PESTICIDAS: INFERTILIDAD, CÁNCER Y SUICIDIOS

"Cuando todavía me encontraba bajo los efectos de la anestesia, el médico me dijo: 'Tengo mlas noticias'. Simplemente, sentenció que Felipe había nacido sin brazos y sin piernas. No me dijo por qué motivo. Yo había estado trabajando en los campos desde el inicio de mi embarazo". Romano Franco, la madre de Felipe, trabajaba recogiendo uvas en los campos de alrededor de su pueblo, Bakersfield (California). Entre los pesticidas utilizados en estos campos se encontraba uno de una estructura similar a la de la talidomida. "Nunca nos dicen qué sustancias químicas utilizan. ¿La razón de por qué no dicen nada a nadie? Creo que es porque quieren, simplemente, que continuemos trabajando". Gente que conoce a Felipe sigue trabajando en estos campos. "Creo que la comunidad tiene que luchar, pero yo no sé cómo hacerlo", dice la madre.

PESTICIDAS AGRÍCOLAS HAN SIDO VINCULADOS A LA INFERTILIDAD, LA DEPRESIÓN SUICIDA, EL CÁNCER Y LOS DEFECTOS CONGÉNITOS MÁS HORROROSOS QUE SE PUEDAN IMAGINAR. HA LLEGADO LA HORA, INSISTE MOYRA BREMMER, DE RECONOCER QUE LA DIETA CON ALIMENTOS BIOLÓGICOS NO SIMPLEMENTE CORRESPONDE A UN ESTILO DE VIDA DISTINTO, SINO QUE PONE ÉNFASIS EN LA VIDA Y LE DA LA ESPALDA A LA MUERTE. NO OLVIDEMOS QUE LOS PESTICIDAS SON PRODUCTOS QUÍMICOSDE SÍNTESIS, NO EXISTENTES EN LA NATURALEZA, SINO PROCEDENTES DEL EJE QUÍMICO INDUSTRIAL, UNO DE LOS BASTIONES MÁS CONTAMINANTES Y TÓXICOS DEL "HOMO TEC-NO-LOGICUS".

Ahora que la comida biológica ha dejado de ser una novedad, en algunos medios se ha puesto de moda criticarla como "demasiado cara". No es barata. Sin embargo, si la vida humana vale algo más que nada, los alimentos biológicos son mucho más económicos que la alternativa industrial. Esto significa que, teniendo en cuenta que se puede considerar a los pesticidas las armas de destrucción masiva más peligrosas, utilizadas indistintamente en todo el mundo para producir comida, nosotros podemos elegir entre los correcto y lo incorrecto. La evidencia de que están causando daños cerebrales, cáncer, infecundidad y cosas peores, afectando a miles y miles de personas involucradas en la agricultura, es desolador y tiene implicaciones para cada uno de nosotros.
En Holanda, por ejemplo, la probabilidad de que un agricultor pueda tener hijos es cuatro veces inferior a la de la mayoría de los holandeses. En EE.UU., donde el uso de pesticidas es aún más intenso, la probabilidad de que un agricultor pueda tener hijos es ocho veces inferior. Un agricultor del denominado "Cinturón del grano" americano me dijo que estaba esperando (casi) enfermar de cáncer "porque eso es lo que le ha ocurrido a otros de mis amigos agricultores". Existe la evidencia de que hay familias donde, uno tras otro, los campesinos se suicidan después de haber llegado al tramo final de una depresión causada por la exposición a pesticidas.
No obstante, si los agricultores están más expuestos, nosotros y nuestras familias posiblemente estamos solamente a pocos pasos. Hay evidencias claras de que vivir en la proximidad de cultivos que usan pesticidas puede significar una amenaza para usted y para la salud y fecundidad de sus hijos. Por si fuera poco, cuatro de cada 10 de nosotros somos genéticamente vulnerables a los organofosforados de uso frecuente. Estos productos pueden ser responsables directos de todo tipo de disrupciones endocrinas e, incluso, de mutaciones.
El enorme volumen de toxinas usadas para la agricultura es alucinante. Cada año, sólo EE.UU. produce pesticidas suficientes como para rociar todo el planeta. Un círculo vicioso. Entre ellos -igual que entre los pesticidas fabricados en Europa- hay sustancias que pueden perjudicar los ojos, la piel, el sistema inmunológico y el sistema hormonal. Y, además -lo más pérfido de todo-, también pueden dañar el cerebro y el cuerpo de bebés aún no nacidos y provocar abortos involuntarios y nacimientos de niños muertos.

ESTADOS CORRUPTOS
No obstante, muchos de nosotros tenemos un sentimiento engañoso que nos sugiere que todo lo que no nos causa un daño inmediato... es inocuo; o creemos que el Estado es una niñera que siempre se va a preocupar de nuestra salud. Pero en este caso la niñera está despistada con la TV. Como las industrias petroleras y químicas son los grandes motores del crecimiento económico (también son los patrocinadores principales de los políticos), muchos gobiernos de todo el mundo se han convertido en unos irresponsables frente al peligro de los biocidas químicos. De esta manera miles de pesticidas son admitidos rutinariamente sin ser sometidos a ningún control de seguridad que resultara digno de este nombre.
Es por todos sabido que las sustancias químicas pueden interactuar de manera peligrosa. Sin embargo, las pruebas no analizan los cruces entre unas sustancias y otras. Por ejemplo, una combinación fatal podría resultar de un producto alimenticio que contenga determinados aditivos y pesticidas o, por decir algo, una mezcla podría resultar fatal al ingerir el pesticida del primer plato con el del segundo. El riesgo que representan todas estas interacciones también se ignora. Además, se sabe desde hace tiempo que los tóxicos son liposolubles y que, por lo tanto, se almacenan en la grasa de nuestro organismo. Pero la mayoría de las pruebas enfoca los efectos sólo a corto plazo. El hecho de que una anomalía en un solo gen puede hacer que cuatro de cada 10 personas sean especialmente vulnerables a los organofosforados puede xplicar por qué las heces de las ovejas no tienen ningún efectos para algunos agricultores mientras que pueden ser letales para otros. No obstante, las medidas reguladoras para pesticidas ignoran el potencial en cuanto a la vulnerabilidad genética.
De hecho, los reglamentos de "seguridad" no cumplen con estándares mínimos. Desde hace ya mucho tiempo se sabe que la dieta de una mujer igual que los medicamentos que toma, pueden afectar a sus hijos y nietos. Pero pruebas con pesticidas que abarquen varias generaciones son raras. Todos sabemos que las pruebas con animales clasificaron como inocua la talidomida. Hay que tener en cuenta que la seguridad de un pesticida suele ser estimada a partir de pruebas con animales y que los efectos se calculan para hombres adultos -ignorando la vulnerabilidad de mujeres, ancianos, niños y fetos en gestación-.

Aparte de esto, muchas sustancias químicas son permitidas para el uso, cuidadosamente calculado, que ejercen unos hombres al rociar las plantas llevando moon-suits con botas resistentes al agua, guantes y mascarillas antigás. En realidad, millones de toneladas de estas sustancias son exportadas cada año a países del Sur, con climas tropicales, donde la mayoría de los campesinos son, además, analfabetos, y no pueden leer las instrucciones de uso. Tampoco tienen recursos para comprar las mascarillas y los equipos de protección, y nadie se los garantiza. Muchos de ellos son mujeres jóvenes, que trabajan en los primeros meses de gestación. Recientemente, en 1.994, EE.UU. exportó incluso sustancias químicas como el DDT (lindano) y el paraquat, cuyo uso estaba prohibido en ese país desde hacía años, habida cuenta de su peligrosidad. Y América no se queda sola. Otros países occidentales exportan a estados del Sur productos que están prohibidos en esas naciones. Se trata de un asesinato masivo.

UN ASALTO A LA FERTILIDAD
Muchas toxinas medioambientales han sido criticadas por haber causado el declive masivo de la fertilidad masculina durante los últimos 50 años. Otras sustancias presentes en otros productos, como plásticos y demás, determinados hábitos "civilizados" (pantalones muy ceñidos o el uso de motocicletas), una vida muy sedentaria y otras cuestiones, como el alcohol o el tabaco, son parte del problema, pero los pesticidas tienen una corresponsabilidad clara y evidente.
Las hormonas son los mensajeros químicos del cuerpo y no sólo regulan la fertilidad sino también el desarrollo y el funcionamiento del cerebro y del organismo. Una de las ideas "espléndidas" de la industria de los biocidas sintéticos ha sido crear sustancias químicas que provocan disrupciones en estos mensajeros endocrinos. Desafortunadamente, especies muy diferentes emplean mensajeros químicos casi idénticos. De esta manera, lo que provoca disrupciones en un mosquito también perjudica a criaturas más grandes, incluso al hombre. Un gol en la propia puerta que selló la mala fama del DDT y que provocó su prohibición.
En 1.992, un encuentro de científicos de disciplinas diversas atribuyó defectos congénitos, infertilidad, sistemas inmunológicos dañados, trastornos en el comportamiento, feminización mascuina, masculinización femenina y disfunciones tiroideas en peces y aves... a 36 pesticidas disruptores endocrinos. Fue tarde, demasiado, para los muchos veteranos de Vietnam que habían estado expuestos al "agente naranja", un pariente cercano de algunos herbicidas modernos, lo que nos muestra una vez más cómo hallazgos bélicos/militares son utilizados también con fines civiles. Con esto se puso en evidencia la incapacidad de los veteranos para tener una descendencia "normal".
Investigaciones de fecha más reciente han mostrado que incluso la exposición a pesticidas durante los días necesarios para la formación de esperma puede afectar a la fertilidad de un hombre y la normalidad de un niño concebido con este esperma. Sin embargo, cuando pesticidas prohibidos por sus efectos sobre el aparato reproductor son exportados a los países del Sur, el bumerán vuelve a nosotros con importaciones de comida, con el pescado e incluso con la lluvia.
Posiblemente, estas sustancias se encuentran en tu cuerpo y en el mío, porque, como ya hemos dicho, se conservan en la grasa. Entonces, apenas sorprende que la disfunción tiroidea se extienda, la fecundidad masculina y femenina disminuyan y un número cada vez mayor de bebés nazca con deformaciones genitales.

EL ÚTERO, INSEGURO
Si eso significa sólo que las mujeres empleadas en fincas no pudieran concebir, el daño causado ya sería suficiente. Pero no es tan simple. A escala mundial, millones de mujeres y niñas descalzas trabajan como minifundistas y trabajadoras nómadas y son salpicadas por sustancias químicas, trabajando en campos mojados por toxinas recién esparcidas y recogiendo, clasificando y empaquetando fruta cubierta con pesticidas.
Las palmas de las manos y las plantas de los pies son tan absorbentes que, en algunos puntos, los médicos tradicionales utilizaban tintura para proteger estas zonas ante posibles infecciones. Las toxinas de hoy entran con la misma facilidad. Y, de igual modo que las sustancias nutritivas se almacenan en los organismos femeninos para alimentar a los bebés de mañana, los disruptores hormonales se acumulan en el cuerpo de una mujer año tras año. Y luego atraviesan la placenta tan fácilmente como cualquier sustancia nutritiva. De esta manera, a escala mundial, muchas esposas de agricultores y obreras de granjas sufren la pena espantosa de concebir consecutivamente sólo para perder sus bebés durante el embarazo, al nacer o poco después (a menudo por culpa de defectos congénitos terribles).
Los fetos y los bebés reaccionan de una manera tan sensible a muchos pesticidas que estos problemas no están limitados a empleadas de granjas. El año pasado, un estudio en mujeres de California mostró que, tan sólo viviendo en un radio de una milla de granjas donde se utilizan distintos tipos de pesticidas, aumentó un 120% la probabilidad de perder al bebé por defectos congénitos durante las semanas críticas del embarazo, que suelen ser las primeras.

DESTRUYENDO LA SALUD MENTAL
Durante un tiempo, ha sido común pensar que bebés nacidos sin síntomas obvios de intoxicación por pesticidas estuvieran sanos y salvos. Pero unos estudios señalan que no es así. Numerosas pruebas con animales mostraron que, durante períodos críticos de la evolución de un feto, una sola dosis, por pequeña que sea, de algunos de los pesticidas habitualmente usados... puede causar un daño permanente en el cerebro. Investigaciones recientes sugieren que esto también ocurre a los niños una vez nacidos. E investigaciones realizadas en México mostraron lo mucho que los pesticidas pueden dañar la sanidad menttal de los niños.
La Dra. Elizabeth Guillette investigaba a los niños de edad preescolar de las mismas características genéticas para comparar a los que viven en un valle de granjas acostumbrados al uso de pesticidas con aquellos procedentes de las zonas más altas, donde no se utilizan estos productos. Se detectaron altos niveles de pesticidas múltiples en la leche materna y en la sangre del cordón umbilical de personas procedentes del valle. Pero ninguno de los niños empezó a mostrar signos físicos de intoxicación de pesticidas. Sin embargo, un test psicológico de los dos grupos dio resultados muy distintos.
Los niños del valle con pesticidas tenían una capacidad de resistencia reducida, peor coordinación, memorias menos ricas y les faltaba creatividad en sus juegos en comparación con aquellos de las zonas altas sin pesticidas. Y, si se les señalaba el dibujar a una persona, sus dibujos eran radicalmente diferentes. Los dibujos de los de cinco años expuestos a pesticidas eran fragmentarios, desordenados y caóticos, mientras los niños de las familias no tocadas por pesticidas dibujaban figuras típicas para su edad. De igual modo, los niños expuestos a pesticidas fácilmente se excitaban y se enfadaban y además mostraban agresión no provocada.

RIESGOS GRAVES
Algunos expertos vincularon estos descubrimientos con dificultades de concentración. Y semejante daño seguramente puede ser común en familias de granjeros donde se utilicen biocidas de síntesis. Cuando se hicieron pruebas en la orina de niños preescolares de obreros agrícolas en el estado de Washington, la mayoría de las pruebas contenía concentraciones insanas de pesticidas. Hubo muestras que contenían el triple de la dosis "segura" para adultos. Y algunos habían estado expuestos a dosis 20 veces más altas que la considerada "segura" para adultos. En otro estudio en niños de obreros agrícolas la orina de más de la mitad contuvo azinphosmethyl (un organofosforado muy tóxico) a una concentración bien por encima de lo que, según se sabe, causa daños en el funcionamiento del cerebro.
Dado que las mentes de niños agricultores están expuestas a riesgos tan graves sin que ellos trabajen en los campos, imagínese el peligro que corren los 800.000 niños obreros agrícolas en todo el mundo. En muchos países del Sur, hasta un 70% de los trabajadores agrícolas son niños de 5 a 15 años, y además a muchos adolescentes les toca aplicar pesticidas. Un miembro de una organización de caridad me dijo que, incluso en EE.UU., sólo una vez cada 75 años se hacen inspecciones en las granjas con respecto al trabajo infantil. En los campos de uvas y fresas de California es posible que niños inmigrantes con sólo cuatro años trabajen junto a sus madres embarazadas en tierras rociadas con bromuro de metilo -un portente tóxico nervioso con mala fama por causar defectos congénitos y daños cerebrales en animales-. Se conocieron casos de enfermedades, infecundidad, abortos involuntarios y nacimientos de niños muertos entre trabajadores inmigrantes, pero sólo pocos quieren admitir que están enfermos porque, entonces, son despedidos. De esta manera ni sus propias enfermedades ni el daño mental que casi inevitablemente sufran sus niños figuran en las estadísticas.

INVITACIÓN AL CÁNCER
Sólo pocos de los trabajadores que producen el chocolate, el té, el café y las frutas tropicales para nuestras mesas alcanzan los 50 años. Esto se debe al hecho de que muchos pesticidas perjudican el sistema inmunitario, duplicando su vulnerabilidad a enfermedades tropicales y cáncer. Puesto que sólo pocos de los agricultores del Sur pueden pagar el tratamiento médico, nunca sabremos cuántos fallecen debido a cánceres potenciados por biocidas químicos, pero se debe suponer que son muchos. Cada vez son más los estudios que vinculan distintos tipos de cáncer con pesticidas.
Cuando se hicieron mapas ilustrando la aparición de varios tipos de cánceres en cuatro estados de EE.UU., las áreas con más cáncer coincidieron con las zonas del cultivo de trigo y de la aplicación de pesticidas. En Florida se comprobó una tasa muy elevada de víctimas de cáncer de próstata. En Dinamarca y en EE.UU. se descubrió que la existencia del dieldrin en la sangre de una mujer significa un mayor riesgo de que padezca cáncer de mama y una posibilidad restringida de sobrevivirlo. Resulta que tan sólo con vivir dentro del perímetro de una milla y media de los campos de fresas de Cape Cod (New England, Massachussets), según se ha probado, asciende el riesgo de que un niño desarrolle un tipo distinto de cáncer cerebral. A fin de cuentas, revisando 31 estudios de cánceres infantiles, se demostró que si uno de los padres estaba de alguna manera afectado por pesticidas... el riesgo de que los niños sufran Wilm's tumor, sarcoma de Ewing y tumores de las células del esperma... era más grande, y que tan sólo vivir en una granja se veía asociado con un riesgo elevado de varios cánceres infantiles.
Por supuesto, estas asociaciones no demuestran ninguna casualidad. Sin embargo, estudios hechos en laboratorios aprueban que células cancerígenas se multiplican aceleradamente con la presencia de distintos pesticidas. Varias sustancias biocidas a la vez fomentan el crecimiento de células cancerígenas tan sólo en minutos. En Gran Bretaña, la cifra de conocidas o sospechadas sustancias cancerígenas que han aparecido en el mercado se ha duplicado durante los últimos 12 años.

AGRICULTORES INVISIBLES
El cáncer llama la atención y es el objeto de muchos estudios. Pero el sufrimiento no registrado de agricultores cuya vida fue arruinada por lospesticidas podría ser más grande. Datos derivados de la estadística Health and Safety (sanidad y seguridad) del Reino Unido señalan en reiteradas ocasiones que los pesticidas afectan a más ciudadanos que a agricultores. Sin embargo, la verdad cruel es que lo que se da a conocer oficialmente se restringe a intoxicaciones a corto plazo mientras se ignoran las enfermedades crónicas que son causadas a largo plazo por pesticidas acumulados en el cuerpo.
El caso de John Peters es típico. Durante años rociaba silos con sustancias químicas. Nunca entendió por qué tenía dolor de cabeza, dificultades de respiración, un estómago delicado y diarrea cuando usaba estas sustancias químicas, ni siquiera cuando sus ojos empezaron a ser sensibles a la luz. Llevaba ropa de protección y desconocía los síntomas de intoxicación causados por estas sustancias. Una vez, después de haberse mojado con el pesticida, le invadieron dolores de cabeza mortales, palpitaciones y dolores de pecho. Tamblaba, sudaba, tenía alucinaciones y problemas serios de respiración. Cuando los síntomas peores hubieron disminuido, se quedó con una sensibilidad aguda a la luz, temblor y reacciones alérgicas severas a sustancias cotidianas. Tan sólo hablar le agotaba. Pero no ha recibido ninguna compensación, ni él ni los miles de agricultores como él que aparecen en las estadísticas de los daños causados por los pesticidas. Oficialmente, semejantes reacciones a los pesticidas no ocurren.

UN MAR DE MOLESTIAS
Uno de los efectos secundarios de las vastas plantaciones, los monocultivos inmensos de la Revolución Verde, es que tienen que ser fumigadas desde el aire. Los habitantes del distrito de Karsagod, en el Sur de India, dieron alegremente la bienvenida al desarrollo de las grandes plantaciones estatales de anacardos. A sus niños les gustaba saludar con las manos a los helicópteros que rociaban con endosulfán los árboles. El biocida caía también sobre los pueblos. Unos 20 años más tarde, esta gente destaca entre los más afectados por pesticidas como un ejemplo expresivo y terrible. En 183 casas se han hallado 279 enfermos graves. El uso de los pesticidas vino acompañado por infecundidad, problemas ginecológicos, asma, depresión suicida y cáncer. Es habitual ver niños que sufren hidrocefalia, retraso en el crecimiento y deficiencias mentales...
Narayan es un hombre que mide 91 centímetros. Sus capacidades mentales están tan reducidas como su cuerpo. Ha perdido la mayor parte de su pelo y su piel tiene una costra extraña. La cabeza de una niña creció y creció hasta casi explotar y luego encogió hasta que la pequeña falleció sometida a unos dolores terribles.
Una prueba de sangre tomada por un médico local mostraba una concentración 637 veces más alta que el límite admisible de endosulfán. Al manifestarse estos hechos, unos oficiales del gobierno seguían insistiendo en que el producto era impecable y pasaron cuatro año hasta su ilegalización. ¿Cuántos anacardos se habrán consumido por Navidad sin saber que algunos niños murieron por ellos?

UNA CULTURA DEL RECHAZO
Semejante catálogo de miserias humanas seguramente cuestiona nuestro derecho de haber sido designados como seres "civilizados". También prové la evidencia contundente para justificar poner un fin a los suministros de pesticidas dirigidos por los gobiernos e ilegalizar muchos de los productos que habitualmente se utilizan en los cultivos convencionales. Pero las previsiones para que ocurra esto son malas. Hace más de 40 años, unos estudios del Royal Free Hospital ya demostraron que las células del esperma de unos ratones sometidos a una dieta no-orgánica eran poco vivaces y malformadas. Evidencias como tales y el catálogo de daños que para la vida salvaje han significado los vertidos de residuos tóxicos y el uso indiscriminado de pesticidas de todo tipo... deberían haber alarmado a los gobiernos ante los posibles peligros para la Humanidad. Pero los gobiernos no quieren reconocer que, durante años, se sacrificaron conscientemente la salud, la fertilidad y la salud mental de millones de hombres, mujeres y niños en los altares del crecimiento económico, la globalización y el poder.

FUERZA PERSONAL
Ahora, nos toca actuar. Muchos de los lectores de The Ecologist, desde hace tiempo, compran alimentos biológicos. Pero una proporción alta de la fruta brillante, de la verdura fuera de temporada, del chocolate y del café que de pronto van a aparecer en las mesas festivas de la próxima Navidad... habrán sido producidos con la ayuda de pesticidas que no sólo afectan a las comunidades agrícolas, sino también a los empaquetadores, los comerciantes y los suministradores. ¿No será ahora, pues, el momento adecuado para que empecemos a hablar sobre comida biológica como una alternativa ética... y no sólo como un estilo de vida? ¿Y no habría llegado ya el momento ideal para llamar la atención sobre los inconvnientes de la comida convencional?
Con los transgénicos entendimos que, cuando hay suficientes consumidores que se mueven, los grandes almacenes escuchan. Los 10 supermercados más grandes del Reino Unido tienen ingresos anuales similares a los de los 35 países más pobres del mundo. Los datos son extrapolables a España. Si nuestros supermercados dejaran de comprar comida rociada por estas sustancias tóxicas, agricultores y propietarios de tierras y plantaciones gradualmente dejarían de usarlas. Cada vez que compramos comida biológica o libre de pesticidas, o apoyamos a nuestra tienda local para que evite comprar productos convencionales, o informamos sobre este tipo de asuntos... salvamos vidas. Y cada palabra y cada compra cuenta. Esta vez, todos nosotros podemos provocar un cambio, hagan lo que hagan los gobiernos.

Moyra Bremmer es la autora del libro muy aplaudido "GE: Genetic Engineering and You"; fue presentadora de "Science Now" y del "BBC Television's Money Programme"; también colabora con "Newsweek".

Copyright Moyra Bremmer. Por favor, siéntase libre de copiar este artículo para otras personas. Moyra Bremmer ofrece su copyright a toda reproducción de carácter no-comercial siempre que la pieza esté utilizada en concordancia con su copyright y la publicación principal sea atribuida a The Ecologist.

FUENTES DE INFORMACIÓN SOBRE PESTICIDAS
PROTÉGETE, PROTEGE A TU FAMILIA, A TUS AMIGOS...

  1. In Harm's Way: toxic threats to child development es un informe excelente sobre las fuentes de las sustancias tóxicas que pueden afectar a niños y fetos. Visita: http://psr.igc.org/
  2. http://www.ourstolenfuture.org es una página web fantástica sobre sustancias químicas que causan disrupciones endocrinas.
  3. http://www.pan-uk.org es la ONG principal del Reino Unido especializada en pesticidas.
  4. Amigos de la Tierra tienen buena información sobre asuntos de pesticidas. Visita http://www.foe.co.uk
  5. Visita Greenpeace en www.greenpeace.org para obtener una fuente útil sobre las informaciones de última hora.
  6. www.ace.orst.edu/info/extonet es una buena base de datos sobre la toxicología de pesticidas.
  7. www.foodfirst.org/progs/global/cpr/ es otra página excelente que opta por la prohibición de la mayoría de los pesticidas tóxicos.
  8. Para reportajes sobre intoxicaciones causadas por pesticidas visita www.getipm.com
  9. En España, visita www.vidasana.org Encontrarás abundante información sobre pesticidas y, además, la alternativa: la agricultura biológica. Cursos, másters, trabajo...
  10. The Ecologist en castellano ha editado hasta la fecha mucha información al respecto. En prácticamente todos los número publicados hasta hoy a aparecido algún artículo o reportaje sobre los problemas de la agricultura química. En especial, los números 0, 1, 3, 4, 5, 6, 7 y 8.
  11. Recomendamos Nuestro Futuro Robado, libro esencial para comprender el problema de los disruptores hormonales. T. Colborn, J.P. Myers, D. Dumanoski, Ecoespaña Edit.

Artículo extraído de:
The Ecologist para España y Latinoamérica, nº 15, octubre-noviembre-diciembre 2.003 (páginas 33 a 36).

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