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4 / El Mundo
/ Lunes / Caracas , 22 de Agosto de 2005 |
Mirando el
vecindario
¿Carmonada en Brasil?
La opción de la
destitución ( “impeachment” ) del presidente Lula da Silva por parte
del Congreso está sobre la mesa desde una semana atrás.
Pero, en los últimos días, las distintas fuerzas han estado en
tensión por el futuro político de Brasil.
Se sabe que el ex presidente Fernando Henrique Cardoso recomendó a
su partido -el Psdb- andar con pies de plomo ante la solicitud de
“impeachment” contra Lula.
FHC habría alegado que tras Lula está el PT, partido con presencia
nacional cuya reacción no puede subestimarse.
FHC erigido en permanente crítico de Lula, ejerce su liderazgo
marcando el ritmo de su partido, donde algunos insisten en apresurar
la salida del actual gobierno.
Tal prisa llevó al reconocido columnista Elio Gaspari Folha São
Paulo) a acusarlos, no sin obvia exageración, de tramar una
“carmonada” contra Lula.
La reunión de los grandes partidos de oposición (Psdb, PFL, PPS, PV,
PDT y el ala no gubernamental del Pmdb) concluyó en que no existen
aún elementos probatorios que apunten directamente a Lula. Ya que el
eventual “impeachment” es un juicio político y no judicial, la
conclusión del inusual sínodo interpartidista reveló la existencia
de razones políticas de peso para no apurar, por ahora, el proceso
parlamentario contra Lula.
Desde el gobierno se estimó que luego del pedido de perdón de Lula
al país, el PT debía salir a la calle para apoyar a su presidente y
denunciar a la derecha y al imperialismo de buscar tumbarlo. La
manifestación de Brasilia en apoyo a Lula, con notoria presencia de
empleados públicos, fue organizada por el Movimiento de Los Sin
Tierra, la Unión Nacional de Estudiantes y la Central Única de
Trabajadores. El impacto de esa acción quedó reducida cuando, al día
siguiente, otras organizaciones de izquierda reunieron en las mismas
calles manifestantes mostrando carteles con la frase “Lula sabía”
pidiendo la salida del presidente.
La capacidad de movilización del PT se muestra erosionada por las
acusaciones de corrupción y desde la propia izquierda se cobra al
gobierno viejas deslealtades ideológicas y prácticas con su
clientela natural. El pope de la izquierda radical globalizada,
James Petras, incluso sostiene que sólo la derecha lloraría un golpe
contra Lula.
En tanto, el temor empresarial a una crisis financiera, la poca
aceptación del presidente de diputados quien asumiría la Presidencia
de la República en caso la salida de Lula y del vicepresidente, la
poca capacidad de la oposición para convocarmovilizaciones de calle,
el rechazo de la Conferencia de Obispos de Brasil al “impeachment”,
y la relativa cercanía de las elecciones han alejado el proceso
contra Lula. Los partidos ya están enfocados en las elecciones
presidenciales, viendo a Lula derrotable en las urnas.
La oposición pretende mantener con vida pero bien atada a su presa.
En el Congreso operan tres comisiones investigadoras (CPI) contra el
gobierno y el viernes pasado estalló un nuevo escándalo que
compromete al ministro de Economía de Lula. |
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