Juan 15:1-8 - La vid y los pámpanos.
INTRODUCCION.
La compañía produce semejanza entre los compañeros. Nuestra relación con el Señor tiende a que seamos como El.
I. LA VID VERDADERA - v1
Según Isa. 5:1-7, la vid es el pueblo de Israel. Pero la vid verdadera es el Señor Jesús, quién fué humilde y obediente a sus padres terrenales y a su Padre Celestial: "Este es mi hijo amado, en quién tengo complacencia".
II. EL LABRADOR - v1
La función del labrador es que sus cultivos lleven frutos. El Señor quiere que llevemos frutos, muchos frutos. Y en este propósito, El quitará lo que estorba en nuestras vidas, lo que impide que llevemos frutos.(v2).
El apóstol Pablo nos pide en nombre de Dios: "...que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios..." (Rom. 12:1). No un sacrifico muerto, sino uno VIVO, listo para ser utilizado, para servirle.
El Señor limpia los pámpanos por medio de Su Palabra, que como un espejo, nos muestra lo que somos produciendo un cambio en nuestras vidas.
III. LOS PAMPANOS - v5
Para poder llevar fruto, es absolutamente necesaria la relación íntima con el Señor.
A las plantas nuevas no se les deja tener mucho fruto, pues antes deben fortalecerse. El Señor tiene sus métodos para enseñarnos Su Palabra y a ser Sus siervos, tendiendo siempre a fortalecernos más. El regula nuestros frutos mientras nos robustece.
"Separados de mí nada podéis hacer". Los no dedicados al Señor, salvados pero no experimentantes del poder de Dios, los que confían en sus propias capacidades, serán vidas sin provecho.
