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  4 / El Mundo / Lunes / Caracas , 25 de Julio de 2005

Mirando al vecindario

¿Uribe Vélez hasta el 2019?

El pasado 20 de julio, las misiones diplomáticas colombianas de todo el mundo debieron exhibir un video contentivo de un largo mensaje grabado por el presidente Álvaro Uribe. No es un mensaje dirigido a los gobiernos y pueblos de los países amigos donde están asentadas las embajadas. El video tenía como destinatarios a los colombianos residentes en el exterior quienes, por ser su fecha nacional asistirían a la recepción ofrecida por el respectivo embajador.

Uribe habló a sus compatriotas sobre el futuro, informándoles que les presentará para su consideración un plan de políticas con metas para ser alcanzadas en el año 2019 (doscientos años de la Batalla de Boyacá y de la independencia colombiana) con metas parciales en el 2010, año este cuando deberá finalizar el próximo período presidencial.

Tratándose de un Presidente en procura de la reelección para el período 2006-2010, el video que vieron los asistentes a la fiestas en la embajadas de Colombia, pareciera ser el anuncio del programa de gobierno que el Álvaro Uribe pre-candidato lanza ante las colonias colombianas en el extranjero.

Quizás Uribe aspira conducir los destinos de Colombia hasta el 2019, pero por ahora pareciera limitarse a llegar al final de esta década.

El Presidente candidato anda en campaña y está procurando mejorar su imagen entre quienes le adversan, ganar apoyos en el centro y debilitar las críticas de la izquierda moderada, confiando en contar con un voto duro entre quienes favorecen su política de seguridad.

El manejo del tema de la desmovilización de las Autodefensas ha sido fuertemente criticado por aliados europeos de la guerrilla, por organizaciones internacionales de derechos humanos e incluso por el New York Times y parlamentarios de EEUU. Esa política quedó reflejada en la ya aprobada Ley de Justicia y Paz la cual según algunos, abre un estado de impunidad que favorece a los alzados en armas que se acojan a ella. Uribe insiste en la validez de su política pero debió ceder en cuanto a sus posiciones ante la guerrilla. El gobierno planeaba un acto público para la firma del ejecútese de la Ley, la cual es sin duda una victoria política de Uribe. Tras un viaje a Londres y Madrid donde invitó a Europa a supervisar los procesos de desmovilización de las Autodefensas, Uribe prefirió firmar la Ley a solas, sin mayor bulla. Simultáneamente, Uribe ha cedido a las presiones del gobierno francés, de la Iglesia y de sectores del Partido Liberal (Alfonso López Michelsen y Ernesto Samper entre ellos) para permitir los llamados diálogos humanitarios, mediante los cuales la guerrilla aspira a negociar la entrega de decenas, quizás centenas, de personas que mantiene secuestradas, entre ellas la francocolombiana Ingrid Betancur.

Y para bajar tensiones internas entre los militares (y no para complacer a Caracas!!!), Uribe sacó del Ministerio de Defensa a su viejo amigo y paisano Jorge Alberto Uribe. Y ya el nuevo ministro activó dos nuevos batallones en la frontera con Venezuela.

 


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