CONSIDERACIONES GENERALES
Tenemos el privilegio de ser:
CUATRO PRINCIPIOS FUNDAMENTALES.
Vida y obra sin oración son en la carne. Hay que "buscar la sabiduría de lo alto" (Sant. 1:5). Entregarse en las manos del Señor. Pablo en Ef. 1:16-17 pedía sabiduría espiritual. Debemos imitarle, pues necesitamos que nos guíe a saber cómo, cuando y qué debemos hablar.
Implica sacrificio, esfuerzo personal. "Estad firmes y constantes, creciendo en la obra..." (I Cor. 15:58). Firme es uno que no vuelve atrás sino que está listo para seguir adelante. El crecimiento es fruto de la firmeza y la constancia, que no se detiene, es contínuo. "Perseveraban..." (Hech. 2:42).
Es necesario tener un "diccionario mental" de la Palabra del Señor. La ventaja es poder recordar el pasaje exacto que necesita la persona a la cual estamos evangelizando, tener la respuesta oportuna a la pregunta que se nos hace. El Señor nos dió ejemplo, mencionando contínuamente las Escrituras. Pedro, en Hech. 2 ofrendó 3000 almas luciendo conocimiento de la Biblia. El Espíritu Santo nos ayudará, nos capacitará para que podamos utilizar con autoridad Su Palabra. (Ef. 6:17).
No habrán nuevos creyentes si no les hablamos la Palabra de Dios, porque "la fé es por el oir, y el oir, por la palabra de Dios" (Rom. 10:17), la cual es "viva y eficaz" (Hebr. 4:12).
Nuestras propias vidas se benefiarán de este ejercico espiritual, como David, que pudo decir: "en mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra tí" (Sal. 119:11).
Si no aplicamos la Palabra de Dios a nuestras vidas, no podemos aplicarla a la vida de los demás. No vale de nada ser solo oidores y no hacedores de la Palabra. Recuerde que "las Sagradas Escrituras te pueden hacer sabio" (II Tim. 3:14-15).
(*)Juan Cuéllar es anciano de la Iglesia Cristiana Evangélica de Camiri, Bolivia (Sud América) y participa como predicador evangelista en Campañas en diferentes lugares del país.
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