4 / El Mundo
/ Lunes / Caracas , 24 de Octubre de 2005
Mirando el vecindario
RIP: Comunidad Andina*
La muerte
inminente de la Comunidad Andina de Naciones quedó anunciada la
semana pasada, cuando el presidente uruguayo Tabaré Vázquez confirmó
el ingreso de Venezuela al Mercosur en condición de miembro pleno a
partir del mes de diciembre.
Desde los tiempos del segundo gobierno de Rafael Caldera, Caracas
procuró la vinculación de Venezuela al Mercosur, preservando la
alianza natural con los países andinos. El actual gobierno
venezolano, por el contrario, apuesta a una alianza con los
gobernantes de izquierda del sur del continente. En el llamado Mapa
Estratégico de noviembre de 2004, tenido por los analistas políticos
como cartabón de la revolución bolivariana, el gobierno venezolano
distinguió la existencia de dos ejes de países en Suramérica. Uno de
ellos supuestamente “0monroista” formado por Colombia, Ecuador,
Perú, Bolivia y Chile. El otro eje formado por Brasil Argentina y
Uruguay al cual se siente unido el actual gobierno venezolano. Con
ese precedente, diversos analistas sureños han resaltado el obvio
motivo político del ingreso de Venezuela al Mercosur, poniendo en
duda su real concreción.
El ingreso de Venezuela como socio pleno al Mercosur implica, además
de la suscripción de declaraciones de contenido político, que los
venezolanos asuman dos normativas sureñas: la apertura “plena” del
mercado venezolano a los productos del Mercosur y, la aplicación
“plena” del Arancel Externo Común sureño ante terceros países.
Si bien Venezuela al igual que los otros países andinos, ha firmado
acuerdos de liberalización comercial con los sureños, el ingreso de
Venezuela al Mercosur obligará a un adelanto de los tiempos
previstos para abrir sus fronteras a los productos mercosureños. El
aluminio, el atún y las sardinas venezolanas comenzarán a competir
contra todos los productos del próspero y diversificado aparato agro
industrial brasileño.
La implantación del Arancel Externo Común sureño por parte de
Venezuela, abandonando el esquema de Arancel Externo Andino (no se
puede tener dos sistemas arancelarios!!!) convierte a la Comunidad
Andina en un proyecto sin futuro. Con Venezuela fuera del Arancel
Externo Andino, sus relaciones con la Comunidad Andina dejan de ser
las de una “Unión Aduanera”, quedando limitadas a la condición de un
acuerdo de libre comercio, sujeto además a los arbitrios de las
cíclicas crisis políticas entre Caracas y Bogotá. Ya en medios
especializados comienza a preverse la desaparición de la CAN: ya que
no se justificará un organismo de ese tamaño para “administrar” un
simple acuerdo comercial.
El voraz mercado venezolano que representa el 25% de las
exportaciones colombianas interandinas, permanecerá abierto, pero
bajo la amenaza de un gobierno bolivariano presto a cerrar sus
fronteras occidentales. Debe suponerse que la muy probable
reelección de Álvaro Uribe y la continuidad de una política de
especial cercanía entre Bogotá y Washington, ha acelerado la
decisión de Caracas de limitar sus relaciones con los andinos.
* El artículo fue publicado bajo el
título de "Comunidad Andina"