PROJETO CALEIDOSCOPIO
"Carrossel"
(Rock Symphony, 2002)
En los �ltimos tiempos muy pocas
han sido las veces que he estado esperando con tanta ansiedad la edici�n de un nuevo
disco como me sucedi� con "Carrossel", el segundo �lbum de los exquisitos
brasile�os Projeto Caleidoscopio. Y verdaderamente, "Carrossel" no me defraud�
en absoluto. Es una obra sublime, rebozante de buen gusto y talento, ese tan particular
talento que poseen sus integrantes, Analu Paredes y Arthur Nogueira, dos grandes artistas
con los cuales adem�s me une una hermosa relaci�n desarrollada a trav�s de muchos mails
y reportajes.
Este nuevo trabajo mantiene muy pocos
contactos con aquel "O Sete", que fuera su primer disco. Projeto Caleidoscopio
contin�a manteni�ndose est�ticamente dentro de una l�nea musical que los aproxima a la
propuesta de Solstice o Reinassense, pero con el valor agregado de los colores mel�dicos
propios de la m�sica popular de Brasil. En "Carrossel" no encontraremos lugares
aptos para las estridencias, todo en �l es equilibrado y de una reposada calma que invita
al oyente a imaginar paisajes ed�nicos. Paisajes que van construy�ndose a partir del
gran caudal vocal de ese �ngel llamado Analu (imposible de describir con palabras) y de
la fecunda guitarra de Arthur, su esposo. Y si en "O Sete" nos deslumbr� la
selecci�n de talentos con los cuales se rodearon, en "Carrossel" la cosa va
mucho m�s all� de lo que podr�amos haber esperado... Flavio Venturini, Marcus Viana,
Jane Dobuc y la presencia de dos verdaderos mitos vivientes de la m�sica popular
sudamericana: Egberto Gismonti y Hermeto Pascoal... �Impresionante!!!
Pero ojo, sin estos invitados de s�per
lujo "Carrossel" igualmente hubiese sido la maravilla de disco que es, un disco
cuya principal virtud reside en la magnificencia de sus composiciones.
Projeto Caleidoscopio para nuestra
fortuna ya no es una promesa cuyos pasos hay que seguir con atenci�n. Eso ya es pasado.
Projeto Caleidoscopio hoy es una realidad deslumbrante de escucha obligatoria.
No dejen pasar la oportunidad de iluminar
vuestras almas con su m�sica. Les puedo asegurar que no se van a arrepentir.
Sergio Vilar
[email protected]