Volver al Observatorio de Conflictos

 

CHINA Y LA PROPIEDAD PRIVADA

 

Ernesché Rodríguez Asien*

 

En la actualidad, resulta una contradicción los cambios que China está realizando en  su sociedad y economía, y sobre todo en torno al tema de la propiedad,  ya sea estatal o privada, que resulta muy complejo a la hora de analizar a China.

El 16 de marzo de 2007 la Asamblea Nacional Popular de China (ANP) aprobó con amplia ventaja la ley más discutida de su historia, que reconoce por primera vez la propiedad privada y equipara su protección a la de la pública  y la colectiva. Tras 13 años de intensos debates se aprobó esta controvertida ley.

Todo tipo de propiedad, desde la estatal a la colectiva, individual o de otro tipo, está protegida por la ley y nadie puede atentar contra ella. También los diputados aprobaron la nueva ley de impuesto unificado, que sube las tasas que deben pagar las compañías extranjeras y las equipara a las chinas (25%), así como el presupuesto para 2007, que establece un incremento del 17,8% para el gasto militar.

Según fuentes oficiales, esta ley pretende, por un lado, proteger al sector privado, que aporta ya cerca de la mitad de la riqueza nacional y, por otro, acabar con las frecuentes y protestadas expropiaciones en el medio rural, convertidas en un peligroso factor de inestabilidad para el país.

El gobierno chino ha intentado demostrar que una ley que regule la propiedad privada irá en beneficio de los campesinos, que ven como cada año, según los datos oficiales, se expropian casi 200 000 hectáreas de tierras de cultivo, en la mayoría de los casos sin ofrecer compensaciones. Además, el 65% de las revueltas populares tiene su origen en las expropiaciones.

Yao Tianen, uno de los miembros de la asamblea, diputado de la provincia de Henan, señaló: “Estas regulaciones ofrecerán a los campesinos una poderosa palanca para garantizar sus derechos e intereses cuando tengan que abandonar sus tierras.”

En el campo chino la propiedad de la tierra es colectiva y el Estado la cede a los campesinos en régimen de usufructo durante períodos de hasta setenta años. Este sistema se sigue manteniendo con la nueva reglamentación, pues, a juicio del gobierno, el medio rural no está todavía preparado para la privatización de la tierra, debido a la falta de un sistema extendido de seguridad social.[1]

 

Se pueden definir tres formas de propiedad en China:

 

1- Propiedad estatal (propiedad de todo el pueblo o propiedad pública):

 

Se basa en el supuesto de que el Estado se encuentra en manos del pueblo trabajador y que en la práctica es este quien controla a través del Estado los medios de producción.

 

2- Propiedad privada (individual o familiar):

 

Dentro de la clasificación del sector privado en China existen dos subgrupos que han recibido un tratamiento diferenciado:

 

1-            El de los “negocios individuales” sobre la base de la economía familiar e integrado hasta por ocho personas que administran un pequeño negocio bajo contrato establecido con el Estado. Fue el más favorecido desde los primeros años de la reforma.

 

2-            Los “negocios privados” de mayor envergadura, en los cuales un empleador, dueño de determinados recursos financieros y materiales, puede contratar a un mayor número de empleados, luego de cumplir ciertos requisitos y previo contrato con el Estado. Ha sido el más polémico de los dos por obvias razones de tipo político-ideológico.

 

3- Propiedad colectiva:

 

Las diversas formas de economías cooperativas en las zonas rurales, como las dedicadas a la producción de suministros y la venta, el crédito y el consumo, pertenecen al sector de la economía socialista de propiedad colectiva de los trabajadores. Los trabajadores que sean miembros de los colectivos económicos rurales tienen derecho, dentro de los límites establecidos por la ley, a explotar terrenos de cultivo y laderas de colinas asignadas para su usufructo propio, así como a dedicarse a las actividades hogareñas y secundarias de producción y a criar ganado y animales domésticos también para su usufructo propio.  

En los primeros años de la década del 80 el gobierno chino había autorizado a que muchas familias campesinas se dedicaran a otras actividades especializadas fuera de la producción agrícola, lo cual propició la aparición de pequeños negocios privados sobre una base familiar.

La reforma rural llevada a cabo en esos años hizo que se hiciera extensiva también hacia las ciudades a partir del año1984, empezando a diseminarse esos negocios que ofrecían servicios que el Estado no podían garantizar. Estos negocios privados contribuían a aliviar el desempleo y a resolver problemas de la vida cotidiana.

Entre 1987 y 1989 se produjo una aceleración  de la expansión del sector privado.  Durante la Séptima Sesión de la Asamblea Nacional Popular de China, celebrada en abril de 1998, en medio de intensos debates fue revisada formalmente la Constitución de la República, en la cual quedó plasmado el reconocimiento de la existencia de las empresas privadas.

Según analistas chinos, una de las razones por la que se ha llevado a cabo el proceso de privatización es que la producción industrial de las empresas estatales ha ido disminuyendo en términos relativos y sus inversiones no han experimentado grandes cambios. Por ello se justifica la eficiencia de las empresas privadas, argumentando fundamentalmente que:

·              Crea oportunidades de empleo.

·              La reforma de los derechos de propiedad, tanto en las grandes empresas como en las pequeñas  y medianas, conduce al aumento de la productividad.

·              Un incremento del capital privado entre las participaciones no privadas contribuye al aumento de la productividad.

·              El cambio en los derechos de propiedad es efectivo en el incremento de la productividad.

·              Complementa y compite con el sector estatal, obligándolo a desarrollar un rol más activo y eficiente.

·              Permite la acumulación y el flujo de capitales para el Estado.

·              Contribuye al entrenamiento empresarial.

·              Contribuye a eliminar la ociosa tendencia de “producir por producir”.

 

Sin embargo, como elementos negativos del sector privado reconocen lo siguiente:

 

1-            La posible conducta especulativa de los empresarios privados y la emergencia de “nuevos ricos”.

 

2-            El posible poder incontrolado de los dueños o empresarios privados, tanto en la toma de decisiones, como en la apropiación indebida de excedentes provenientes del trabajo de los empleados.

 

La posible polarización de la sociedad, debido a la diferencia de ingresos en relación con el sector privado, ha sido uno de los aspectos de mayor preocupación para la dirigencia china. No obstante, el concepto que parece haberse impuesto es que mientras exista un sector estatal dominante los beneficios del sector privado para la economía de mercado socialista prevalecen sobre los efectos dañinos.[2]

Lo anterior se sintetiza en lo siguiente:

-                En la economía de mercado socialista la primacía la tienen la propiedad pública y la estatal dentro de esta.

-                El fortalecimiento de la propiedad privada no constituye un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar un fin: el desarrollo de la economía de mercado socialista.

-                La utilización de la propiedad privada puede expandirse, pero solo en la misma medida en que pueda ser controlable o, en otras palabras, resulta aceptable siempre que constituya un complemento para el fortalecimiento de la propiedad pública y no una amenaza para su dominio.

 

También estos analistas plantean los siguientes aspectos, que hacen a las empresas estatales tan ineficientes:

 

1.                        Baja calidad de los gestores de las empresas, los cuales se adaptan con más dificultad a los cambios del mercado que aquellos del sector no estatal. El problema es que dichos gestores no son empresarios en el sentido que la mayoría conoce, sino que pueden calificarse como burócratas. Son elegidos por el gobierno no por su habilidad empresarial, sino por su posición en la jerarquía burocrática.

 

2.                        Las empresas estatales, por ejemplo, han proveído de medicamentos a sus empleados; las pensiones para los empleados jubilados eran asuntos de sus empresas. Las cargas sociales soportadas por estas empresas han sido elevadas.

 

3.                        Políticas intervencionistas del gobierno que han provocado la carencia de autoridad empresarial.

 

4.                        Las llamadas “coacciones de presupuestos blandos”, como son el paternalismo y el proteccionismo provocados por sus gobiernos supervisores, los cuales respaldan cualquier tipo de deuda causada por las empresas estatales. Bajo este principio a ninguna empresa estatal de gran tamaño se le permitirá estar en bancarrota, incluso, aunque lleve mucho tiempo con déficit importantes.

 

Por todo lo anterior las autoridades chinas no han perdido tiempo y han decretado varias políticas al respecto, como son: Los mercados de valores han sido abiertos a algunas empresas; se ha promulgado la ley de corporaciones y se han establecido ayudas financieras para cubrir sus créditos.

Para muchos economistas chinos existen dos corrientes de pensamiento con respecto a las empresas estatales y su reforma:

 

a)                                      Una es la “escuela de mercado”, representada por el profesor Lin, (prestigioso académico), la cual insiste en lo siguiente: Solo si se eliminan las cargas históricas del sistema de seguridad social, se endurecen las condiciones de su presupuesto y, lo más importante, si se proveen mercados de materias primas, capitales e incluso de gestores con un buen funcionamiento, podrán funcionar igual de bien que las empresas privadas.

 

b)                                      La otra escuela es la calificada como “Escuela del Derecho de Propiedad”, la cual hace un mayor énfasis en la propiedad, específicamente en la propiedad de las empresas. Esta escuela entiende que solo si las empresas estatales son privatizadas podrán mejorar su gestión, ya que de otro modo su gobierno corporativo no puede ser asegurado. Siguiendo el criterio de algunos especialistas chinos, la propiedad estatal no puede producir ningún empresario ni gestor capitalista. Además, aún cuando una empresa estatal resulta ser privatizada seguirá siendo controlada por el Estado, ya que controla todos los canales financieros. Por ello esta escuela recomienda la privatización de las empresas financieras y no financieras al mismo tiempo.[3]

 

Actualmente, al parecer, la escuela más en boga dentro de los círculos académicos es la del derecho de propiedad. En chino el término “privatización” tiene dos posibles traducciones: uno es mingyinhua (gestión en manos privadas) y el otro es siyouhua (propiedad en manos privadas). El término siyouhua continúa siendo una inquietud para las autoridades chinas.[4]

El rechazo del término privatización en China es muy fuerte. La nueva estrategia seguida desde 1997 se llama Zhuanda Fangxiao, que significa: mantener lo grande, deshacerse de lo pequeño. Dicha teoría se ha aplicado en la práctica mediante la retención de las empresas grandes e importantes y la aceptación de la posible privatización de las pequeñas.

Esta es una de las características que separan la reforma china de las acaecidas en los procesos de transición de los países europeos y de Rusia, donde las privatizaciones de grandes empresas han sido planteadas y desarrolladas como requisito indispensable de su reforma económica.

Los teóricos del socialismo con peculiaridades chinas suelen fundamentar  la validez de la existencia de la propiedad privada con los mismos argumentos que sirven para validar la llamada economía de mercado socialista. Estos son los argumentos fundamentales:

 

·              La economía socialista de China es una mezcla de socialismo y economía de mercado o, en otras palabras, una mezcla entre la justicia social y la eficiencia del mercado.[5]

 

·              El estado socialista se implantó en China a partir de una sociedad sumida prácticamente en el feudalismo, con un bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y un gran retraso material y espiritual. La actual etapa de desarrollo del socialismo en China es una etapa imperfecta, en la cual es posible y también necesario utilizar todos los recursos que contribuyan al desarrollo de las fuerzas productivas, incluidos la economía de mercado y otros atributos empleados por el capitalismo. Este período es conocido en China como la “etapa primaria del desarrollo del socialismo.”

 

·              La economía de mercado no es por sí misma lo que define un sistema. Es una herramienta para alcanzar determinados objetivos, los cuales determinan la esencia de uno u otro sistema. “El criterio  de juicio debe consistir principalmente en ver si lo que se hace favorece el desarrollo de las fuerzas productivas socialistas, si contribuye al incremento del poderío nacional integral de nuestro país socialista y si ayuda a elevar el nivel de vida del pueblo.”[6]

 

De acuerdo con este razonamiento, la existencia y desarrollo de la economía de mercado y de la propiedad privada dentro de ella no necesariamente constituyen para los dirigentes chinos un peligro para el socialismo, ni un instrumento que promueve el capitalismo. 

 

·              La esencia del socialismo consiste en liberar y desarrollar las fuerzas productivas, suprimir la explotación y la polarización social para llegar finalmente a una opulencia común. Desarrollar las fuerzas productivas es la única forma de incrementar al máximo la riqueza material y alcanzar progresivamente la equidad  y la justicia social.

 

Singularidad de las privatizaciones chinas

 

·              El 67.4% de los empresarios privados corresponde a ex funcionarios del gobierno, personal administrativo proveniente de empresas estatales y técnicos profesionales formados al amparo de las instituciones estatales, cifra que en el año 2004 constituía el 33.8%. En contraste, el número de trabajadores, campesinos y  personal de comercio y servicio devenidos empresarios privados descendió en el mismo del 57.9% al 26.7%.[7]

 

·              La mayoría de los dedicados a negocios privados, que están afiliados al PCCh, solían trabajar en organizaciones del partido o el gobierno y muchos sirvieron como directores o administradores de empresas estatales o colectivas.

 

·              La privatización en China se concentra sobre todo en las pequeñas y medianas empresas. Los antiguos países socialistas europeos han emprendido toda la privatización, teniendo en cuenta las grandes compañías estatales. En China los derechos de propiedad de los sectores estratégicamente importantes se mantienen con firmeza en manos públicas La comercialización, más que la privatización, es la gran preocupación actual de las grandes empresas.

 

·              La macroprivatización ha sido más profunda que la microprivatización. Numerosas empresas privadas han florecido, aunque algunas han desaparecido rápidamente, debido a la gran competencia existente en el mercado, pero esto ha permitido a estas empresas superar a las empresas estatales en eficiencia y beneficios. La microprivatización o transformación de los derechos de propiedad, por su parte, es más difícil que la macro, ya que necesita un cambio fundamental institucional de las empresas públicas.

 

·              En China se ha estado privatizando el suministro de agua durante los últimos 15 años y esto ha derivado, entre otras cosas, en la aparición de gigantescas empresas chinas de agua, un fenómeno que se está produciendo con el “auge de China” como telón de fondo.

 

China es un país pobre en agua dulce, puesto que la disponibilidad per cápita de este recurso representa solo una cuarta parte de la media mundial. El problema se ha visto por la contaminación de ríos y el nivel freático del suelo, consecuencia de la invasión industrializadora y urbanizadora. Hoy día dos tercios de las ciudades chinas adolecen de un suministro de agua dulce inadecuado y en 110 de ellas la situación es de una gravedad crítica, mientras que en los últimos siete años el uso de agua per cápita en China ha disminuido en un 1,7%.[8]

 

Consideraciones finales

 

Hoy día la privatización en el mundo es complicada, ya que trae aparejada una serie de problemas en la sociedad, que finalmente repercuten en la economía y la política. Cabe destacar los problemas que han tenido los ex países socialistas y muchas economías subdesarrolladas.

El caso de China es singular en sus empresas privadas, pues existe un mayor control del sistema en sentido general. La privatización en China se concentra sobre todo en las pequeñas y medianas empresas. La nueva estrategia seguida desde 1997 se llama Zhuanda Fangxiao, que significa: mantener lo grande, deshacerse de lo pequeño. Dicha teoría se ha aplicado en la práctica mediante la retención de las empresas grandes e importantes y la aceptación de la posible privatización de las pequeñas.

 

El concepto que parece haberse impuesto es que mientras exista un sector estatal dominante, los beneficios del sector privado para la economía de mercado socialista prevalecen sobre sus efectos dañinos. La privatización china que se está realizando actualmente es solo del 30% de la empresa, restando todavía un 70%. 

 

El socialismo con peculiaridades chinas está todavía en fase de desarrollo; sería muy prematuro pronosticar la efectividad de las privatizaciones para los próximos 5 años.

 

 

Bibliografía

·                          Reporte de Europa Press, citando fuentes oficiales, Beijing, 8/3/2007.

·                          Privatizaciones y reforma del sector público en China. Oficina Económica y Comercial Española de Shanghai. Mario Martínez Calleja. Junio 2001.

·                          China legisla la propiedad privada. El catoblepas. Revista Crítica del Presente. Numero 61. Marzo 2007. Página 20.

·                          Declaraciones  de Deng Xiaoping durante su recorrido por el sur de China, del 18 de enero al 21 de febrero de 1992. Textos Escogidos, tomo III, p. 387.

·                          Agencia Xinhua, marzo 1, 2007.

 

 

* Profesor-Investigador, Especialista en Economías Asiáticas. Universidad de La Habana.



[1] EFE.  “China reconoce por primera vez en su historia la propiedad privada”. 16.03.2007.

[2] Guanming Ribao, 8/11/1986.

[3] Mario Martínez Calleja. “Privatizaciones y reforma del sector público en China”. Oficina Económica y Comercial Española de Shanghai, 2001.

[4] Idem.

[5] Dong Fureng, vicepresidente del Comité de Economía y Finanzas de la ANP China Daily, 13/8/1997.

[6] Declaraciones de Deng Xiaoping durante su recorrido por el sur de China entre el 18 de enero y el 21 de febrero de 1992.  Textos Escogidos de Deng Xiaoping, T. 3.

[7] Artículo de China Daily, 26/2/2007.

[8] Au Loong Yu y Liu Danqing “ La privatización del suministro de agua en China”.

1