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4 / El Mundo
/ Lunes / Caracas , 10 de Octubre de 2005 |
Mirando el vecindario
Puente EEUU - Brasilia
La visita a
Brasilia la semana pasada del subsecretario de Estado de Estados
Unidos, Robert Zoellick, acompañado del nuevo subsecretario para el
Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, señala la relevancia que
Washington da a Brasil como virtual contraparte regional.
Zoellick viajó a Brasilia no para un encuentro con sus
interlocutores naturales (los diplomáticos de Itamaraty) sino para
una reunión con Marco Aurelio García, el asesor del presidente Lula
para asuntos internacionales, quien ejerce desde el palacio de
gobierno una virtual cancillería paralela. El reconocimiento de
García como adecuado medio para hacer llegar mensajes a Lula,
ratifica que el gobierno de Bush amoldó sus relaciones con Brasil al
actual estilo de Brasilia. Como se recordará, en marzo pasado la
secretaria de Estado, Condoleezza Rice, recibió en Washington al
ahora defenestrado José Dirceu (ex jefe de la Casa Civil de la
Presidencia) quien sin contar con rango diplomático obviamente
actuaba como un emisario directo de Lula.
La presencia de Thomas Shannon en Brasilia, en ese momento aún sin
haber asumido su nuevo cargo, hace suponer que su papel será de alta
actividad directa en la región. Shannon, experto en temas de los
países andinos y parte de quienes impulsaron el Plan Colombia, sería
la pieza clave para un cambio de tono en las relaciones de
Washington con el vecindario, según han comentado expertos
venezolanos en temas de diplomacia de Estados Unidos como María
Teresa Romero y Carlos Romero.
La visita de Zoellick es la tercera de funcionarios de alto nivel de
la diplomacia estadounidense a Brasilia, en lo corrido del año. En
marzo, el secretario de Defensa y activo agente de la diplomacia
militar estadounidense, Donald Rumsfeld, visitó Brasilia y, un mes
después, lo hizo la secretaria de Estado, Condoleezza Rice. Ambos
fueron recibidos por el presidente Lula.
Tras su encuentro con Zoellick, García informó que habían tratado
dos temas álgidos del actual momento suramericano: Venezuela y
Bolivia.
Igualmente habrían conversado sobre el papel de la OEA en las
recurrentes crisis regionales.
García ofreció los oficios brasileños para aproximar a EEUU con
Venezuela, confirmando de esta manera lo que es un secreto a voces:
el rol de Brasil, junto a otros países del área, como canales de
comunicación entre Washington y Caracas.
El siguiente paso de Estados Unidos hacia Brasil lo constituye una
visita oficial del presidente George W. Bush. Ya fue anunciada la
estadía de Bush en Brasilia en noviembre próximo, luego de
participar en la IV Cumbre de las Américas a realizarse en Mar del
Plata, Argentina.
La gira de Bush es un reto para Estados Unidos, que procura mejorar
su imagen en la región.
Las izquierdas argentina y brasileña anuncian protestas,
probablemente violentas, contra la estadía del mandatario
estadounidense, George W. Bush en esas tierras. En contrario, el
gobierno izquierdista de Brasil, en su papel de “jugador mundial”,
ejecuta su política pragmática hacia Washington y el vecindario.
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