BIENVENIDA EMBAJADORA
El Universal Caracas, Venezuela. 20 de septiembre de 2002
Esta semana deberá llegar a Caracas la
nueva Embajadora de Colombia. El estado de las relaciones entre ambos
países que encuentra la señora Holguin contrastan con aquellas auspiciosas
circunstancias que existían al arribo de Noemí Sanín durante los gobiernos
de Carlos Andrés Pérez y Cesar Gaviria..
Hoy en día Venezuela no tiene
embajador en Bogotá desde ya hace meses, con lo cual las dos más importantes
misiones en el extranjero permanecen acéfalas. La actual ausencia de
embajador fue precedida, además, de la escandalosa conducta en Bogotá del
embajador y ahora ministro Roy Chaderton, quien habría amenazado con
difundir una lista negra de colombianos que celebraron la renuncia de
Chávez.
Los mecanismos de cooperación
fronteriza están paralizados. Las comisiones de fronteras (la Copiaf civil y
la Combifron militar) no se reúnen desde el año pasado. Los planes de
desarrollo fronterizo definidos por ambos países junto a la Corporación
Andina de Fomento han sido archivados. Por boca del saliente embajador
colombiano en Caracas, se sabe ahora que el propio Chaderton habría
originado la paralización de los mecanismos de trabajo bilateral.
El comercio binacional perdió el
impulso que traía desde la apertura de 1992. El monto comerciado ha ido
cayendo, los camioneros venezolanos se quedaron sin paso fronterizo y sin
apoyo para crear sus propias empresas que pudieran competir. Regionalmente,
Venezuela que junto a Colombia fue líder, se ha transformado en una piedra
de tranca a los proyectos de integración económica y comercial, con lo cual
la CAN está debilitada.
El combate a la delincuencia política
y común en la frontera, ya no une a los gobiernos y por el contrario, sólo
algunos meses atrás las tensiones por la diplomacia paralela de la
revolución bolivariana con la guerrilla colombiana, casi llevaron a la
ruptura de relaciones. Mientras, Caracas se niega a suscribir la
actualización de los manuales para operaciones militares coordinadas en la
frontera.
¡Suerte señora Embajadora!
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