POLÍGONO DEL PODER
El Universal, Caracas, Venezuela. 07 de diciembre de 2001
Empezando el siglo XXI, el destino
nacional sigue decidiéndose en Caracas y más precisamente en un pequeño
polígono de la ciudad.
Con Miraflores al norte, los bloques
del 23 de Enero al oeste, con El Silencio al sur y un difuso límite hacia el
este, allí se encuentra el polígono del poder en Venezuela. A los efectos
prácticos de la política, si algo no ocurre en ese polígono es como si no
ocurriera...
A principios de los años noventa, en
este polígono confluían manifestaciones diarias a las puertas del Congreso,
los disparos nocturnos contra Miraflores, las operaciones de
desestabilización para hacer creer que los cacerolazos eran
espontáneos.
En 1999 el polígono se hizo territorio
bajo control total del chavismo. En las afueras del Congreso, el MVR
mantenía un grupo de desempleados dispuestos a patear y recordarle la madre
a los congresistas, a cambio de las cajitas felices que les repartían al
mediodía. La turba revolucionaria estuvo allí, hasta que el chavismo dio
el golpe de Estado disolviendo el Congreso con la complicidad del actual
alcalde de Baruta, Capriles Radonski y del partido Proyecto Venezuela.
Disuelto el Congreso, el polígono se
mantuvo en calma, sólo alterado por los usuales actos de autoexaltación
presidencial en la Plaza Caracas y por algún vendedor gritón de afiches y
llaveros con la foto de Chávez.
Las manifestaciones por la ley de
educación y la organizada por AD en noviembre, pusieron en duda la
titularidad territorial. Ya el polígono no es monopolio del gobierno: está
siendo disputado por fuerzas democráticas, por la clase media recién
politizada y por desempleados que ya no reciben ni el almuerzo que antes les
regalaba el MVR. Ya no existen kioskos bolivarianos, ya los chavistas de la
Plaza Bolívar no cuelgan la foto del caudillo. El gobierno podrá emplazar
sus bandas zamoranas armadas, pero el polígono ya no es su solar exclusivo. |