LECTURA 59
- La selección natural, la selección del sistema inmune (con sus problemas de reconocimiento del antígeno) y la del grupo neuronal, son los tres ejemplos de sistemas selectivos biológicos.
Uno se puede preguntar cuántos elementos son necesarios para un buen sistema selectivo. ¿Puede tener solo cinco elementos, por ejemplo? La contestación es no. Existe una función de selección para un conjunto de N elementos de tal tipo que la probabilidad de reconocer un miembro particular a partir de un juego de señales cae bruscamente, cuando N es demasiado bajo. Con cinco anticuerpos en un sistema inmune la probabilidad de un buen reconocimiento del antígeno no andaría. Si N sube demasiado, no mejora mayormente la probabilidad de un buen reconocimiento. Otra propiedad de un sistema selectivo es que el sistema no funciona si consiste en elementos únicos para un único juego de señales. fig 2 p 61 El mundo es un sitio rico. A medida que se reciben más señales, el repertorio se puede volver exhausto en un sistema de ELEMENTOS UNICOS Y ESPECIFICOS que hace corresponder UN elemento con UN juego de señales, panel superior. Cuando el número de estímulos excede el número de elementos, es inevitable que ocurran fallas de reconocimiento. Por contraste, no hay especificidad alguna si un sistema es completamente degenerado, con elementos generalizados, panel inferior, donde cada elemento reconoce todo tipo de señales. Todo sistema selectivo tiene que encontrar un compromiso entre especificidad y amplitud en la generalización.
23.feb.2001
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Colección de lecturas de Biología- Carlos von der Becke.