Mirando el vecindario
Llegaron los chinos
Muy activos están los comunistas chilenos.
El Frente Patriótico Manuel Rodríguez y los autocalificados
“colectivos anarquistas y organizaciones mapuches” han formado
una alianza Anti-Apec. El Foro Social chileno formado por
organizaciones genéricamente calificables como
antiglobalizadoras y antiestadounidenses también en la misma
onda. Los radicales protestan contra la realización en
Santiago, a mediados de noviembre, de la reunión del Foro de
Cooperación Económica del Asia Pacífico, Apec. Ese evento,
según los comunistas del vecindario, tiene como objetivo
principal “la profundización del modelo neoliberal en la
región”, por lo cual rechazan la presencia del presidente Bush
y de la propia Apec, denunciándola por pretender imponer “la
globalización mercantil” y por sus “planes de hambre para
Chile y Latinoamérica”.
Pero el gobierno de Ricardo Lagos ha preparado una sorpresa
que deja mal parado a más de uno en el continente.
La visita del presidente chino Jiang Zemin en el 2001,
evidenció que Latinoamérica figura en la agenda china como
mercado para su producción y como fuente de insumos y de
bienes de consumo. Desde entonces, el desembarco de
negociantes chinos a tierras suramericanas no ha parado. China
y Chile acordaron realizar un estudio sobre las potenciales
áreas de intercambio comercial y la conveniencia de su
liberalización. El estudio ya fue concluido y ahora, con
motivo de la reunión de la Apec en Santiago, los dos gobiernos
anunciarán la apertura de negociaciones de un Acuerdo de Libre
Comercio.
Los chinos andan de compras por el mundo: cada país y cada
corporación está sacando cuentas de qué puede ofrecerle en
venta, y cuál proyecto presentarle a los ricos y
diversificados inversionistas orientales. Los últimos datos
conocidos señalan que la economía china creció 9,5% en los
primeros nueve meses del año 2004, y sus importaciones se
incrementaron en más del 30% . Los chinólogos estiman que por
lo menos hasta el año 2008, fecha de realización de las
Olimpiadas de Pekín, la economía de ese país mantendrá una
altísima tasa de crecimiento. Por eso el viaje al cono sur del
nuevo premier chino, Hu Jintao, es esperado con altísimo
interés entre otros por el Gobierno argentino. El presidente
Néstor Kirchner está sediento de inversiones que rompan el
aislamiento provocado por el default bancario, y Jintao a su
paso por Buenos Aires camino a Santiago, anunciaría
inversiones por US$ 4.000 millones.
Mientras la izquierda se prepara para gritar consignas
antiglobalizadoras al paso de la caravana que conduzca a
George Bush, el presidente chino pasará sonriente camino a
firmar amplios acuerdos de libre comercio, sin que los
globofóbicos locales parecieran querer enterarse. La mayor
economía comunista ya seleccionó a quien será su socio
privilegiado en el continente, y la distinción no ha recaído
en alguno de los líderes de la izquierda antigringa
suramericana sino en el Chile liberal.
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