Me permito muy respetuosamente
llamar la atención de mis estimados lectores, sobre la importancia que la
inseguridad y la proliferación de la delincuencia puede tener para la
definitiva reactivación económica.
Veamos el argumento
por partes.
El principal problema
del país, según la mayoría, es el desempleo, el subempleo, el desempleo
disfrazado y el buhonerismo. Pues bien. Gracias a la reinante inseguridad,
el desempleo tendrá a reducirse drásticamente. Se equivocan los voceros
oficiales cuando afirman que la delincuencia es consecuencia de la pobreza y
el desempleo. Nada de eso...es todo lo contrario. La delincuencia está
llamada a acabar con el desempleo.
La expansión del
sector seguridad, en sus más variadas manifestaciones, está llamada a ser el
pivote de la sobremarcha económica nacional. Vigilantes, porteros,
sicarios, paramilitares, supervisores itinerantes (de las empresas de
seguridad), guardaespaldas, choferes versados en conducción de seguridad,
son sólo parte de las especialidades con mayor futuro en el mercado laboral
venezolano. He escuchado a algunos especialistas que están proponiendo que
los presos de las cárceles sean elevados a la categoría de profesores del
INCE, para atender la creciente demanda de cursos sobre fabricación de
chuzos y otras armas personales del tipo corto punzo penetrantes.
La inminente expansión
económica significará igualmente un crecimiento del sector secundario de la
economía, tal como el metalmecánico, especialmente el referido al blindaje
de carros, construcción de rejas, puertas de seguridad, garitas, escopetas
caseras, entre otros. Subsectores como textiles, confección y “almuerzos
ejecutivos en envases de aluminio”, vivirán igualmente una explosiva
activación, dada la creciente necesidad de uniformes y una que otra comida
para el personal de seguridad.
El comercio
importador disfrutará con una importante demanda: pistolas, pistolitas,
escopetas, cuchillitos, radios, linternas, pilas para linternas, cámaras de
video, cachiporras, esposas, y para usted de contar.
Los especialistas en
economía venezolana consideran que una de las causas hasta ahora, para el
retroceso económico nacional, lo constituye el peso exagerado del sector
público. Como pueden ver, ese problema quedará superado gracias a la
expansión de la inversión privada en Venezuela. Inversión que estará
dirigida al más dinámico de los sectores: como ya se dijo, el sector
seguridad. La Bolsa de Caracas se convertirá en una verdadera referencia
bursátil global. Incluso, desde ya algunos proponen la reapertura de la
Bolsa de Maracaibo, para hacer frente a los grandes volúmenes de papeles de
empresas de vigilancia que serán negociados en los corros nacionales. Según
algunos voceros de una casa de corredores de Caracas, se teme que con el
auge bursátil en puertas, se produzcan presiones por parte de empresas
extranjeras para llevarse tan lucrativos negocios para que coticen
directamente en New York.
La inseguridad, al
promover la inversión privada de grandes y pequeños agentes económicos
(valen juntas de condominios o propietarios de quioscos de periódicos que
teman a los asaltos), será el gran viraje que hará que nuestra economía
finalmente supere la prehistoria rentística petrolera, para ingresar por la
puerta grande del capitalismo postindustrial, multipolar, cibernético,
post-postmoderno y bolivariano, claro.
El gobierno
revolucionario igualmente podrá mostrar a su amigo el señor Bush (al padre o
al hijo) la indiscutible vocación capitalista que embarga al proceso
bolivariano: ya vemos a Chávez, haciéndose acompañar por una delegación de
guachimanes reclutados en los alrededores de La Casona, para desfilar ante
la sede de la ONU. Ya veo a Chávez arengar en la próxima asamblea general de
la ONU, dando patente muestra de cómo la revolución nos convirtió a todos en
felices ciudadanos de un país donde el sector seguridad nos llevó al
pináculo del bienestar material y espiritual, claro.
Por eso cuando alguien lo
atraque, siéntase patriota, siéntase positivo, sienta que está aportando su
granito de arena para que el país salga adelante.
Saludos para todos. Nos seguimos
hablando... y hasta la próxima vez.
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