El Evangelismo Personal

Hech. 8:26-39

I. CUATRO IMPEDIMENTOS.

Hay necesidad de evangelizar, esto ya está claro. Y hay excusas que son impedimentos:

1. Ignorancia. No sabemos cómo, no tenemos ningún método para presentar el evangelio. No nos hemos preocupado por aprender.

2. Miedo. Nos asusta intertar hablar a una persona. Miedo de que nos pregunten algo que no podamos contestar. Pensamos que se van a enojar las personas a quienes hablemos.

3. Indiferencia. Hay cristianos a quienes no les importa el asunto.

4. Mala experiencia. Algún fanático que quería forzar una decisión nos impide simpatizar con la acción de testificar.

Ponerse en el lugar de la otra persona. El otro no conoce qué creemos, quizás tampoco la Biblia. Hay personas que tienen un nivel cultural mas alto o mas bajo que nosotros. Sería bueno preguntarse �con quién estoy hablando?, �que busca en la vida?, �cual es su necesidad?, �cual es su sistema de valores?.

III. SEIS NORMAS DIGNAS DE RECORDAR.

1. Sensibilidad (v 26-27a) Felipe estaba en Samaria, en "Campaña evangelística" con el mejor de los resultados. Felipe fué sensible a la voz del Señor, que le encomentaba una nueva obra, una nueva misión. �Que quiere Dios que haga hoy?.

2. Disponibilidad (v 27b-29) No vale tener un espíritu sensible si no estamos dispuestos a hacerlo. El tesorero de la reina venía leyendo al profeta Isaías. Experiencia solo para los que están disponibles.

3. Iniciativa. "Pero entiendes lo que lees?" (v30) Mostró interés. Tenemos nosotros que hacer la primera "movida". Una pregunta sin ofensa.

4. Tacto (v 30-34) Felipe escuchó confesar su ignorancia, pero no le hizo sentirse ignorante, esperó la invitación a subirse al carro, esperó la pregunta para anunciarle el evangelio.

5. Precisión. (v 34-35) Respondió a la pregunta exacta, no se dejó desviar del camino. Felipe anunció solo a Jesús y su obra. Algunas veces respondemos preguntas hechas solo por curiosidad.

6. Firmeza (v 36-38) "Si crees de todo corazón". Antes del bautismo está la fé, el testimonio de esa fé.

(*)Eugenio Train y su esposa Loraine son misioneros norteamericanos que sirven a Dios en Camiri, al Sud Este de Bolivia, Sud América, desde hace unos 50 años.