¿SU CARGA ES PESADA?


Hace mucho tiempo recuerdo haber visto un programa de televisión que me impactó grandemente. Se trataba de un reportaje sobre madres que habían tenido hijos con parálisis cerebral, con el Síndrome de Down y sufrimiento fetal. Este documental al parecer no tenía nada de diferente a cualquier otro, sin embargo hubo algo que sí era diferente y se trataba de la actitud de estas madres con respecto a sus hijos. Cualquiera puede imaginar que todas estarían tristes y amargadas, pero la realidad era distinta. Estas madres mostraban con orgullo a sus hijos, los acariciaban y mimaban con una ternura tal que erizaba la piel. Pero lo más impactante de todo fué la declaración de una de ellas que tenía aproximadamente 50 años, que dijo:
"Si tuviera la oportunidad de retroceder el tiempo y se me concediera tener un hijo, pediría uno exactamente igual al que tengo ahora, pues aunque él tenga paralizado su cerebro y no pueda ver, ni oir, ni caminar, de algo estoy segura y es que tiene el corazón más limpio y puro que jamás haya existido. Mi niño nunca conoció la maldad, ni los pensamientos impuros y mucho menos los malos sentimientos, él nació con el corazón de un ángel y morirá como tal. Que privilegio más grande el mío de ser madre de una persona tan transparente como un cristal de la cual sólo recibo amor".

Recuerdo que no pude evitar las lágrimas que corrían imparablemente sobre mis mejillas, no podía creer lo que estaba escuchando, no podía creer la manera en que esta mujer había aceptado y enfrentado esa realidad. En sus ojos se notaba un brillo intenso que reflejaba que sentía profundamente lo que estaba diciendo y a pesar de su edad, parecía más joven y con una visión tan optimista de la vida que era envidiable. Pronto pensé, ¿cómo es posible que ocurra esto? ¿Cómo puede ser que alguien pueda encarar una situación semejante de esta manera? Sólo al pasar de los años pude darme cuenta que lo extraordinario de esta mujer estaba en su corazón, seguro que ella no le daba cabida a la derrota, ni a la frustración, mucho menos a la desesperación, pues sabía enfrentar esta situación con valentía, con mucha fortaleza y sobre todo amor.

Mi querido lector, yo no sé cual es la situación por la que usted está pasando, no sé cuán grave debe ser este momento para usted, sin embargo de algo estoy segura y es que no se puede dejar vencer por esta circunstancia, mucho menos volcarle la cara a una salida. Es momento de que usted se levante con poder, se aferre al Dios Todopoderoso para que deje de caminar en medio de los problemas y camine sobre ellos, permita que el Señor lo tome en sus brazos y lleve esas pesadas cargas que ahora lo agobian. Estoy segura que esta mujer era como cualquier otro ser humano, sin embargo ella descargó sus hombros del peso que llevaba y comenzó a caminar con holgura y fe, gracias al oportuno socorro de Dios. Para ella esta difícil realidad se había transformado en una bendición, por la forma en que supo encararla. Ahora usted, ¿qué hará? ¿Se dejará aplastar por esto que está pasando? ¿Buscará ayuda y apoyo en ese poder supremo y grandioso del Señor?

No pierda más su tiempo y deje que el Dios de toda gracia lleve esta carga por usted, hasta que la transforme en una bendición.


Por Valeria Nazer de Parada, "Premio Joven de la Paz" (2001), Comunicadora Social, columnista del Diario El Deber, de Santa Cruz - Bolivia, artículo publicado en la Revista Dominical Extra, el 15 de Julio de 2001



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