Los frutos de la falsa profecía del 1975

1975 fue la causa  de la ruina  y destrucción de muchas familias que confiaron en  el "esclavo fiel y discreto" como el conducto de Jehová y no dudaron de que esto era así sin considerar que era la OCTAVA vez que se repetían los mismos hechos , ( 1874, 1878, 1881,  1914, 1918, 1920, 1925 y 1975)  se usaban los mismos argumentos , las mismas palabras , argucias, expectativas y se jugaba deshonestamente , una vez más con las vidas de los fieles testigos .Muchos vendieron sus hogares y propiedades calculando los gastos hasta 1975 y donando el resto a la Sociedad porque ni el dinero ni las propiedades tenían sentido  a no se que se usaran en las necesidades  esenciales o en la difusión de las buenas nuevas, otros abandonaron sus empleos que muchos jamás lograron recuperar después del estrepitoso fracaso del 1975. Las donaciones llovían a Betel  y el enriquecimiento se hacía  rápidamente evidente por todos lados.

Los jóvenes no debían estudiar sino solo predicar. Recuerdo que ,en aquellos momentos yo, Lucas Godoy,  me encontraba estudiando en la universidad de Jaén (año 1971) y aunque faltaban todavía 4 años , la presión para que dejara los estudios era muy fuerte. Gracias a Dios mi fanatismo incipiente, estaba conociendo y estudiando la Biblia por aquel año, no me llevó por esos derroteros de abandonar los estudios universitarios de los que me siento muy satisfecho  de conocer  hasta el día de hoy.

Las familias no deberían tener hijos , ni los novios casarse , deberían esperar  al nuevo orden de cosas sin saber que esa campaña contra tener hijos ya había ocurrido en los años cuarenta cuando Rutherford escribió el libro titulado "Hijos"

1941 En el libro "Hijos" (Rutherford, página 366) Juan, uno de los personajes del libro dice a su novia:

"Sin duda, se acerca Armagedón...Desde ahora en adelante le daremos toda la devoción de nuestros corazones a la Teocracia  , sabiendo que pronto viajaremos juntos por la eternidad en la tierra. Nuestra esperanza es que dentro de pocos años sea consumado nuestro matrimonio y... que tengamos hijos buenos que al Señor le traigan honor. Bien podemos posponer nuestro matrimonio hasta que haya paz duradera en la tierra".
 


El número de mayo del 1974 del Ministerio del Reino , habiéndose referido al "poco tiempo que queda," dijo:


Se oyen informes de hermanos que están vendiendo sus hogares y propiedad y que están haciendo planes para completar lo que queda de estos días de este viejo sistema en el servicio de precursor. Ciertamente ésta es una forma excelente de usar el poco tiempo que queda antes del fin de este mundo inicuo.-l Juan 2:17.


Un número considerable de Testigos hizo precisamente eso. Algunos vendieron sus negocios, dejaron sus empleos, vendieron sus hogares, o granjas y se mudaron con sus esposas e hijos a otras áreas para' servir donde había más necesidad,' contando con tener fondos suficientes para sostenerles hasta el 1975.

Otros, incluyendo algunas personas de edad, realizaron pólizas de seguro y otros certificados de valor. Algunos pospusieron operaciones quirúrgicas en la esperanza de que la entrada del milenio eliminaría la necesidad de éstas.

Cuando el 1975 pasó y sus fondos se agotaron o su salud empeoró seriamente, ahora tenían que tratar de sobreponerse a las duras realidades y reedificar sus vidas lo mejor que pudieron.

La sociedad no solo no reconoció su error sino que se enfrentó con un grupo de personas engañadas y desilusionadas que al decir la verdad de los hechos fueron expulsadas en masa  por el simple hecho de pedir explicaciones. Pero veamos que dice el libro Proclamadotes al respecto.

Después de 1925 se registró un descenso espectacular en la asistencia a las reuniones en algunas congregaciones de Francia y Suiza. También en 1975 hubo desilusión cuando las expectativas sobre el comienzo del Milenio no se realizaron. Como resultado, algunos se apartaron de la organización. Otros fueron expulsados por tratar de subvertir la fe de sus compañeros. No cabe duda de que la desilusión en cuanto a la fecha fue un factor importante, pero en algunos casos la raíz del problema era más profunda. Ciertos individuos también arguyeron en contra de la necesidad de participar en el ministerio de casa en casa. Algunos no se conformaron con simplemente seguir su propio camino, sino que agredieron a la organización con la que se habían asociado y se valieron de la prensa y la televisión para exponer en público sus puntos de vista. No obstante, el número de desertores fue relativamente pequeño.

1993 Proclamadores pag 90

 

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