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9 / El Mundo
/ Miércoles / Caracas , 24 de
Marzo de 2004 |
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Mirando el vecindario
Gaviria regresa (a
Colombia)
César
Gaviria Trujillo está haciendo maletas.
El próximo junio, en Quito, deberá reunirse la Asamblea General de la
OEA y en el temario figura la elección del nuevo Secretario General de
la Organización.
En 1990 Gaviria llegó a la presidencia de Colombia, con 43 años de
edad, acompañado de una nube de jóvenes ministros y asesores
calificados como el “kinder de Gaviria”. Su camino a la presidencia lo
hizo sobre la ola renovadora auspiciada por el asesinado Luis Carlos
Galán.
Su grito de campaña fue “Con Gaviria habrá futuro”.
Y sus publicistas dejaron saber que en la intimidad, el joven Gaviria
se complacía escuchando discos de Pink Floyd.
Su triunfo se vio como el de las corrientes que procuraban una
renovación de los partidos políticos y de hecho, la nominación primero
de Galán y luego de Gaviria, no contó con el visto bueno de viejos e
influyentes líderes del Partido Liberal. Reducir el papel determinante
que los ex presidentes tenían dentro del Partido Liberal, era una de
las consignas, no tan secretas, de la generación que encabezó Gaviria.
Esa generación, que al asumir las más importantes posiciones del
gobierno, condenó al retiro a muchos que hacían cola en la política
colombiana.
La Constitución de 1991, aprobada bajo el mandato de Gaviria,
introdujo una reforma que buscaba modernizar y fortalecer a los
partidos políticos, y llevó al actual caos en la estructura política
colombiana. El viejo caciquismo regional que convivía en cada uno de
los partidos viró en proliferación de micropartidos, que han hecho del
liberalismo un archipiélago de siglas personales y parroquiales. A
esto se suma la virtual muerte del Partido Conservador, el cual
sobrevive en dos o tres grupos de amigos que se reúnen alrededor de
Andrés Pastrana, heredero del pastranismo, o de Enrique Gómez Hurtado.
Gómez, quien logró capitalizar el sentimiento conservador que
representaba su asesinado hermano, Álvaro, para transformarlo en apoyo
político para el triunfo de un miembro del Partido Liberal: Álvaro
Uribe Vélez.
El hecho de Uribe haber ganado la presidencia compitiendo contra el
candidato oficial del liberalismo, Horacio Serpa, da cuenta de las
lesiones del partido. La fragilidad de la actual dirección partidista,
o el abierto apoyo de Piedad Córdova, directora del Partido Liberal,
al candidato izquierdista a la Alcaldía Mayor de Bogotá, Luis Eduardo
Garzón, sentencian el mal momento del liberalismo colombiano.
Debilidad que ha despertado las ambiciones reeleccionistas de Uribe
Vélez.
En Bogotá esperan ver el tono con que regresará Gaviria.
Algunos suponen que se sumará activamente al club de ex presidentes
liberales donde campea Ernesto Samper Pizano. Y quizás, que asuma la
jefatura única del partido, como se estilaba en los viejos tiempos. La
decisión de vincular a la OEA en las negociaciones
gobiernoparamilitares, y su aprobación a la firma de un acuerdo
gobierno-parlamento, adelanta que Gaviria volverá a la arena política,
esta vez con la madurez de los 56 años.
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