GLOBALES DE KINESIOLOGIA

Revista Oficial del Colegio de Kinesiólogos de Chile

N.- 55, Junio de 1999. Pag 64 a 66.

ELECTRO SMOG

"El TABACO PUEDE PRODUCIR CANCER.

SU CELULAR.... ¿SABE USTED QUE?

Sergio Enríquez L

Si usted es uno de los tantos fanáticos(as) de la telefonía celular y necesita estar comunicado las 24 horas del día, o si vive en uno de los muchos edificios sobre los cuales se ubican las antenas transmisoras de la señal, entonces puede serle de interés lo siguiente: Bastan sólo 15 minutos al día para sentir sus efectos!

Desde 1994 la comunidad internacional ha emitido opiniones y ha dado a conocer algunos estudios sobre el efecto que los teléfonos celulares podrían tener sobre la salud de los usuarios. Se ha planteado una importante predisposición a desarrollar tumores cerebrales y de piel, trastornos neuroconductuales, alteraciones del ritmo vigilia-sueño, déficit inmunológico, entre otros, los cuales parecieran no ser tan despreciables como a las compañías telefónicas les podría complacer.

Los costos de una inteligente campaña publicitaria destinada a crear la necesidad de la telefonía celular en la población se adivinan estratosféricos: aún así los beneficios compensan holgadamente la inversión. La competencia es alta y cual más cual menos, nos vemos en la ya habitual y cotidiana rutina de cambiar de compañía proveedora afanados en obtener el aparato más pequeño del mercado. Es lógico, ello representa a la modernidad, es símbolo de estatus, de sofisticación, de eficiencia: el hecho de poder comunicarse permanentemente nos da seguridad e importancia, nos facilita los negocios y la entretención, nos genera dependencia.

En el mundo ya existen más de 100 millones de abonados a la telefonía celular y, como especulan algunos científicos, jamás existió en la historia de la humanidad tanta cantidad de seres humanos expuestos a tales niveles de radiación electromagnética. Es tanto así que se postula que la discusión acerca de la radiación nuclear será un juego de niños comparado con los efectos a largo plazo de la radiación electromagnética de alta frecuencia (REMAF), a partir de los teléfonos móviles digitales.

¿COMO FUNCIONA SU CELULAR?

A diferencia de la telefonía convencional, la cual se realiza a través de cables, la telefonía celular trabaja de manera similar a un transmisor-receptor de radio que emite y recibe energía radioeléctrica, transmitida por el aire sin ninguna clase de blindaje o protección, con una potencia variable según sus condiciones de uso. En Europa se utiliza el sistema GMS (Global System For Mobil Communications) que opera en la banda de los 850 Mhz. a 990 Mhz. En Chile el PCS opera en la banda de los 1850 a 1990 Mhz. ambas dentro del rango de las microondas.

La energía radiante generada corresponde a lo que se denomina REMAF "no ionizantes". Es decir, ondas de radiofrecuencia que no producen cambios químicos en las células del organismo vivo, como los generados por los rayos X, gamma y cósmicos o también llamados "campos ionizantes".

Los adelantos tecnológicos han permitido avances tanto en el tamaño de los aparatos como en la fidelidad de la señal. Distingue la señal analógica y a la digital, siendo esta última la generadora de los más potentes efectos sobre el organismo humano. En aquellos de transmisión analógica las antenas de los teléfonos emite REMAF para la información hablada, las cuales van a una estación fija que elabora las ondas y las transmite a un receptor. En la transmisión digital o pulsante la señal conducida es codificada o modulada por series numéricas a una frecuencia de 217 Hz., es decir, la transmisión es cortada 217 veces por segundo.

LAS ANTENAS

La expansión de la red móvil se ha logrado gracias a la posibilidad de contar con estaciones "celulares" situadas de manera similar a un panal, consiste en un sistema de antenas situadas en los tejados de edificios o en torres especialmente construidas. La frecuencia utilizada para la red digital, entre los 1800 Mhz. permite la penetración de la microonda al interior de edificios, túneles y subterráneos, con una mejor fidelidad de la transmisión que la analógica. Para ello sin embargo, se requiere áreas de cobertura más pequeña y por ende un mayor número de enlaces. Son muchas las comunidades que al desconocer los potenciales riesgos de tal decisión y presionadas por un beneficio económico han decidido instalar antenas de transmisión de red digital en sus edificios. Sólo la aparición de síntomas propios de la radiación electromagnética "zumbido de oídos, migrañas, insomnio, cansancio crónico" en ellos o en sus vecinos despiertan dudas y angustias.

EFECTOS SOBRE LA SALUD

El efecto primario sobre la salud a la exposición de radiación no-ionizante es el aumento de temperatura en el tejido fino del cuerpo, no obstante se establece que para que esto ocurra la intensidad de exposición normal de estos aparatos debería ser extremadamente más alta para pensar en ella como causante de cánceres de piel, de cerebro, enfermedades de Alzheimer, cataratas, problemas nerviosos, cefalea e insomnio, síntomas achacados al uso crónico de los celulares. Al respecto cabe mencionar que los teléfonos móviles no emiten la misma cantidad de energía radiante cuando están a la espera ya que ésta llega a sus máximos durante la recepción o emisión de una llamada.

Al existir una barrera o masa sólida (túnel, casa, automóvil) entre la torre emisora y el teléfono, este último deberá emitir una señal más potente. Como no hay ninguna protección entre la cabeza y el aparato emisor podemos imaginar la acción directa sobre el tejido cerebral y sus propiedades eléctricas.

La revista alemana Test Ecológico encargó un estudio que midiera los riesgos biológicos de los teléfonos celulares, el cual se realizó en un laboratorio completamente aislado, de altas frecuencias y campos electromagnéticos de la Universidad Técnica de Bochum y con la colaboración de la empresa Hewlett Packard. Tal como mencionó la editora de esa publicación: "Los resultados superaron las previsiones más pesimistas". Se midieron las intensidades de radiofrecuencia emitidas por diferentes marcas de teléfonos celulares calculando la llamada "densidad de flujo o energía" (expresada en microwatios/centímetros cuadrados) a una distancia de 30 centímetros de la cabeza. Así, se ha podido determinar que si bien existen aparatos que contaminan menos que otros (rango entre 345 y 1693 microwatios/centímetro cuadrados) todos están muy por sobre los niveles tolerados por la normativa DIN que, en Alemania por ejemplo, autoriza a 450 microwatios/centímetro cuadrados y en Rusia un máximo de 1 microwatio/centímetro cuadrado. Sin embargo tales valores corresponden a los promedios de densidad de energía entre intensidad pick y las pausas de la onda pulsante, por lo que debemos pensar que los valores máximos reales no han sido estimados rigurosamente. La prueba consiste en someter por 15 minutos la cabeza de voluntarios aun campo de alta frecuencia, con una modulación pulsante de baja frecuencia de 217 Hz., (similar a la encontrada a un kilómetro de distancia a una estación emisora de telefonía móvil). Fue realizada por el profesor Dr. Levrecht von Klitzing en la Universidad de Lubeck, quien utilizando una densidad de flujo de una milésima de valor mínimo de la norma DIN VDE 0848 (0,1 microwatios/centímetro cuadrado) constato una fuerte alteración de las ondas de 10 HZ del EEG, alteración que persiste hasta 24 horas posteriores a la exposición de la REMAF. En experimentos similares con campos no pulsantes s evidenciaron las mismas respuestas. Esto equivale a decir que los celulares actuales se encuentran hasta 10.000 veces por sobre los valores que producen alteraciones en el EEG. Aún más, estos datos corresponden a intensidades de campos lejanos entre 30 centímetros y 90 metros de la cabeza, por lo que los valores a nivel de ésta fuertemente se multiplican. Como complemento, un estudio de la Universidad Gutemberg de Maguncia, mostró una relevante reducción en las fases REM del sueño, las que como se sabe son fundamentales para un normal desempeño cerebral. Probablemente son pocos los dueños de teléfonos portátiles que hayan leído en la segunda o tercera página de su manual las recomendaciones de seguridad del fabricante en cuanto a su uso. Recomendaciones "triviales" como la de apagar el teléfono durante la carga de combustible, de no llevarse la antena a la boca, o de no utilizar el teléfono mientras se conduce un automóvil, son desconocidas o escasamente tomadas en cuenta. La Universidad de Toronto entregó los resultados de un estudio en el cual indican que el uso de celulares durante la conducción incrementa casi en 5 veces la probabilidad media de un accidente de transito y equivale a conducir bajo los efectos del alcohol en sus niveles máximos legales permitidos.

En promedio hablamos entre 200 a 400 minutos en un mes, entre 40 a 60 horas con un costo de un cuarto de medio millón de pesos anuales. Queda claro que hoy en día todavía no existen normativas precisas sobre otros temas menos relevantes en cuanto a contaminación ambiental, y la discusión sobre el llamado electrosmog no parece ser prioritaria. Esta tecnología aún no se entiende muy a cabalidad, en especial sus efectos globales a largo plazo, y los fabricantes de aparatos como compañías promotoras de redes solamente ofrecen reservadas y tímidas recomendaciones acerca de su uso e inocuidad, basadas en afirmaciones infundadas y en normas que no han abordado seriamente un tema que avanza muy rápido. En la actualidad la CEE y EE.UU. parecen estar a la vanguardia en la investigación e interés por dilucidar el enigma y se encuentran desarrollando estudios que permitan dar seguridad del uso de estos aparatos. El organismo federal alemán para la protección contra las radiaciones (BfS) prevé para los próximos años un fuerte incremento de las radiaciones de alta frecuencia, y en caso de existir algún riesgo real para la salud, serán grandes grupos poblacionales los afectados. Por ahora sólo queda evaluar individualmente el costo-beneficio que este avance trae implícito y de definir si nos estamos transformando en esclavos de multinacionales cuyo lucro nubla todo el altruismo que su marketing nos pretende convencer.

Tal vez, quién sabe, en un futuro nos veamos entrando a un restaurante y seleccionando aquel espacio permitido sólo para los fumadores y los contaminantes electromagnéticos. Una anticipación no tan descabellada si pensamos que el campo de radiación de un sólo teléfono celular es de aproximadamente tres metros a la redonda.

El silencio de los inocentes interrumpido por un sonido lejano anunciando una llamada.

Referencias:

1) Raúl de la Rosa [email protected] , Telefonía Móvil: ¿Por qué tenemos dos oídos? Boletín de la Asociación de Estudios Geobiológicos (GEA) 1998. http://www.gea-es.org/htm/telef.htm

2) Javier Nuñez, Rolf Veen [email protected] y Raúl de la Rosa [email protected] , Cambios Observables de la Actividad Rítmica en Animales de Laboratorio Sometidos a la Radiación de Microondas de Telefonía Móvil? Boletín de la Asociación de Estudios Geobiológicos (GEA) Noviembre de 1996. http://www.gea-es.org/htm/telef2.htm

3) Carlota Huidobro, La Telefonía Móvil: Conferencia Coloquio a Cargo de Wolf-Dietrich Rose. ? Boletín de la Asociación de Estudios Geobiológicos (GEA) 1998. http://www1.dragonet.es/users/d2505/telef3.htm y también en http://www.gea-es.org/htm/telef3.htm

 

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