CONTRA TODA DICTADURA
El Universal, Caracas, Venezuela. 25 de abril de 2002
La radicalización del gobierno y de
los líderes del conflicto de PDVSA llevó a la situación límite del 11A.
El gobierno actuó como si la
manifestación de oposición fuera el fin del mundo, intentando un auto golpe
que comenzó con la decisión de silenciar los canales de TV. Mientras, un
sector de oposición actuó como si la manifestación fuera su patente de corso
para un pronunciamiento militar. Ambos llevaron al país al caos cuyas
consecuencias aún se contabilizan.
El anuncio de la renuncia presidencial
fue la clave de la coyuntura.
Todos vimos y oímos al militar de
mayor rango del país, informarnos que el presidente había decidido salir de
la presidencia. Todos vimos que, a los pocos minutos, CNN leía el supuesto
decreto mediante el cual el presidente renunció destituyendo al
vicepresidente y al gabinete. La comunidad diplomática latinoamericana, en
desvelo aquella madrugada, sabía que el gobierno de Cuba citó a un grupo de
embajadores acreditados en La Habana, pidiéndoles que sus países actuaran en
Caracas para garantizar el viaje del renunciante presidente venezolano. Todo
parecía una crisis política superada con la renuncia presidencial.
En la tarde del viernes 12 las cosas
cambiaron. Por TV nos enteramos que en reemplazo de la dictadura
constitucional bolivariana, el gobierno transitorio pretendía imponernos una
dictadura a secas. Después fuimos entendiendo que a espaldas del país, se
había escenificado una trágica comedia palaciega de dobles juegos, donde
distintas facciones se disputaron el poder a cuenta de los muertos del 11A.
Civiles muertos aportados por los pobres y la clase media, convertidos en
carne de cañón de las aspiraciones hegemónicas de sectores antidemocráticos
de extrema izquierda incrustados en el Estado, y de extrema derecha que
pretendían reemplazarlos.
Mientras los acontecimientos se
sucedían, las carreras de caballos continuaban y se celebraron concurridos
juegos de basket profesional. En ocasiones me pregunto cuál es el país
real... |