GALAHAD
Year
Zero
(Avalon
Records, 2002)
Integrantes:
Roy
Keyworth: Guitarras el�ctricas
y ac�sticas, efectos - Stuart Nicholson:
Voces y letras -
Spencer Luckman: Bater�a y percusi�n - Dean Baker: Teclados y sintetizadores - Neil
Pepper: Bajo.
Los
neosinf�nicos Galahad , luego de una etapa en su carrera donde corrieron su estilo
hacia territorios m�s cercanos al pop, vuelven con este �lbum conceptual a sacudir la
desesperanza que sentimos algunos respecto de o�r todav�a sorpresas agradables. Y me ha
resultado m�s que agradable, reconfortante dir�a yo,
haber escuchado un disco como �ste, que muestra como una banda despu�s de mucha
turbulencia estil�stica se decide por una propuesta que apuesta a un retorno a algunas de
las esencias del progresivo: Imprevisibilidad, dinamismo, ausencia de edulcoramientos
deliberados, riesgos, b�squeda de apoyarse en la inspiraci�n y no en f�rmulas
preestablecidas. Y as�, sin que yo lo esperara al menos, llega este trabajo que pelea
seguramente entre lo mejor de su carrera.
El
concepto del �lbum es el planteamiento de la vieja idea de empezar de cero, un barajar y
dar de nuevo donde para superar el pasado se debe dejar de mirar hacia �l y partir
mirando hacia delante desde un punto nuevamente. Este empezar de cero est� enfocado
fundamentalmente a poder plantearse una manera de mirar las cosas desde una nueva
perspectiva m�s optimista.
La
propuesta musical se destaca en primer lugar por su eclecticismo. De muchas excursiones a
diferentes subg�neros y estilos se compone este recorrido. Pero si hay una sensaci�n
global que me dej� es que la banda abandona edulcoramientos para hacerse algo m�s dura
en su sonido, m�s rockera, a trav�s de una
gran presencia de las guitarras pero sin perder ese suave encanto sinf�nico que tuvo en
el pasado.
La
composici�n se muestra mucho m�s libre, como seleccionando maduramente elementos de la
amplia gama de lugares visitados, pero dando la sensaci�n que esos elementos recogidos
son claramente utilizados para un fin com�n que no es otro que conducirnos hacia los
territorios de la vieja y querida emoci�n sinf�nica, donde el final del �lbum netamente
nos instala.
Esta
actitud compositiva es muy rica pero implica siempre el alto riesgo del pastiche
inconsistente. Nada m�s alejado de eso en este
�lbum. Esa selecci�n de trozos de diversa �ndole tiene la virtud de estar puesta a
disposici�n del desarrollo arm�nico del conjunto, de este modo el disco compuesto de
partes m�s bien cortas, se deja o�r con suma naturalidad (algo similar me ocurri� con Contagion
de Arena, producci�n del 2003 tambi�n).
Las
breves paradas en las estaciones de diferentes estilos son detenciones justas sin excesos
y los elementos que se usan de cada una son los necesarios en funci�n de ir decorando un
camino que va quedando claro en su destino. Todas esas paradas me resultaron
agradables como partes individuales con vuelo propio, pero prevalec�a su sentido en
funci�n del todo. Por ejemplo a mi no me agradan demasiado los climas basados en sonidos
y efectos de sintetizadores, pero en este caso no me molestaron en lo m�s m�nimo porque
su uso se ajust� a un sentido global que pude captar.
La
mesura en la dosificaci�n de los tiempos es un rasgo de este disco, no hay farragosos
solos ni ejecuciones interminables, todo est� bien acotado. Sobresale el guitarrista Roy
Keyworth con una presencia fundamental; aunque nadie desentona y menos Stuart
Nicholson que parece muy oportuno en el manejo de los matices de su voz y sale airoso
ante la exigencia de un material m�s duro, y Dean Baker detr�s de unos certeros y
t�mbricamente variados teclados.
La
intro Year Zeroverture abunda en efectos electr�nicos que nos
ambientan magn�ficamente para un clima de introspecci�n y reflexi�n pero bajo una
cierta tensi�n, que ser� una constante a lo largo del disco hasta la descarga �pica de
los tracks finales. Esa expectativa tensa
tiene su primera confirmaci�n con el bombazo de Belt up que nos
muestra hasta donde la banda est� dispuesta a subir el voltaje, entreg�ndonos una
excelente pieza con fraseos de guitarra sabrosos casi rozando el metal progresivo. Le
sigue otra delicia , una Ever the optimist que me recuerda en su
sinf�nica primera parte al Yes de Relayer, para terminar con
una rudeza que se prolonga en el corto instrumental The Charlotte Suite
y en la lenta Haunted, donde la aguerrida labor vocal y las guitarras
de fondo me produjeron recuerdos Zeppelinianos. Despu�s llega Democracy
el track m�s largo, que es otro mosaico en si mismo. Los climas son marcados a trav�s de variadas formas, predominando los
efectos electr�nicos y espaciales onda Tangerine Dream, pero con pinceladas de
sonidos de cuerdas y hasta riffs de thrash-metal. Es una estaci�n instrumental donde volvemos a abstraernos por un buen rato y
funciona como una bisagra, porque a patir de
all� aparecer�n los golpes m�s plenos en lo emocional.
Contin�a
una �pica Baroque and Roll
Dementia, una A
Deeper Understanding? que sugiere otra recreaci�n de un Yes cl�sico,
m�s un saxo medio oculto que aparece al final como frutilla del postre. El track The Jazz Suite es solo
una breve pasada rasante por vericuetos jazzeros en el piano para volver a la melod�a del
track anterior. Luego se produce el retorno de la contundencia con Take a Deep
Breath and Hold on Tight
,
que no es otra cosa que una especie de reprise del tema inicial Belt
up,
que vuelve a marcar unos de los cl�max del disco.
La
estaci�n de la balada sinf�nica arriba con Hindsight I y II, y la
banda se para en ella con mucha autoridad a trav�s del piano es la m�dula de este
hermoso track, protagonizando una juguetona intro y de un riff r�tmico sencillo pero
eficaz para marcar el desarrollo y dar contenci�n a unos arreglos mel�dicos muy
inspirados.
A
partir de all� el envi�n final: la majestuosidad instrumental de The september
suite abre el camino de los dos disparos emotivos finales - World
watching y Deceptive-vistas/ Proscript Perspective - que
rozan lo �pico a trav�s de un protagonismo de los arreglos de teclados y la inspirada
vocalizaci�n, un final redondo donde la banda parece a trav�s de la contundencia y el
crecimiento emotivo fusionar las zonas que estuvo visitando antes.
Como
conclusi�n, s�lo dir� que a Galahad le sent� muy bien plantearse empezar de
cero.
Julio Zoppi |