FUERA DE LA NADA.11
Número de orden - 38

Carlos H. von der Becke
Fuera de la Nada 11

SALMO 9, DALET
Propuestas para reemplazar un salmo perdido

La pérdida de un salmo.

Doña Rosa y don Felipe buscan la factura de la luz que se les perdió ¿o será que nunca llegó?

La búsqueda de papeles perdidos, que quizás nunca ingresaron al sitio donde los buscamos, es una de las actividades más frecuentes y frustrantes en esta civilización que resultó del afán de dejar constancia de las ocurrencias y del intento de no olvidar las circunstancias.

Imaginamos la desesperación de los eruditos encargados de guardar el Libro Sagrado, al extraviarse el Salmo 9 (dalet), que se perdió sin retorno (salvo que la contribución humana no llegase al nivel de ser palabra de Dios y fuese olvidado adrede)

En las versiones biblicas de uso domestico, el noveno salmo caracterizado con la letra hebrea dalet, simplemente se ha reemplazado por un renglon en blanco. Los otros pedazos del salmo 9, que en realidad no es único sino que es una coleccion de ellos, ya tienen de por si varios cambios de argumento`y la pérdida queda disimulada.

Pese a eso, a los lectores de salmos nos seduce la idea de repensar el salmo perdido para siempre. Sabiendo de antemano que la tarea es inútil y bastante herética, todavía perdura la curiosidad de interrogarnos qué pudo haber salmodizado el fragmento inédito. ¿Qué habrá dicho? ¿Cómo lo interpretaríamos hoy?

Se pueden proponer tantas versiones como sean los estados de animo de otros tantos seres humanos.

Aqui mis contribuciones.

PRIMERA VERSION.

    He elaborado con cariño, mi esquema de la racionalidad humana,
    que se me ocurrió en una estación de ferrocarril, haciendo tiempo.

    Encuentro que su giro, el giro de mi esquema,
    está mandado por la fantasía,
    por la creación o la intuición,
    por la inspiración que surge en forma inesperada.

    Y la sacrosanta razón, pasa a ser asi anciliaria
    de otras extrañas razones, que la razón no entiende.

    Y mientras comparo este mundo
    - que miro con ojos de cristiano-
    con mi somero esquema,
    llego al rombo decisional.
    Allí me maravillo de mi potencial riqueza.

    Si asi lo quiero, puedo abandonarme,
    con un Padre Nuestro,
    a la voluntad divina.
    Si asi lo quiero, puedo encontrar que la voluntad divina
    tambien se hace a través mío,
    en conjunto con mis hermanos los hombres.
    Si asi lo quiero, puedo realimentar mis dudas y creencias
    y volver más sutil y fructífero mi asombro.

SEGUNDA VERSION

Ninguna moral empuja; en realidad atrae. Señor, tu moral, con la que me atraes, dejame que sea para mi vital. Respetandola, no me debiera atrapar ni la abulia por la vida, ni la idolatria por la letra.

Ninguna moral, por ser verdaderamente moral, se puede cumplir.

Tus normas se elevan en el limite de lo incorporeo, tensandome la vida. Mi ocasional compañera es esa tension. Ayudame a tensarme. Pero dejame el resquicio de entender que tus normas no pueden ni deben ser del todo realizadas. Y en el beneficio de la duda, para vivir como ser humano, ayudame a tensarme.

TERCERA VERSION

    Por razón de mi oficio debo estudiar las ciencias.
    Por razón de mi gusto quiero exponerme a la noticia buena.
    Y me encuentro como uno.
    No quiero rechazar el aporte de las experiencias religiosas.
    Insustituible ha pasado a ser mi poder natural de conocimiento.
    Los tópicos que conozco, tambien los conozco como cristiano.
    Solo por algun artificio puedo estudiar haciendo abstracción de mi fe.
    Mi amistad con Dios no me resulta ni extraña ni indiferente de lo que sé.
    Como ser pensante y cristiano,
    siento la unidad de esas dos riquezas complementarias.
    Esta unidad no la puedo quebrar en dos ramales abstractos,
    ya que tienen un centro en el conocimiento unitivo,
    en el matrimonio espiritual,
    en algo asi como el éxtasis interior.

CUARTA VERSION, ORTEGUIANA

    No. No.

    El deber no es genérico.
    Cada uno de nosotros tenemos el nuestro,
    inalienable y exclusivo.
    Tampoco el deber es único:
    lo sentimos cambiante con el pasar del tiempo.
    Tenemos nuestro intimo repertorio de deberes
    y del sentido para orientar nuestra vida.
    Lo que es bueno en alguno puede ser indiferente en otro.
    El irrevocable destino es vivir
    desde nuestro destino, desde nuestra vocación, desde nuestro yo,
    aquél que Dios tiene en su mente.
    Su formulacion más concisa es la de Píndaro.

    Serás lo que debas ser.

QUINTA VERSION, UNAMUNIANA

    Yo mismo soy algo,
    que constantemente me estoy haciendo,
    que constantemente me estoy diseñando.
    Ese yo no es una posibilidad inventada por mí.
    Es, en cambio, una idea
    eternamente contenida en la mente divina,
    con el embudo de las restricciones
    de la herencia humana.
    Mi verdadero yo
    no es sólo este yo que recicla de la tierra
    y al que la tierra reciclará algun día,
    sino que es tambien mi yo eterno,
    el modelo de mi mismidad,
    mi codigo de edificacion
    y mi propio plano maestro.
    Desde antes de antes
    y hasta despues de despues.
    Es la idea que de mí tiene Dios,
    conciencia del universo.

SEXTA VERSION

    Soy el hijo de mis propios salmos.
    Voy naciendo a medida que los acabo de entonar.
    Me siento flotar en la armonía
    de salmodizar contigo
    como un niño que le canta al padre
    sus rondas infantiles.
    Y asi estoy en paz en tu presencia,
    quizas porque aprendí
    a no necesitar milagros
    Si los he llegado a necesitar,
    aprendí dolorosamente a no pedirlos.
    Sin embargo tú te has hecho el encontradizo
    y me has sobresaturado de tí.
    Mientras voy salmodizando,
    algo de tí cristaliza en los versillos.

SEPTIMA VERSION

      Tú tienes preparados dos libretos.
      Uno sin nuestra oracion
      otro con ella.

    Desde siempre, tú, Señor,
    tienes pensados a dos actores
    que se han de llamar como nosotros,
    los del siglo XX.
    Desde siempre, tú, Señor,
    tienes pensado un tablado,
    el de nuestro hogar,
    ubicado en una comarca pródiga,
    con muchos buenos amigos
    y con nuestra familia que es hermosa
    porque tú formas parte de ella.

    Tú, Señor, nos llevas de la mano,
    a traves del escenario,
    sorteando entretelones,
    ensayando juntos.

    Sonriendo te has dado cuenta
    como interpretamos nuestro propio papel;
    como facilmente nos salimos del libreto
    para volver a él
    al escuchar tu murmullo de apuntador.

    Puesto que nosotros confiamos
    en tu presencia escondida
    durante todas estas escenas
    donde actuamos juntos
    cada cual en su oficio.

      Tú tienes preparados dos libretos.
      Uno sin nuestra oración
      otro con ella.


Otro - 
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Actualizado 29 Junio 1998
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