Hechos 2:42 "Y perseveraban en la doctrina de los ap�stoles, en la comuni�n unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones"
Originalmente en forma oral. La doctrina de los Ap�stoles comienza en el Antiguo Testamento y prosigue con las ense�anzas y obra de Jes�s. No inventaron nada, sino solo desglosaron algunos temas. Ejem. Romanos habla de condenaci�n, justificaci�n e instrucci�n; 1ra. Corintios, de los dones, el amor, la resurrecci�n, etc. La doctrina de los Ap�stoles cubre todo caso posible. La doctrina es la misma para nosotros, solo la forma de su aplicaci�n puede variar.
II Tim. 3:14-16 "...toda escritura es
inspirada por Dios, �til para instruir..."
1 Tim. 4:13-16 " ...Ten cuidado
de ti mismo y de la doctrina"
Tito 2:1 " Pero t� habla lo que est� de
acuerdo con la sana doctrina"
1 Ped. 4:11 "Si alguno habla, hable conforme
a las palabras de Dios"
Subraya la interacci�n entre los hermanos. La soledad es s�ntoma de pecado. El cristiano se desarrolla en comuni�n con sus otros hermanos. Su vida espiritual se hace evidente en la manera como interact�a con otros creyentes.
Hay tres niveles de relaci�n entre las personas: 1) F�sica (en el trabajo, los estudios, el vecindario, etc); 2) El del alma (amigos, parientes, etc); y 3) Comuni�n (espiritual). Por tanto, comuni�n v� mas all� de ser "conocidos", es participar de algo en com�n: vida espiritual por medio de Jesucristo.
Hay varios vers�culos que nos motivan a practicar la comuni�n:
Gal. 6:1-2 "...Sobrellevad los unos las cargas de los otros..."
Ef. 4:32 "...antes sed benignos unos con otros"
Ef. 5:1-2 "...Y andad en
amor, como tambi�n Cristo nos am�"
Col. 3:12-17 "...soport�ndoos unos a
otros, y perdon�ndoos unos a otros..."
Hebr. 10:22-25 "...consider�monos
unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras..."
Leer tambi�n Sant. 5:14-16, 19-20 y 1 Ped. 4:7-10.
Los primeros cristianos lo hac�an a diario (Hech. 2:46).
Nuestras reuniones no son por rutina sino para cumplir y suplir necesidades, las que siempre hay en raz�n a nuestra condici�n de combatientes por la causa del Se�or. Somos emisarios, embajadores del Se�or y debemos comunicarnos con el que nos envi�.
(*)Marcos Mattix y su esposa Carol son misioneros norteamericanos que sirven a Dios en Camiri, al Sud Este de Bolivia, Sud América, desde hace unos 30 años.