LECCIONES DE CHUAO
El Universal, Caracas, Venezuela, 02 de junio de 2001
Un grupo de venezolanos, autorizado por las autoridades
locales, intentó ejercer el derecho a la protesta contra la injerencia
cubana en Venezuela. El acto fue impedido por una banda de choque escudada
en humildes personas movilizadas bajo las banderas del MAS, PCV y de
tomistas de la UCV. Este hecho deja una serie de lecciones para el futuro
del país.
El gobierno no acepta que le roben la iniciativa temática
en la lucha política. El gobierno no tolera protestas y no duda en propiciar
actos violentos que inhiban a los sectores democráticos. Ahora se sabe a qué
se refiere el locutor Aristóbulo Istiruz cuando amenaza con “defender la
revolución con las armas”, o la recomendación de Felipe Pérez, economista
del gobierno y profesor del IESA, quien promueve las “amenazas creíbles”.
Las bandas radicales del chavismo cuentan con grandes
recursos financieros que utilizaron para amedrentar a una centena de
personas contrarias a la influencia del gobierno cubano. La atención dada
por la señora vicepresidenta, el ministro del interior y el ministro de
defensa a la minúscula manifestación de la oposición, demuestra la debilidad
central del régimen: como conspiradores ven conspiraciones en todo lado,
como violentos sólo saben reaccionar con violencia ante los contradictores.
El gobierno sólo practica la legalidad que le conviene.
Ayer birlaron la decisión de una juez sobre la toma de la UCV, ahora
desconocen la autoridad municipal que autorizó la protesta contra el
gobierno fidelista. Las bandas de choque chavistas en tanto parte del
gobierno, cuentan con absoluta impunidad para agredir a quienes se opongan a
Chávez.
La convocatoria personalista del señor Peña Esclusa
inhibió la participación de otros sectores de la oposición. Otros grupos de
oposición no entendieron la gravedad de la contra-manifestación convocada
por el gobierno y el embajador cubano. Quedó en claro el fascismo abierto
que penderá sobre futuras iniciativas de Elias Santana, Liliana Ortega,
Julio Borges y de tantos otros que esa mañana no estuvieron presentes en
Chuao.
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