Robert Clive:

Discurso sobre la India ante la Cámara de los Comunes , 1772

 

Nota: La victoria de Clive en Plassey en 1757 permitió a la Compañía de las Indias Orientales establecer su dominio sobre amplias zonas de la India. Clive se refiere aquí a las consecuencias de ese hecho en un discurso ante la Cámara de los Comunes.

 

... El Indostán siempre tuvo un gobierno despótico y absoluto. Sus habitantes, especialmente de Bengala, de las clases inferiores son serviles, mezquinos, sumisos y humildes. En las clases superiores predomina la lujuria, el afeminamiento, la traición y el carácter tiránico, venal y cruel. El país de Bengala es denominado el paraíso terrenal. No sólo abunda allí lo que es necesario para la vida hasta tal grado como para abastecer a gran parte de la India, también abundan las manufacturas valiosas y raras, no sólo para el uso interno sino para el del resto del mundo. La plata del oeste y el oro del este durante muchos años se han derramado por el país, y sólo se han enviado productos en retorno. Esto ha exacerbado el lujo y la extravagancia en Bengala.

Desde tiempo inmemorial ha sido costumbre en este país que un inferior nunca se presente ante una persona de clase superior sin un obsequio. Esto comienza con el nabab (los hombres más ricos) y concluye en el hombre de condición más baja que posea un servidor. Un nabab me ha dicho que los pequeños presentes que recibió han sumado 300.000 libras en un año. Le he creído porque yo hubiera podido haber recibido una cifra similar durante mi último gobierno. Los empleados de la Compañía siempre han estado acostumbrados a recibir regalos. Incluso antes de que nos involucráramos en los problemas del país, cuando nuestras posesiones eran reducidas, el gobernador y otros funcionarios solían recibir presentes, y me atrevo a decir que no ha habido un oficial de la Marina de Su Majestad, ni un oficial del Ejército, ni un gobernador, ni un miembro del consejo, ni ninguna otra persona, civil o militar, relacionada con el gobierno del país, que no haya recibido obsequios. Respecto de Bengala, imagine la Cámara un país de 15 millones de habitantes, una renta de 4 millones de libras esterlinas y un comercio proporcional a la misma. A través de sucesivos pasos la Compañía ha logrado la soberanía sobre ese imperio. ¿Se puede suponer que sus funcionarios se abstendrían de las ventajas resultantes de su posición? Tales funcionarios, no obstante, no han sido los responsables de aquellos actos de violencia y opresión de los cuales suelen ser acusados. Tales crímenes son cometidos por los nativos del país en tanto agentes subordinados y generalmente sin el conocimiento de aquellos. El afán de lucro es tan fuerte como la pasión amorosa. ... Consideremos por un momento la naturaleza de la educación de un joven que se traslada a la India. Las ventajas obtenidas por servir en la Compañía son ahora ampliamente conocidas, y el gran objetivo de todo hombre es lograr que su hijo sea nombrado empleado en Bengala, lo cual suele lograrse generalmente a la edad de 16 años. Sus parientes y relaciones representan para estos jóvenes el ejemplo de cómo hacer una rápida fortuna. Así, sus principios morales están corrompidos desde un comienzo, y como van en grupo, mutuamente exacerban sus apetitos en el transcurso del viaje en tal grado que ya fijan una fecha para su retorno antes de arribar a la India.

Echemos un vistazo a estos escribientes que llegan a Bengala. Apenas desembarcan, un bania que posee quizá unas 100.000 libras desea que él pueda tener el honor de servir a este joven gentleman a cambio de una ínfima suma (literalmente 4 chelines y 6 peniques; 4s.: 4 solidus y 6d.: 6 denarius).

La Compañía lo ha provisto de habitaciones, pero no son suficientemente buenas. El bania dispone de otras mejores. El joven da un paseo por la ciudad, observa que otros escribientes, llegados hace sólo un año, viven en espléndidos alojamientos o tienen casas propias, circulan sobre hermosos caballos árabes, y en palanquines y carruajes; que mantienen un harén, organizan entretenimientos, y convidan a sus invitados con champagne y claret. Cuando retorna cuenta al bania lo que ha visto. El bania le asegura que pronto llegará a poseer la misma buena fortuna; le entrega dinero; él joven queda entonces a su merced.

Los beneficios del bania se acrecientan con el rango de su amo, quien generalmente al adquirir una fortuna gasta tres. Pero esto no es lo peor. Él se encuentra en un estado de dependencia respecto del bania, quien comete todo tipo de actos de violencia y opresión, dado que su interés lo impulsa hacia ello, bajo la presunta sanción y autoridad del funcionario de la Compañía. De aquí, Señores, surge el clamor contra los gentlemans ingleses en la India. Pero observémoslos cuando están en retiro, ya de regreso en Inglaterra, cuando ya no son nababs y soberanos del este. Veamos si hay algo de tiránico en sus comportamientos hacia sus inferiores; si no son amos buenos y humanos; si no son caritativos, benevolentes, generosos, hospitalarios. Si hasta ahora no han resultado personas despreciables para la sociedad, si sus conductas resultan honorables, si, en suma, no hallamos entre ellos un sujeto suficientemente monstruoso digno de ser exhibido por Mr.Foote en su teatro de Haymarket, podemos concluir que si ellos han errado, ha sido porque fueron hombres, colocados en situaciones sujetas a poco o nulo control.

 

Fuente: D.B.Horn and Mary Ransome, eds., English Historical Documents, London, Eyre and Spottiswoode, 1957, pp.809-811.

Traducción: Vicente Accurso

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