la
estadounidense Oxi.
La paralización de los pozos provocada por la izquierda ecuatoriana,
además de golpear los ingresos fiscales, ha puesto a Palacio ante la
urgencia de pedir ayuda petrolera al gobierno izquierdista de
Venezuela.
Algunos analistas insinúan que no son hechos aislados.