Tres Grupos de Personas

(La Oración de Ana)

Por Alfredo Márquez Herrera (*)

Quisiera invitarte a estudiar en esta ocasión una historia registrada en el Antiguo Testamento en el libro de 1 Samuel 1:1-27 en la que nos presenta la vida de Ana, una mujer, con problemas de fertilidad que la hacía desdichada, por no tener un hijo. Sin embargo, hubo tres grupos de seres humanos, que estuvieron a su alrededor, dentro de su experiencia, que nos enseñan un poco de la naturaleza humana. Detengámonos hasta el versículo 18, y nos daremos cuenta de que aquí se muestra algo similar a la realidad.

Relata la historia de Elcana, y sus dos esposas, Penina y Ana."Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía... Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificios, daba a Penina su mujer, a todos sus hijos e hijas, a cada uno su parte. Pero a Ana daba una parte escogida, porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos... Sin embargo Penina irritaba, enojándola y entristeciéndola... por lo cual Ana lloraba, y no comía".

El primero de los grupos que pretendemos estudiar, se identifica con Penina, estos tienen la característica de no tener un vínculo familiar, directo en nuestras vidas, pero están presentes. Poseen en cierta manera una felicidad, por sus logros y por las condiciones favorables en las que se desarrollan, creando así un escenario de estabilidad. Algunos de los estudiosos en el comportamiento humano, nos afirman esta hipótesis, que cuando el ser humano tiene satisfecha las necesidades fisiológicas, de seguridad, autoestima, autorealización, etc... hay felicidad y estabilidad emocional. Que bueno, por ellos... pero � qué pasa con este grupo de gente ?. La historia bíblica nos relata que su estabilidad, muchas de las veces los hace egoistas hacia los demás. Es fácil entonces para estas personas burlarse, en cierto sentido figurado y literal de la desgracia de otros. � Por qué consideramos que la burla es figurada? Porque, no necesariamente es una burla expresiva, puede ser a través de la indiferencia o el rechazo, en respuestas áridas y frías o un reproche, etc. En un momento en donde nos hace falta un trabajo, un amigo, un hijo, una casa, etc. Algunos de los que caminan a nuestro lado asumen la conducta de Penina. De aquí aprendemos la primera lección, a este grupo no le importa en cuantos pedazos nuestro corazón se parte, ellos no se detienen para que lo arreglemos, sino contribuyen a destruirlo y a sumirnos en nuestra miseria.

El registro bíblico, deja de hablar de esta clase de gente y dirige nuestra mente, a ver 1 Samuel 1: 8. "Y Elcana su marido le dijo: Ana, � Por qué lloras? � Por qué no comes? � Y por qué está afligido tu corazón? � No te soy yo mejor que diez hijos? . Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo..."

Al observar al segundo grupo, que se identifica con Elcana, � Qué características tiene este grupo? A este grupo estamos unidos por un vínculo de sangre... esta es nuestra familia, integrada por nuestro padre, madre y hermanos, esposo(a), realmente nuestra gente... �Pero, qué hacen ellos? Quiero decirte amigo, que mucho... Primero nos dan un fuerte abrazo psicológico, manifestándolo con el respeto a nuestro espacio y decisiones tomadas en la vida... En segundo lugar nos dan ese abrazo físico, que tanto necesitamos en este momento, porque en el fondo de sus corazones logran percibir nuestros conflictos, carencias y necesidades. Con la intención de ayudarnos... crean el escenario, a través de preguntas, deseando que al expresar nuestro problema, se logren mitigar algunas de las angustias y penas... Sin embargo al darse cuenta de nuestra mirada y el silencio, los dejamos atados, pero aún así ellos están allí. Comprenden, que no es momento para hablar, por eso no nos detienen y nos dejan salir.

Veamos que el vers�culo 9-12, nos confirma lo anterior:" Y se levantó Ana... y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente". Ana con la experiencia de ese día, comprendió la necesidad de ir a buscar a su Dios en el santuario. Al llegar allí, con su alma consternada, sus pensamientos se dirigieron al Eterno. Aunque el registro bíblico no evoca las palabras de la primera parte de su petición, creemos escuchar de sus labios, las palabras del Salm. 86:1,5-7,10 :

"Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame,
Porque estoy afligido y menesteroso...
Porque tú oh Señor, eres bueno y perdonador,
Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
Escucha oh Jehová, mi oración,
Y está atento a la voz de mis ruegos.
En el d�a de mi angustia te llamaré,
Porque tú me respondes...
Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas;
Sólo tú eres Dios"
.
Es en la solicitud de misericordia, perdón y redención de nuestras vidas, donde abrimos nuestro coraz�n al Eterno, confiando a Dios la carga que no podemos compartir con ningún amigo terrenal.

Con su corazón agobiado, entre sollozos y con profunda humildad, esta mujer no se contuvo, confesó su estado de infelicidad y falta de realización. Recordó que era hija del gran Dios omnipotente... "Ten la valentía de ser lo que eres" � dice Emerson- "y de vivir como eres, haciendo frente a los problemas de hoy y no postergues su solución para un vago futuro, resuélvelos hoy". Asumiendo tal postura, se dió a la tarea de pedir el auxilio de su Creador... "E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza" ( 1 Samuel 1:11).

Observemos como Dios:

  • ...nos permite exponer, los verdaderos motivos, que nos hacen llorar. "Mas ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica" ( Salm.66:19).
  • ...nos invita a encontrarnos con Él: "Porque así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis". ( Amos 5:4);
  • ... a invocarlo en la dificultad, por que Él da libertad: "E invócame en el día de la angustia; te libraré y tu me honrarás" (Salm.50:15);
  • ... a preguntarle, por que en Él hay respuestas: "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces" (Jeremías 33:3)
  • ... a confiar plenamente como Sustentador, "Porque vuestro Padre sabe de que cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis". (Mateo 6:8)
  • La historia no termina aquí, allí en el templo delante del Señor, está el tercer grupo, por cierto sentado a nuestro lado, observando cada uno de nuestros movimientos. "Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. Pero Ana hablaba en su coraz�n, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. Entonces le dijo Elí: � Hasta cuándo estarás ebria ? Digiere tu vino. Y Ana le respondió diciendo: No señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora". ( I Samuel 12-16). Nos parece familiar esta escena dentro de la iglesia, recordemos que cada uno de nosotros esta representado en Elí, el sacerdote... por que 1 Pedro 2:9 así nos ubica, "mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios..."

    Es muy normal que asumamos este rol tan auténticamente que nos transformamos en los guardianes del atrio del Señor, vigilantes de la viga del hermano, por no decir vigilantes de la vida del hermano... En este dialogo entre Elí y Ana nos damos cuenta, como ella expone la razón de su proceder y mientras está explicando, el Espíritu Santo hace evocar en el pensamiento del Sacerdote el consejo divino: "No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida que medís, os será medido. � Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que esta en tu propio ojo ?" (Mateo 7:1-3). Entonces Elí reacciona rápidamente respondiendo: "Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho".

    Que gran lección nos enseña el Eterno, a través del tercer grupo. Es muy cierto que en él nos encontramos identificados cada uno de los miembros de la iglesia... Reflexionemos este incidente, no está fuera de lugar que seamos celosos de las cosas del Señor, ni tibios, ni confabuladores del pecado... por supuesto que somos hijos del reino y como tales debemos dirigirnos en conservar los principios divinos en nuestra vida y dentro de la iglesia... pero la pregunta sigue en el aire, � cuál es la lección? La respuesta la encontramos resumida en el siguiente pensamiento: "El problema del hombre consiste, no tanto en que acto elegirá ahora realizar, como en qué ser resolverá ahora convertirse" (Williams James, 1890). Que palabras profundas, es verdad nos encontramos en medio del gran conflicto, y a cada momento de nuestra vida decidimos hacer algo... Elí, en un momento de descuido, trastornó su verdadera misión. Cuán irónico es que el que tenía por meta guardar y servir al gran Dios llegara a ser un agente de Satanás . Casi fue derrotado por juzgar a una mujer, a una hermana en la fe... permitiendo que se ofuscara su efectividad, en lo que Dios quería usarlo... Sin embargo aún así el Espíritu Santo permitió que fuera un canal de bendición, en la vida de esa mujer. Veamos como lo registra 1 Samuel 1:18 " Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste".

    Gracias, a Dios por esta enseñanza... debemos convertirnos en embajadores del cielo... permitiendo que el Espíritu Santo llene nuestras vidas y nos transforme en verdaderos canales de bendición, de tal manera que la gente que se acerque a nosotros, regrese con la esperanza bendita en Cristo Jesús.



    (*) Enviado por el autor, Alfredo Márquez Herrera, Tampico, Tamaulipas, México,
    publicado con su expreso consentimiento



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