DISOLUCIÓN del EJERCITO
El Universal, Caracas, Venezuela. 16 de enero de 2002
Aparte de la erosión en la calidad
profesional y moral de su jefatura, el Ejército venezolano confronta un
peligro inminente: su disolución como órgano concebido para la defensa
nacional.
Diversos medios han informado sobre la
decisión del gobierno de proceder a la reorganización del dispositivo del
Ejército, mediante la eliminación de unidades, el cambio de sede de otras y
la alteración de su objetivo de cada una de ellas. Estas reformas
supuestamente tienen como sustento el cambio de doctrina que el gobierno
estaría inculcando entre las Fuerzas Armadas, para sustituir el concepto de
defensa nacional por el de “seguridad y desarrollo”. Pero tras ese discurso
aparentemente civilizador, se esconde una inaceptable voluntad de reducir la
disposición de combate del Ejército, y en consecuencia, minar la capacidad
defensiva del país.
El proyecto de “reubicación y fusión
de unidades del Ejército” incluiría la transformación de las actuales
brigadas y batallones de cazadores en unidades orientadas a “operaciones de
desarrollo”, las cuales tendrían como objeto fortalecer el llamado Plan
Bolívar en las zonas fronterizas. En momentos cuando la guerrilla
colombiana, fuerte financiera y militarmente se muestra más agresiva, el
gobierno venezolano decide desarmar a sus cazadores y destinarlos a tareas
de “desarrollo”.
Por otra parte, los cambios anunciados
están en total divorcio con las exigencias geopolíticas mundiales. Los
nuevos conceptos de la guerra exigen la conformación de unidades élites
altamente entrenadas, unidades especializadas en operaciones multilaterales
de apoyo a la ONU y unidades de defensa del patrimonio ambiental.
La
modernización del Ejército venezolano no puede residir en cambiar su
objetivo militar para dedicarlo a tareas sociales. El aparato militar
venezolano debe continuar orientado hacia la defensa de los intereses
estratégicos nacionales y su estructura no debe modificarse para complacer
caprichos circunstanciales y teorías antidemocráticas
|