Nuevas grietas en Garoña

El Consejo de Seguridad Nuclear ya aprobó en 1996 la solución definitiva a las grietas en los tubos de la vasija de Garoña

El hallazgo de nuevas grietas en las penetraciones de la vasija de la central nuclear de Garoña y el progresivo agravamiento del generalizado problema de agrietamiento múltiple que sufren ya un 70% de estos tubos de la vasija, ponen en evidencia el fracaso de las medidas adoptadas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y Nuclenor ante este problema, que afecta a la seguridad de la central.

El CSN reconoce, en un informe remitido el 21 de mayo a Greenpeace España a petición de ésta, que en las últimas inspecciones realizadas en Garoña se han detectado "nuevos defectos [grietas] localizados en zonas diferentes a las consideradas usuales" en los tubos. Los tubos, también llamados penetraciones, atraviesan la vasija del reactor e introducen las barras de control (cuya importantísima función es la de parar la reacción nuclear que tiene lugar en el núcleo de uranio) en el interior de la vasija.

Además, en las penetraciones agrietadas examinadas en la última inspección, realizada en el segundo trimestre de 2003 durante la parada de recarga de combustible, el CSN ha comprobado que el problema ha continuado empeorando "siguiendo tendencias anteriores".

El problema de agrietamiento se descubrió en 1981, cuando se produjo una importante fuga de 2.880 litros diarios de agua radiactiva del interior del reactor a través de una grieta pasante (es decir, que atravesaba todo el espesor de la pared del tubo) en una de las penetraciones de la vasija del reactor.

Tras una primera intervención fallida (consistente en un expansionado de la pared de la penetración agrietada), la central decidió probar un segundo sistema para contener los defectos. La "solución" pasó por la instalación de un sello mecánico sobre la superficie externa en el área que presentaba las grietas. Este sistema fue aceptado finalmente por el CSN como solución definitiva en diciembre de 1996, a instancias de Nuclenor, tal y como reconoció el CSN a Greenpeace en una carta de fecha 30 de septiembre de
1997.

El CSN consideró esta segunda medida como "solución definitiva" ya en 1996. Por este motivo, Greenpeace considera que tanto el CSN como Nuclenor están engañando a la opinión pública porque tratan de ocultar que ya habían licenciado un arreglo definitivo. Además, afirman que es precisamente ahora cuando están estudiando una solución permanente al problema de las grietas que licenciarán en los próximos meses para que esté lista para la recarga de combustible programada para el 2005.

"Si ya sabían que el sello mecánico no era la solución definitiva, ¿por qué han estado tantos años manteniendo este sistema ineficaz a sabiendas de que no era seguro? Resulta evidente que el CSN ha permitido que la central nuclear de Garoña funcionase todos estos años con un grave problema de agrietamiento para evitar tomar medidas que resultaran incómodas y gravosas económicamente para Nuclenor", declaró Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace.

Obviamente el CSN ya no puede mantener por más tiempo esa falacia: el hallazgo de nuevas grietas en zonas donde no se esperaba encontrarlas pone en evidencia que dicha solución no era tan definitiva ni eficaz como nos quisieron hacer creer.

Por otro lado, es inaceptable que Nuclenor no inspeccione en cada una de las
paradas para recarga el 100% de las penetraciones, tanto por el exterior como por su interior. Los resultados de las últimas inspecciones demuestran que los problemas continúan y que el estado de la vasija sigue empeorando.

"Cuando sólo se inspeccionan unas cuantas penetraciones en cada recarga (13 de 97 en el 2003), se está jugando a la ruleta rusa y no se sabe si la próxima inspección ya será demasiado tarde para evitar un posible accidente", añadió Bravo.

Lo limitado de las inspecciones pone en evidencia que para el CSN y Nuclenor es mucho más importante acortar todo lo posible los períodos de parada para recarga y así reducir sus costes económicos que hacer una inspección en profundidad del estado de las penetraciones (ya que eso supone prolongar y encarecer las paradas).

Greenpeace exige que, al igual que se decidió el año pasado con la centralnuclear de Zorita, el CSN programe el cierre urgente y definitivo de la central.

Greenpeace

Extraído de: http://www.portaldelmedioambiente.com

Ostia en la Boca - LiberAcción

Hosted by www.Geocities.ws

1