Por: María Fernanda Albaracin.
Primer Grado.

Había una vez una rosa fea que vivía triste en el jardín de una niña llamada María.
Un día, la niña estaba recogiendo flores en su jardín, pero no recogió la rosa fea.
María cuando vio la rosa pensó: "¡ Qué fea es !, ¿ Por qué se ve triste ?".
La niña, que al mismo tiempo está pensando y recogiendo las flores, pidió un deseo: "¡Si tuviera una casa bonita para vivir que feliz sería!".
La flor, que era mágica, escuchó el deseo de María. Entonces, se movió, habló y le dijo a la niña:
- Tu deseo será dado, cierra los ojos y pídelo.
María se asustó porque no sabía lo que estaba pasando, y pensó: "¿Una flor hablando?, ¿Será que es mágica?".
Pero hizo caso, cerró los ojos y pidió con mucha fuerza una casa grande con jardín, donde crezcan bastantes flores y canten los pajaritos.
La rosa mágica le volvió a hablar y le dijo:
- Abre tus ojos y ve como está tu casa.
María abrió los ojos y se quedó con la boca abierta. Estaba en una casa grande con muchas flores, rosas de todos los colores.
Ahora, la rosa fea era una hermosa rosa roja que tenía mucha luz por los lados. También habían muchos pajaritos cantando.
Todo se veía con alegría y lleno de amor.
María se sintió tan feliz que prometió cuidar siempre el jardín y su casa, para que todos en la familia lo disfrutaran y se quisieran mucho.

Por: Rafael Barberi
Primer Grado

Un niño pequeño quería conocer a Dios; sabia que era un largo viaje hasta donde Dios vive, así que empacó su maleta con pastelillos y refrescos, y empezó su jornada.
Cuando había caminado como tres cuadras, se encontró con una abuelita. Ella estaba sentada en el parque, solamente ahí parada contemplando algunas palomas.
El niño se sentó junto a ella y abrió su maleta. Estaba a punto de beber su refresco, cuando notó que la abuelita parecía hambrienta, así que le ofreció un pastelillo.
Ella agradecida aceptó el pastelillo y sonrió al niño. Su sonrisa era muy bella, tanto que el niño quería verla de nuevo, así que le ofreció uno de sus refrescos.
De nuevo ella le sonrió. ¡El niño estaba encantado, se encontraba fascinado!
El se quedó toda la tarde comiendo y sonriendo, pero ninguno de los dos dijo nunca una sola palabra. Mientras oscurecía, el niño se percató de lo cansado que estaba y se levantó para irse. Pero antes de seguir sobre sus pasos, dio vuelta atrás, corrió hacia la abuelita y le dio un abrazo.
Ella, después de abrazarlo le dio la más grande sonrisa de su vida.
Cuando el niño llegó a su casa, abrió la puerta. Su madre estaba sorprendida por la cara de felicidad. Entonces le preguntó:
- Hijo, ¿qué hiciste hoy que te hizo tan feliz?
El niño contestó:
- ¡Hoy almorcé con Dios!...
Y antes de que su madre contestara algo, añadió:
- ¿Y sabes qué? ¡Tiene la sonrisa más hermosa que he visto!
Mientras tanto, la abuelita, también radiante de felicidad, regresó a su casa. Su hijo se quedó sorprendido por la expresión de paz en su cara, y preguntó:
- Mamá, ¿qué hiciste hoy que te ha puesto tan feliz?.
La abuelita contestó:
- ¡Comí con Dios en el parque!...
Y antes de que su hijo respondiera, añadió:
- ¿Y sabes? ¡Es más joven de lo que pensaba!
¡Dios se encuentra en todas las partes del mundo, en todos los rostros de las personas, de los niños, de la naturaleza con su flora y fauna, en todas las buenas acciones y los buenos gestos de colaboración, apoyo, felicidad y amor!
¡Dios siempre estará contigo!

Por: Gabriela de la Peña
Primer Grado

Tal como sucede siempre en la vida, los acontecimientos no siempre resultan tan buenos ni tan malos como pudieran parecer a primera vista.
Pero, hay valores que se muestran maravillosos desde un principio y no pierden su brillo por más tiempo que pase; tal como se muestra en esta historia.
Había una vez una familia y su mascota que estaban de paseo por las montañas. Un temblor hace que la nieve de las montañas se mueva, llevándose todo lo que estaba allí. Se salvó solamente una cachorrita de raza Dálmata. La perrita se refugia en una cueva, que era el hogar de una familia de lobos.
La cachorra se encuentra con la casa vacía y se acuesta, con frío y cansada, en la cama de mamá loba. Cuando vuelve la manada se encuentran con aquella sorpresa. Papá lobo se pone bravo con una extraña dentro de casa, pero no dice nada al ver la felicidad de sus hijos. Los lobos hijitos, que son dos machos, se maravillan con el hallazgo, porque tienen una hermanita hembra para jugar. Mamá loba tampoco está muy contenta de tener una perra en casa de lobos, porque le dejo la cama oliendo a cachorro de raza extraña y, además, toda desarreglada cuando ella es tan ordenada.
Pasan los meses y todos crecen como si fueran de la misma familia. Papá lobo ha cuidado a la cachorra dálmata de los ataques de sus vecinos, que no quieren conocerla por ser diferente, hasta le han quitado el saludo. Un animal blanco con manchas negras no podía ser aceptado cuando todos eran grises, además, la dálmata lloraba como cualquier perro, pero no aullaba como los lobos, aunque hubiera luna llena, y eso no era normal para sus amigos lobos.
Papá lobo llega a querer a la perrita y la ve como una hija, pero no deja de ser severo al pedirle que, como hembra de la familia, limpie y arregle la casa como lo hace la mamá. Mamá loba ha cuidado a la dálmata y la hecho crecer fuerte como los machos de la familia. La perrita aprendió a ser como ellos.
Una tarde, la familia del guardabosque salió a pasear por la montaña y se encontraron con la perrita dálmata. Los hijos del guardabosque se encariñaron con la cachorra y se la llevaron a su casa, porque pensaron que estaba sola y perdida.
En casa del guardabosque, sus niños consintieron mucho a la dálmata pero la cachorra no pudo olvidar la familia de lobos que la cuidó cuando ella casi muere de hambre y frío; por eso, en las noches, cuando había luna llena, la dálmata aullaba como un lobo.
Entonces, los niños se dieron cuenta que la dálmata debió estar en alguna familia de lobos, y se la llevaron al lugar del bosque donde la encontraron. Cuando llegaron al lugar vieron a la familia de lobos grises. Los lobos, en vez de huir, comenzaron a mover la cola de felicidad al ver a la perrita.
Los niños entendieron que los lobos eran la familia de la dálmata, que nunca la olvidaron y que la quisieron siempre. Los lobos también conocieron a los niños, y les tomaron mucho cariño a ellos y a sus papás, por ser muy buenos con los animales. Por ese cariño que se tenían, las familias reunían cada vez que podían.
Y así fueron felices para siempre.

Por: José Antonio Domínguez
Primer Grado

Érase una vez un árbol muy grande que daba una deliciosa fruta como es el mango, y un niño que lo quería mucho. Todos los días jugaba a su alrededor y trepaba hasta arriba comiendo sus frutos y también dormía bajo su sombra, el árbol lo quería mucho. Paso el tiempo, el niño creció y no volvió a jugar alrededor del árbol.
Un día regresó y escuchó que éste le decía con tristeza:
- ¿Vienes a jugar conmigo?.
Y el muchacho contestó:
- Ya no soy el niño de antes que jugaba alrededor tuyo. Ahora quiero tener juguetes y necesito comprarlos.
- Lo siento, dijo el árbol. No tengo dinero, pero te sugiero que tomes dos de mis mangos, los vendas y así podrías comprar tus juguetes.
El muchacho tomo los mangos ganó dinero y se sintió muy feliz al igual que el árbol.
Tiempo después regresó y el árbol le preguntó:
-¿Vienes a jugar conmigo?.
Él respondió:
- No. Tengo que trabajar para mi familia y necesito una casa. ¿Puedes ayudarme?.
A lo que el árbol le contestó:
- Lo siento, no tengo una casa pero puedes cortar mis ramas y construir una casa.
El hombre cortó todas las ramas del árbol, se sintió feliz y no regresó.
Cierto día retornó a visitar al árbol. En ese momento, la planta le pregunta:
- ¿Vienes a jugar conmigo?.

El hombre le dijo:
- Me siento triste, estoy volviéndome viejo y quisiera un bote para navegar y descansar. ¿Puedes ayudarme?.
El árbol le dijo:
- Usa parte de mi tronco para construir uno, así podrás navegar y serás feliz.
El hombre cortó el tronco, construyó un bote y se fue a navegar por un largo tiempo. Regreso después de muchos años y el árbol le comentó:
- Lo siento mucho, pero ya no tengo nada, ni siquiera mangos.
El hombre le replicó:
- No tengo dientes para morder ni fuerzas para escalar, ya estoy viejo.
Entonces el árbol llorando le dijo:
- No puedo darte nada, lo único que me quedan son mis raíces muertas.
Entonces el hombre se sentó junto al árbol y entre alegre y risueño dejo caer algunas lágrimas, disfrutando en la vejez de sus vidas del amor y la amistad que los unió por siempre.

Por: Christian Andrés Ferreira Rincón.
Primer Grado

Había una vez una mula llamada "Kira" que vivía en una granja a cuatro horas de la ciudad. El nombre de la granja era "Mi Futuro".
Kira era muy consentida por su papá, el burro "Relámpago" y la yegua "Mariposa". Kira era muy popular, tenía muchos amigos que vivían libremente por la granja, tales como: Gaspar "el zorrillo", Silvia "la culebra", Cony "la ardilla", Margerys "la garza" y Kimber "el topo".
Juntos salían a pasear por el bosque todas las tardes; hasta que en una tarde de grandes crepúsculos se encontraron con el Gran Lobo.
Todos se asustaron y empezaron a dar pasos hacia atrás, tomando distancia y observando con duda al Gran Lobo, hasta el propio Sr. Leñador, él cual venía siguiéndolos, y a quién se le cayó el hacha al ver al animal.
Para sorpresa de todos el Gran Lobo también se asustó, pero les dijo:
- ¡Por favor no se asusten!. ¡Yo no soy quienes ustedes piensan!. Mi nombre es Lupi y soy vegetariano.
Kira y todos sus amigos se asombraron. Se reían a carcajadas porque nunca habían visto a un lobo vegetariano.
Lupi el "Gran Lobo" les dijo:
- ¡Témanle al fuego, no me teman a mí!
- ¿Como que al fuego?, preguntó Kira.
- ¡Existen unos humanos que están quemando el bosque y talándolo!, respondió la mula Lupi.
- ¿Y por qué queman el bosque?, pregunta Kira.
Y Lupi el Lobo, les explica:
- ¡Porque quieren construir ciudades aquí!.
A lo que Kira pregunta:
- ¿Y que es una ciudad?
Entonces el Sr. Leñador les explica:
- Es un lugar donde vive mucha gente, tienen poco espacio y venden la comida congelada.
Lupi el lobo les dice:
- Entonces no es un lugar donde se pueda ser libre, por eso quieren venir para acá y acabar con nuestro hábitat y con nosotros mismos. ¿Cómo sobreviviremos?.
Kira la mula le responde:
- ¡Pues le haremos frente!. No permitiremos que vengan a invadirnos. Si todos nos juntamos lo impediremos.
Kira se subió a un lugar alto como una piedra grande y con gran fortaleza convocó a sus amigos a defender el bosque. Entonces les dijo:
- Amigos, no podemos permitir que quemen y talen el bosque. ¡Vamos a defenderlo! ¡En la unión está la fuerza!
Entretanto, Kira y sus amigos se organizaron, llegaron al lugar de la quema y le hicieron un frente a los taladores y quemadores del bosque. Cuando llegaron se encontraron con unos tractores y máquinas extrañas. Todos se miraron asustados pero Kira habló y les dijo:
- ¿Por qué queman el bosque?, ¿A ustedes les gustaría que quemaran su ciudad?, ¡Déjennos vivir en paz!
Los taladores respondieron:
- ¡Váyanse de aquí o los vamos a sacar!
Silvia la culebra les dijo:
- ¡De aquí no nos vamos!
Por otro lado, Margerys la garza habló:
- ¡Este es nuestro hogar!
Lupi el lobo, se les acercó y les dijo furiosamente:
- ¡Nos tendrán que quemar con el bosque!
Los hombres se acercaban molestos con sus máquinas, hasta el punto que casi los atropellan, pero para sorpresa de todos, retrocedieron, recogieron sus máquinas extrañas y se marcharon.
Kira, la mula, reunió a los habitantes de la granja "Mi futuro" y los invitó a defender su futuro, regando la voz de que es importante cuidar nuestro hábitat.
Y así fue como los humanos aprendieron a respetar a la naturaleza y sus animales.
Esto es todo, ya saben amiguitos no contaminen el medio ambiente.

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Por: Rolando García
Primer Grado

Había una vez, en un jardín muy lejano, unas flores muy bonitas que tenían mucha sed. Todos los días esperaban a que lloviera, pero ese día nunca llegaba, casi siempre hacia un sol resplandeciente.
Tres de las flores (llamadas Margarita, Rosa y Cayena) le preguntaban a los pájaros, a las mariposas y a los coquitos si sabían cuando llovería. Al ver que nadie le respondía se ponían cada día más tristes.
Cerca de allí, había un pozo que se estaba secando, donde los animales del jardín podían calmar la inmensa sed que tenían.
Al ver que los días y las noches pasaban, las flores le pedían a las estrellas fugaces el deseo de que lloviera pronto.
El día menos esperado el cielo se nubló y empezaron a caer las inmensas gotas de agua. Las flores, que ya estaban a punto de morir, al sentir las gotas en sus pétalos, se llenaron de alegría y decidieron celebrar con una fiesta, a la que asistieron pájaros, mariposas, coquitos, hormigas, gusanitos, grillos, libélulas, arañitas y todas las demás flores del jardín.

Por: Andrés González.
Primer Grado.

Había una vez, un niño que tenía muchos juguetes, con los que salía a jugar con todos sus amigos al parque. Y, a veces, también invitaba a sus amigos a jugar en su apartamento con ellos.
El niño hacia mucho desorden cada vez que jugaba con sus amigos y, muchas veces, dejaba los juguetes olvidados en el parque. Él tenía bastantes amigos incondicionales y buenos. Pero, tenía un gran problema, no era responsable con sus juguetes, porque su mamá nunca le había dicho que era la responsabilidad; hasta que un día su madre le dijo:
- Hijo, la responsabilidad es un compromiso que todos debemos cumplir, al cuidar las cosas que tenemos y queremos.
Tiempo después, el niño fue a jugar con todos sus juguetes y se dio cuenta que, nada más, le quedaban la mitad de ellos. Él no recordaba donde los había dejado. Los había perdido o botado. Y al darse cuenta, pensó: "Si hubiera sido responsable con mis juguetes, hoy los tendría todos, y podría jugar con ellos".
Pero como nunca es tarde para aprender, se hizo el compromiso que, de ahora en adelante, iba a ser responsable con cada uno de los juguetes que tenía, cuidándolos, guardándolos en su puesto, porque un juguete es como un amigo, que siempre que lo necesites, él va a estar allí para jugar contigo.

Por: Sabrina González.
Primer Grado.

Había una vez dos mariposas que habitaban en un lago hermoso, rodeado de árboles y animales de todas las especies, donde el sol radiante reflejaba en sus mansas aguas los colores que brotaban de las flores que adornaban el jardín del edén, así llamado por su parecido al paraíso celestial.
Los habitantes de este paraíso compartían los alimentos entre ellos, cuando alguno de los animales no podía cazar por alguna razón, bien porque estuviese enfermo o simplemente no había tenido suerte en su faena, sus amigos estaban allí para ofrecerles y compartir algo más que un bocado. Se respiraba en este ambiente mucha hermandad, armonía, alegría, en fin de cuentas mucho amor. Como prueba de ello, cada animal respetaba a su igual, por ser una criatura de Dios, donde cada uno tenía su espacio, su forma de actuar, pensar y cazar. Nadie se burlaba de su compañero, aunque fuese más flaco, gordo, alto, bajo, feo o más raro, todos entendían que las diferentes formas de cada uno de ellos, hacían un mundo más bello e interesante.
Un día llegaron al lago dos avispas que deseaban hacerle daño a dos maripositas muy lindas llamadas Luz y Bella. En ese momento se sintió alrededor un ambiente muy raro, como si se hubiese acabado la armonía en ese lugar, no obstante, todos siguieron haciendo sus quehaceres diarios. Al poco tiempo, estas avispas trataron de robar la comida e invadir el espacio de Luz y Bella.
Al percatarse de ello, se les interrogó:
-¿Qué pretenden hacer aquí donde no hay lugar para la maldad ni para aprovecharse de los bienes de otros que con trabajo y colaboración han logrado?. Les pedimos de corazón que si vinieron a robar y a hacer daño se retiren de este lugar lleno de amor y magia, de lo contrario fracasaran en su intento, pues no existe fuerza más poderosa en el mundo que el amor y contra él no puede nadie.
Ellas, las avispas, con asombro preguntaron:
- ¿Y quien es él, ese que llaman amor y por qué no esta aquí?.
A esta interrogante respondió Luz:
- Se equivocan amigas, el está dentro y fuera de nosotros, esta en el aire que respiramos, en la comida que comemos, en el bello lago, en los colores hermosos de nuestras alas, en cada uno de los animales de este lugar y en nuestra hermandad. Pero les digo otra cosa, sin temor a equivocarnos, ustedes por ser criaturas de DIOS, traídas al mundo para algún fin, también tienen dentro de sí el AMOR, lo único que tienen que hacer es sentir la grandeza y magia de esta noble y maravillosa energía. Así pues, que si desean pertenecer a los miembros de este lago, las invitamos a compartir, colaborar, respetar el espacio de los demás, a no quitarle a nadie lo que no les pertenece por justicia y tener el don de la tolerancia y entendimiento con el prójimo. De esta manera podrán a ser muy felices en este lago, así como todos los que aquí vivimos. Habían hablado Luz y Bella con el corazón, y tales palabras fueron mágicas para las avispas quienes de ahora en adelante se integraron a este mundo de magia y color que les ofrecían sus nuevas amigas, trabajando por lo suyo y lo de los demás, colaborando, comprendiendo, respetando y tolerando a cada uno de los animales para hacer un mundo mejor.

Por: Valentina Alejandra Montilla Yánez
Primer Grado

Érase una vez un muchacho llamado Henry, que tenía dos hermanos Diego y Nelson. Henry por ser el mayor de la familia tuvo que salir a trabajar, para poder ayudar a su mamá con los pagos de la casa y con los estudios de sus hermanos.
Un día fue a la panadería donde trabajaba su mamá. Allí se consiguió con un viejo amigo, al que le contó que estaba estudiando y trabajando porque su padre se había ido de la casa y tenía que ayudar a su mamá.
Esa noche, en el porche de su casa, hablando con su mamá le dijo que él quería ser un profesional en el futuro, pero que sin recursos no podía estudiar. También le comentó que quería presentar en las Escuelas Militares, porque era la única forma que él tenía para llegar a ser alguien en el futuro. Su madre, muy sorprendida, le dijo que si eso era lo que él quería ella lo apoyaría, así tuviese que sacrificarse.
Al día siguiente, Henry vino a Caracas (porque vivía en el interior) a presentar la prueba de admisión en las Escuelas Militares y resulta que salió aprobado en la Armada. Así ingresó a la Escuela Naval de Venezuela. Transcurrieron 5 años hasta que se graduó de Alférez de Navío.
Después conoció a una linda muchacha en una fiesta, se llamaba Valeska. A Henry le llamo la atención, se intercambiaron teléfonos y salieron. Al pasar año y medio se enamoraron y duraron 9 meses de novios; hasta que decidieron formar una familia y se casaron. Valeska a los tres meses de casada salió en estado. En ese momento, Henry se encontraba navegando y Valeska tuvo que pasar unos meses visitando al médico sin su esposo. A los cinco meses lograron ir al médico juntos y le dijeron que iban a ser padres de una hermosa niña. Valeska estaba llena de la felicidad y Henry también. Pasaron los 9 meses v llegó la hora de tener a la hermosa niña. Entonces fue cuando nací vo.
Decidieron ponerme el nombre de "Valentina Alejandra" y pesé al nacer 2.800 Kg. Estuve con mi papi hasta mi primer mes, después él tuvo que navegar nuevamente y me vio a los cuatro meses de nacida.
Recién cumplidos mis cuatro meses, fuimos a Puerto Cabello, para recibirlo en el barco donde venía, imagínense que hasta en los periódicos salí. Mientras estaba chiquitica, mi papi ascendió a Teniente de Fragata.
Cuando cumplí los 4 añitos, mi mami me dio la sorpresa de que estaba embarazada, y saben que?... Resultó ser un gran varón, y fue cuando nació mi bello y precioso hermanito Diego Alejandro, que les cuento es lo más lindo que Diosito me ha dado. Es muy gracioso y juguetón, actualmente tiene 3 años y estudia en un Preescolar.
Todos los días le doy gracias a Dios por los padres que me dio, porque sé que ellos se sacrifican mucho por darnos a mi hermano y a mí todo lo que hemos querido.
Para finalizar esta historia, que es la mía, quiero decirles que es real. Es la forma de como mi mami y mi papi se enamoraron, y como mi papi logró ser un profesional. Estoy muy feliz y orgullosa de la Familia que tengo......!!!!!!

Por: Natalie G. Molina O.
Primer Grado

El Sol y la Luna eran buenos amigos y se querían mucho por su hermosa amistad. Un buen día brilló una estrella que llamó la atención de todos, la llamaban la estrella de Belén.
Entonces, el Sol le dijo a la Luna:
- Esta estrella hermosa, ¿Cómo se llama?
Y la Luna le respondió:
- La llaman la estrella de Belén, que brilla más en Diciembre, cuando nace el niño Dios.
En respuesta, el Sol comentó:
- ¡Es muy linda, pero yo tengo más brillo!
Y dijo la Luna:
- Quieres que te diga algo, no somos los únicos en este espacio y deben existir otras estrellas aun más brillantes. Mira, yo soy un satélite natural del planeta Tierra y doy luz de noche a sus habitantes y tú, Sol, das luz y calor a todos durante el día.
El Sol respondió:
- No importa quien brilla más, porque cada uno tiene una misión especial.

Por: Iván Ocanto.
Primer Grado.

vez, dos buenos amigos: el escarabajo y el gusano. El gusano era ciego, y el escarabajo siempre guiaba a su amigo por todas partes.
Un día muy lindo, el escarabajo estaba cumpliendo años. Invitó a sus amigos a picar una torta en su casa.
El gusano pensó que sería bonito darle una sorpresa al escarabajo y le pareció bien comprarle unos caramelos para llevárselos como regalo de cumpleaños. Pero, como era ciego no sabía como llegar a la tienda de dulces. Entonces, se puso muy triste, porque no tenía a otro amigo que lo guiara para ir a la dulcería. No sabía que hacer. Pero quiso arriesgarse y empezó a ir solo a la tienda.
En el camino comenzó a tropezarse con todo y se perdió. Hasta que chocó con una mariposa. La mariposa al ver que el gusano era ciego le preguntó si necesitaba ayuda para llevarlo a alguna parte. El gusano le dijo que estaba perdido, y que si lo podía ayudar se lo iba a agradecer mucho. También, le dijo que necesitaba ir a comprar un regalo a un amigo, para luego llevárselo a su casa, donde iban a realizar una fiesta. La mariposa le dijo que lo podía acompañar y así se hicieron amigos.
Cuando el gusano llegó a la casa del cumpleañero, acompañado de la mariposa, el escarabajo se puso muy feliz. Desde ese momento, todos fueron buenos amigos para siempre.

Por: Manuel Armando Ovalle Ríos
Primer Grado

Un día a José, en el cumpleaños de su primo Pedro, jugando con sus amiguitos en el parque Vinicio Adames se le cayó el diente molar. José, como estaba muyemocionado, no se dio cuenta. Su mamá al verlo reír vio que le faltaba un diente y lobuscó en la grama del parque. Al encontrarlo lo guardó en una servilleta. Cuando llegana casa en la noche, la mamá de José lo guardó debajo de la almohada para que el Ratón Pérez le trajera un regalo Un día a José, en el cupleaños de su primo Pedro, jugando con sus amiguitos en el parque Vinicio Adames se le cayó el diente molar, como estaba muy emocionado, no se dio cuenta. Su mamá al verlo reir vio que le faltaba un diente y lo buscó en la grama del parque. Al encontrarlo lo guardo en una servilleta. Cuando llegan ala casa en la noche, la mama de José lo guardó debajo de la almohada para que el Ratón Pérez le trajera un regalo.
Al día siguiente, José al despertarse consiguió la computadora que tanto queria para apreder a jugar en ella y a escribir. Y se preguntaba con sorpresa y alegria:
aprender a jugar en ella y a escribir. Y se preguntaba con sorpresa y alegria:
¿Seria el Niño Jesus quien me trajo esta sorpresa?. No, porque no es 24 de Diciembre ¿Quien sería?...
Al no saber, corrió a preguntarle a mamá y papá.
¿Quien me trajo ese gran regalo?.
Respondieron sus padres al mismo tiempo: - ¡El Ratón Pérez!.
Con gran sorpresa José pregunta:
¿Quie es el Ratón Pérez, ¿Por que me trajo esta computadora?.
Su mama respondió:
El Ratón Pérez es un amigo de los niños, que cuando se portan bién en el colegio y con sus padres, al caerse los dientes de leche, él le trae la sorpresa quea los niños le gusta.
Se debe colocar el diente debajo de la almohada para que llegue el regalo. Josécontento empezó a escribir en la computadora y colorin clorao este cuento se ha terminado.

Por: Yván Rosales Carreño.
Primer Grado

Había una vez un penito llamado Campeón. Todos los días iba a la plaza de la urbanización. En ese lugar jugaba con otros perritos, hasta que un día llegó una linda perrita llamada Canela.
Cuando Campeón vio por primera vez a Canela los ojos se le pusieron como dos corazones. Los días pasaban y jugaban juntos por la plaza y por el parque, hasta que la dueña de Canela se dio cuenta que estaban muy enamorados. La dueña de la perrita tenía miedo que Canela se casará y se fuera de la casa, por lo que la encerró en la casa para que no saliera a jugar más
Los días pasaban y Campeón esperaba a Canela en la puerta de su casa. Canela lloraba mucho porque no podia ver su enamorado. Entonces, su dueña entendio que ellos se querian mucho y que era mejor dejarla ir antes que se muriera de tristeza.
Al final, Canela se casó, pero junto con Campeón, visitaba todos los días a su dueña. Así todos fueron felices para siempre.

Por: Ricardo José Villamizar.
Primer Grado

Había una vez un Samurai muy sabio que vivía en una montaña y que sabía hablar con los animales y las nubes.
Un día se encontró con una ardilla herida y le preguntó:
- ¿Quieres que te ponga una venda?
Y ella le respondió:
- Muchas gracias Samurai, tengo varios días herida.
Entonces el Samurai la curó con sus poderes telepáticos y la dejó en su casa.
Otro día el Samurai en el bosque cayó en una trampa y no podía salir, cuando pasó su amiga Ardillita y le dijo:
- ¡No te preocupes amigo, yo cortare las cuerdas!
La Ardillita lo dejó libre y el Samurai pudo irse a su casa muy contento.

Por: Karla Zerpa.
Primer Grado

Había una vez una ardillita que era tan gorda que no podía subir a los árboles a buscar su comida, y las demás compañeras ardillas se burlaban de ella.
Un día, la ardilla decidió recorrer un largo camino para encontrar alimento. Así viajó muchos kilómetros. No encontró nada hasta que ya moribunda con un árbol mágico se tropezó y, durmiendo entre sus raíces, un cargamento de nueces le regaló.

Raúl salió muy temprano de su hormiguero. Quería traer la hoja más grande del bosque.
- "Solo no vas a poder hacerlo", le dijo Óscar, su amigo.
- "¡Bah! Tengo mucha fuerza", le contesto Raúl.
Raúl se alejó demasiado del hormiguero y encontró una enorme hoja, pero era tan grande que él solo no podía llevarla. Se acercó una urraca, y le preguntó:
- "¿Por qué no llevas una hoja más pequeña?"
"Todos se reirían de mí", pensó el orgulloso Raúl, e intentó llevar hasta el hormiguero la enorme hoja. Pero estaba agotado y no quiso volver al hormiguero sin la hoja prometida.
Oscar, el amigo de Raúl, estaba preocupado. Hacía mucho tiempo que Raúl había salido a buscar la hoja más grande y aún no había vuelto. Se estaba haciendo de noche y Óscar no sabia que hacer
Amaneció y Raúl no había vuelto. Era el momento de salir en su búsqueda. Buscó por todas partes. No descansó ni un solo segundo y al atardecer descubrió una enorme hoja en medio de un charco. ¡Era la hoja más grande que jamás había visto!
Se acercó y vio a Raúl. Estaba congelado debajo de su enorme hoja. Había muerto de frío, pero sonreía. Había sido feliz en aquella búsqueda, y Oscar lo sabía.

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Por: María Gabriela de Sousa
Segundo Grado.

Una vez, en un lugar del mundo nació una planta súper especial; su resplandor era tal que todos la querían mirar, acercarse a ella. Era la sensación y era tan llamativa que no pasaba inadvertida. Debido a que una gran inquietud en mí logró despertar, se me ocurrió preguntar por casualidad:
- ¿De dónde viene la planta que alborotó al pueblo?.
Pero el señor no contaba con la respuesta que le iba a dar su dueño:
- Hola Señor!!!. Le respondo que la planta no viene de otro lado distinto al nuestro, lo que sucede es que desde el momento en que su semilla cultivé, me encargue de que todo su desarrollo estuviese muy completo y aunque, a veces, sin querer, se me olvidó regarla con agua, no sufrió cambio alguno. Sin embargo, lo que nunca le faltó fue muchísimo AMOR.
Todo el pueblo cautivado por tan sencilla explicación entendió, que en cualquier parte, sin importar el lugar donde crezcas, lo que más vale es que nunca dejes de dar ni de recibir amor. Estas cuatro letras, que forman tan sencilla palabra, son las responsables de que la flor no fuese otra más del montón.

Por: Daniel García Fernández
Segundo Grado

Mario era un niño de 8 años, que vivía con sus padres, hermanos y abuelos en una casa muy humilde, que tenía un patio muy grande, en el cual habían muchas flores, arbustos y plantas. Él quería sembrar un árbol muy grande para que sus amigos dijeran que era el mejor. Así que eso fue lo que hizo, sembró en el centro del patio un arbolito frutal muy precioso. Después de varios meses creció un árbol inmenso. Él niño dio gracias a Dios por ese regalo del cielo. Sus amigos decían que era el árbol más grande del mundo y sus padres le dijeron que era hermoso. El árbol, además de tener en sus ramas un nido de pajaritos, le daba gran sombra a la pequeña casa y servía de diversión a los niños que jugaban alrededor, quienes se mecían en un columpio que se sostenía con las ramas más fuertes.
Mario quería que el árbol le diera manzanas y justo en ese momento le cayó una en la cabeza. Entonces, agradeció a Dios por el regalo recibido, y pensó que él era su mejor amigo. Al pasar los años el árbol empezó a envejecer, se enfermó y sus ramas comenzaron a debilitarse mientras Mario seguía creciendo. Al poco tiempo el árbol murió. Mario estaba muy triste, por la muerte de su arbolito preferido y encantador. Después él comenzó a ver que en su patio tenía otros arbustos que crecían cada día más.
Al poco tiempo, Mario se caso con María. Al crecer sus 4 hijos llamados Susan, Mario, María y Daniel, les explicó la alegría que sentío al cultivar una semilla, y ver como crecía su arbolito todos los días hasta convertirse en un árbol frondoso.
Mario decía a sus hijos que la vida del árbol dependía del amor que le brindaran. Así que Mario les fue enseñando a sus hijos a cuidar un árbol y a preocuparse por su familia.

Por: Antonio José García Piñango
Segundo Grado.

Érase una vez un niño llamado Antonio. Él era el Presidente de todos los niños. Antonio tenía dos amigos: Daniel, que era militar y Armando que era un doctor que curaba a todos los niños del mundo.
El Presidente Antonio tenía padrinos mágicos que le concedían todo lo que a él le gustaba tener y hacer, como volar, ser grande y tener muchos más padrinos mágicos, con los cuales pudo llegar a ser Presidente de su país.
A todos los niños les daban la comida que ellos querían, les realizaban las tareas, les conseguían juguetes y novias. Así, como les daban todo lo que pedían, el país se convirtió en un desorden.
Un día, Antonio el Presidente, les pidió a sus padrinos mágicos que a cada niño que no se ganara un premio no se lo dieran, porque se había dado cuenta que cuando a la gente se le da premios sin ganárselos, éstos no se aprecian.
Como Presidente, Antonio dijo: "El que luche y trabaje tendrá premios y el que no, nada tendrá".
Como todos los niños querían tener premios, todos hicieron sus tareas y estudiaron. Cuando crecieron fueron los mejores y su premio fue vivir en el mejor país del mundo y ser felices.

Por: Ana Karina Iacobozzi
Segundo Grado

Cierto día, el viejo sabio Alfredo estaba preocupado. Hacia ya varios días que no llovía, el agua empezaba a escasear, el bosque estaba seco, los animales hambrientos salían a caminar por el bosque en busca de alimento. El sabio dice:
- Iré al río, ¡oh, el río esta seco!. Esto es muy grave, los animales y las plantas están en peligro.
Las pequeñas duendes Karina y Andreina escucharon al viejo sabio y decidieron salvar a los peces y a las ranas, que en la orilla del río se encontraban.
- Esto no puede seguir así, les dice el sabio a las duendecitos. Pongan su valiosa carga en un balde y vengan conmigo, vamos a tratar de encontrar todos juntos una solución, no nos podemos quedar sin agua, nos moriríamos todos de sed. ¿Qué será de nosotros?, ¿Qué pasará con el bosque?
Entonces Alfredo decide buscar ayuda y acude a casa de Lalo y le dice que necesita de él; que si lo puede ayudar. Lalo dice con mucho gusto:
-¿Qué debo hacer?. ¿Nos puede dar una manita?
Lalo esta muy contento de poder prestar su ayuda y es por eso que acompaña a las pequeñas duendes y al viejo sabio hasta el pozo.
Todos se ponen a tirar de una gruesa cuerda que en el extremo tiene un tobo para tratar de sacar agua del pozo. Pero nada, esta muy pesada. De repente dan un tirón muy fuerte lo que hace que Lalo se caiga hacia atrás. ¡Que desastre! El agua que traían en la cubeta le cae encima a todos y fue imposible recuperar una sola gota de agua. Entonces el viejo sabio dice:
-Esta no es la solución. Debemos pensar con calma para encontrar un mejor sistema que nos permita obtener el agua que nos beneficiará a todos.
De repente cuando estaban buscando una solución... ¡Oh sorpresa!, se desato una gran tormenta, se sorprendieron al ver el tamaño de las gotas de lluvia que del cielo caían:
- Agua, ¡que maravilla!, exclaman las pequeñas duendes felices. Esto es maravilloso, los pájaros vuelven a cantar, los peces a zambullirse en el río que ya empieza a crecer, las ranas comienzan a croar, nosotras junto con el viejo sabio podemos calmar la sed, bañarnos y regar los jardines para que las plantas vuelvan a estar radiantes y felices. El bosque recuperó su verdor y el leñador salió a dar un paseo para admirar la belleza del lugar que volvía a la vida después de mucho tiempo de estar seco y mustio, lo que lo hacia ver muy feo y triste
Finalmente las pequeñas duendes toman de la mano al sabio Alfredo, lo llevan para que se siente debajo de su árbol favorito, le dan un libro científico, que es lo que más le gusta leer, ya que ellas querían saber todo sobre el agua y los bosques. Entonces le preguntan al sabio:
- ¿Por qué es tan importante el agua?.
El sabio respondió:
- Les explicaré; el agua es fuente de vida, los hombres, animales y plantas la necesitan para crecer, reproducirse y vivir, sin agua no podrían desarrollarse, los bosques se consumirían por los incendios porque estarían muy secos, perderíamos grandes extensiones de vegetación, nos quedaríamos sin el pulmón vegetal natural que nos ayuda a respirar aire puro.
El viejo sabio dice: Si pensamos en que otras cosas podríamos hacer con el agua, diríamos; mover molinos para ayudar a los agricultores, regar y cultivar la tierra, en acueductos para llevar el agua de un lugar a otro, levantar presas para generar energía, y así un sin fin de cosas pero todas para beneficio del hombre y de los seres vivos en general.
Las pequeñas duendes Karina y Andreina quedaron estupefactas con todas las cosas que se podían hacer con el agua, era increíble todo lo que habían aprendido y escuchado sobre este líquido de voz del viejo sabio. Karina y Andreina estaban muy contentas pues hasta ese momento no se habían dado cuenta de lo importante que era el agua en sus vidas. Se despidieron del sabio y le dijeron:
- ¡Cuidaremos el agua y los bosques como a un buen amigo!.Sin su sabiduría nunca hubiéramos entendido la importancia del agua. ¡Qué suerte poder tenerlo cerca!, ¿Verdad?.

Por: Jhon Haaron Martínez
Segundo Grado.

Hace muchísimo tiempo, en un país muy lejano, existía una aldea donde la gente vivía en completa armonía. Allí nació un niño que le pusieron por nombre Carlín.
Al pasar el tiempo, Carlín se convirtió en un apuesto muchacho. Él era la alegría de sus padres y todos los habitantes lo admiraban por su valor e inteligencia.
Pero, un día, Carlín se enfermó y la alegría desapareció de su rostro; llamaron a todos los médicos, pero ninguno pudo curarlo. Una tarde en que él contemplaba la aldea desde la ventana de su habitación, le vino a su mente una idea extraordinaria.
Llamó a su padre y le dijo:
- Querido padre, he recordado que en una montaña muy lejos de aquí, hay una fuente de aguas cristalinas que curará mi enfermedad; si me dejas ir partiré en busca de ella.
En la mañana cuando Carlín despertó, su padre le había preparado un caballo y suficiente alimento para llevar en el camino.
Así emprendió su viaje en busca de la montaña, pasó días y noches cabalgando sin cesar. Cuando se sintió tan agotado, que sus piernas no le daban más, se acostó debajo de un árbol y se quedó dormido.
Habían pasado cinco días, desde que había salido de la casa de sus padres. Se puso nuevamente en camino, y vio un hermoso pájaro blanco como la nieve sobre la rama de un árbol. El pájaro cantaba tan dulcemente que se detuvo para escucharlo. De pronto desplegó sus alas y voló.
Carlín siguió al ave y se encontró con un jardín donde crecían toda clase de árboles raros: árboles sin frutos y árboles cargados de frutos.
Entonces oyó una voz que le decía: ¡Haz venido hasta aquí Carlín!
Él se asustó un poco, y preguntó:
- ¿Quién eres?...
A lo cual le respondió:
- Solo una buena amiga Carlín, confía en mí. Para poder entrar a donde vas necesitaras de las hadas acompañantes que te guiaran a la montaña de aguas cristalinas.
En el camino las hadas se reían unas con otras, y Carlín se preguntaba a sí mismo: "¡Qué hadas tan extrañas! ¿Por qué se reirán?"
Al llegar a la montaña, vio un hermoso jardín de flores tan lindas, que el niño quedo maravillado. Caminó unos pasos más y encontró la fuente de aguas cristalinas, pero él aún seguía triste. De pronto apareció una linda jovencita, que el niño al verla se alegro mucho y sus ojos brillaron como nunca antes. Ella le dio de tomar un poco del agua de la fuente que curo su enfermedad.
Al regresar a casa, él le pidió a la linda jovencita que fuera su prometida y ella aceptó. Después de un tiempo se casaron y fueron felices para siempre.

Por: Mariangie Martins.
Segundo Grado.

Había una vez una niña llamada Valeria. Ella tenía 8 años y le gustaba mucho el ballet. Su gran sueño era ser bailarina.
Un día Valeria le preguntó a su papá:
- ¿Papi, yo podría estudiar ballet?
El papá furioso le respondió:
- No hija mía. Quiero que cuando seas grande seas un gran administrador, como yo. El ballet te va a quitar tiempo para estudiar y sacar buenas notas.
Valeria abrazó a su mamá y se puso a llorar.
Luego, salió corriendo y fue a buscar a su nana Matilde, para contarle todo lo que le había pasado con su papá.
A la nana no le gustaba ver triste a Valeria, así que pensó en ayudarla, y hablando con ella le dijo:
- Valeria, no estés triste, yo te voy a ayudar a cumplir tu sueño.
La abuela, sin contarle nada a sus padres, inscribió a la niña en una escuela de ballet. La llevaba tres tardes a la semana.
Valeria estaba siempre estudiando mucho y sacando buenas notas, para algún día darle a sus padres la sorpresa de que estaba estudiando ballet.
Después de varios meses de ensayar en el ballet, llegó el acto de graduación del primer año. En ese acto las bailarinas mostraban todo lo que habían aprendido.
Valeria le entregó a sus padres la tarjeta de invitación a su graduación. Ellos sorprendidos le preguntaron como había hecho para ir al ballet. Y ella les dijo que con la ayuda de su nana Matilde, ella estudiaba en las tardes.
Sus padres fueron al acto de graduación y la vieron bailar. La aplaudieron fuerte y la felicitaron. Los padres comprendieron su sueño y se sintieron orgullosos de ella.
Doce años después, Valeria con 20 años de edad, fue profesional del ballet, viajo por varios países, haciendo su sueño realidad, bailar en los mejores teatros del mundo.

Había una vez un niño llamado Carlos, el quería ser un futbolista profesional, así que un día invito a sus amigos: Antonio, Héctor, Daniel y Zack a reunirse con él en su casa. Allí les planteó la idea de organizar un equipo para jugar fútbol. Todos se alegraron y festejaron la idea, estuvieron de acuerdo en formarlo. Pensaron muchos nombres pero al final decidieron llamar al equipo "El Barsa".
Un día se encontraron una pelota amarilla que parecía de oro, con ella comenzaron a jugar siempre en cualquier rato libre, practicaban y practicaban para así poder llegar a ser un equipo profesional.
Se inscribieron en un torneo y llegaron a la final, enfrentándose con uno de los mejores equipos de fútbol juvenil "El Blues". Antes de comenzar el partido le solicitaron al arbitro que les permitiera jugar con su balón de oro y éste después de consultar aceptó. Así comenzó el juego, lograron vencer al equipo de los Blues 1 a 0. Todos festejaron contentos el triunfo y se emocionaron de haber ganado, pero lo mejor fue que conocieron a muchos niños durante todo el torneo e hicieron más amigos.
Después de ganar esta competencia tan importante para el equipo del Barsa, hicieron la promesa de no separarse y seguir practicando para, al crecer, ser el mejor equipo y poder jugar a nivel profesional.

La abuelita estaba sentada con su gatito Félix en el parque, tejiéndole un gorrito, porque quiere mucho a su gatito y a los animales. Todo estaba en calma, se escuchaba el cantar de los pajaritos, el viento era fresco y el sol iluminaba el hermoso día. De repente, apareció un perro callejero, de gran tamaño, que comenzó a ladrar muy fuerte y se abalanzó hacia el gatito Félix. El gatito corrió asustado, mientras la abuelita gritaba nerviosa al ver ese gran perro sobre Félix. Por suerte el gatito encontró un agujero donde se pudo esconder, entonces el perro no pudo entrar en tan pequeño espacio y siguió ladrando hasta que se cansó y se fue. Después la abuelita llegó al agujero a buscar a Félix. Le costó para salir de lo asustado que estabaLuego que salió de su escondite la abuelita lo agarró y ambos se fueron a la casa.
Al llegar a la casa, la abuelita buscó sus cosas para comenzar a tejer, ella quería terminarle pronto un gorrito que le estaba haciendo a Félix. También buscó agua y le dio a su gatito, se sirvió una tacita de café y se sentó en su silla a tejer y a descansar.
De repente, sonó el timbre de la casita. Ella fue a la puerta para abrirla, quien tocaba era la vecina con su hijita. La niña traía en sus manos a un conejito, pasaron y se sentaron en la casa a conversar. Durante la visita se escuchó un chillido terrible, era el gatito Félix persiguiendo al conejito de la vecina por toda la casa. Entonces se formó un desorden, el gatito perseguía al conejito, quien corría desesperadamente. A su vez, detrás de ellos iban la abuelita, la vecina y su hijita, quien lloraba y gritaba de susto. La abuelita le logró pisar la cola a Félix y lo frenó, lo agarró regañándolo fuertemente por lo que había hecho. El conejito estaba asustado debajo del fregadero, de allí lo sacó la niña con unas enormes lágrimas en sus ojitos.
Se despidieron las vecinas, que estaba con mucha pena por lo que pasó y entonces ella se sentó en la sala y regañó otra vez al gatito Félix. Le dijo:
- No le hagas a los otros lo que no te gusta que te hagan a ti

Por: Sheyla Fariñas
Tercer Grado

Había una vez un niño llamado Juan y su mejor amiga llamada María. Ella era una niña muy solitaria y con la única persona que jugaba era con Juan. Un día a Juan se le ocurre una brillante idea para que María tuviera más amigos. Entonces, Juan le dice a sus otros compañeros que cursaban tercer grado que lo ayudaran a llevar a cabo un plan que se había propuesto y convocó en hora del recreo a: José, Mario, Pedro, Manuel, Antonio, Elizabeth, Liliana, Patricia, Jennifer y Rosa.
Entonces Juan hablando con ellos les comentó:
- Ustedes saben que María es mi mejor amiga y es muy tímida pero yo quiero que comparta con todos nosotros. Voy a proponerle que en hora del recreo todos debemos traer barajitas de la serie Rebelde ya que a María le fascina esa serie y la vamos a invitar a intercambiar las que tengamos repetidas.
Todos estuvieron de acuerdo. Al día siguiente en la hora de recreo Juan, José, Mario, Pedro, Manuel, Antonio, Elizabeth, Liliana, Patricia, Jennifer y Rosa le dicen a María que esté con ellos para hablar de la serie "Rebelde" e intercambiar barajitas. María se emocionó y dijo que aceptaba y que a la vez cada uno iba a decir cuales eran sus personajes favoritos.
María muy emocionada dijo que para ella todos eran sus favoritos .
Por otra parte, Juan dice:
- A mi me gusta Lupita.
Pedro, José, Mario, Manuel y Antonio opinaron lo mismo.
Entonces, Elizabeth comentó:
- ¡Ay!, yo muero por Diego cada vez que lo veo, él es muy guapo.
Patricia dice:
- El mejor es Roberto.
Al momento lo mismo comenta Liliana.
Por lo contrario Jennifer dice:
- A mi me gusta Miguel.
Luego Rosa opina:
- Yo me quedo con Giovanni.
Entonces todos empezaron a intercambiar las barajitas que tenían repetidas y María es la que más hablaba de la serie ya que no se perdía ni un capitulo.
Todos los demás se peleaban por preguntarle a María, ya que ellos no eran muy seguidores de la serie Rebelde, porque la veían muy poco a pesar de que compraban a diario las barajitas.
María se sintió muy feliz respondiéndole a cada uno lo que preguntaba. En ese momento sonó el timbre indicándole que tenían que volver al Aula.
Todos entraron y desde ese día María se integró al grupo.
Pasaron los días y a la hora de recreo se reunían, compartían sus barajitas y charlaban de la serie, ya que cada uno se propuso no perderse ni un capítulo de la misma.
Fue entonces que María comprendió que jugando se podía hacer amigos y Juan muy satisfecho agradeció a todos su ayuda y fueron amigos por siempre.

Un día los alumnos del salón de tercer grado se quedaron un momento solos, mientras la maestra fue al baño.
Algunos niños, a pesar de tener una actividad que realizar, querían alegrar el ambiente del salón.
Gabriel, quien era un niño inquieto, preguntó:
- ¿Dónde está Douglas?.
Douglas, quien siempre acompañaba a Gabriel en sus travesuras, le contestó:
- Aquí estoy amigo, ¿en qué te puedo ayudar?.
Gabriel le propuso a Douglas:
- Vamos hacer un bochinche.
Douglas aceptó participar con Gabriel en el bochinche. Entre los dos alborotaron el salón y se portaron mal hasta más no poder.
Entretanto, la maestra del salón, llamada Agustina, escucha los gritos de los alumnos desde el baño.
Cuando la profesora Agustina llega al salón, encuentra todo desordenado y ve a Gabriel y a Douglas brincando y gritando de mesa en mesa.
Los demás alumnos señalan como culpables del desorden a Gabriel y Douglas. La maestra les preguntó porque habían ocasionado el desorden. Ellos respondieron que era por fastidiar a sus compañeros.
Entonces, debido a que en otras oportunidades ya habían causado desordenes, sin ellos hacer caso de la advertencia de llamar a sus representantes, la profesora Agustina decidió citar a sus padres.
Los papás fueron a hablar con la maestra y conversaron con Gabriel y Douglas, para que se portaran bien.
En casa, a los niños les quitaron los juegos que a ellos más les gusta. Así, Douglas y Gabriel aprendieron una lección, que cada día se deben portar bien con sus amigos, maestros y padres, para ser premiados con las cosas que nos gustan.

Por: Josué Picado.
Tercer Grado

Había una vez un camello muy sabio que se llamaba Franco, era el animal más noble del desierto de Arabia y todos los animales, entre los que había: cebras, caballos, loros y castores. Todos lo querían mucho por su gran bondad.
El camello Franco vivía muy feliz con sus amigos en un oasis situado en medio del caluroso desierto. En él se podía encontrar agua en abundancia y muchas frutas.
Cierto día vieron que se acercaba alguien al oasis, no sabían quien era hasta que se dieron cuenta que el temible león de la selva se aproximaba. El león estaba perdido y sediento, al verlo todos los animales corrieron asustados, menos Franco quién no pensó dos veces para proceder a ayudar al pobre león, aún a riesgo de que el fiero animal se lo comiera, pero en vez de esto el temible león quedó muy agradecido y se hicieron grandes amigos. El nombre de este león era Max.
Max siguió por la selva con suficiente agua para su viaje y cuando llegó a su hogar se encontró con su amigo el conejo Bigotes y le contó lo sucedido.
Un día, cuando estaban jugando apareció Franco en la selva para visitar a Max, este mismo le presentó a Bigotes y los tres se hicieron grandes amigos.

Por: Johana Piña
Tercer Grado.

Había una vez un niño llamado Juanco que se portaba muy mal y era el payaso de su clase. Sus amigos, maestros y padres le decían:
- Juanco, no te portes mal, porque después el Niño Jesús no te va a traer regalos.
Trascurrió el tiempo y llegó el período navideñoUn día, en su salón, la maestra le encomendó a cada niño hacer la carta al Niño Jesús.
Juanco, de tremendo, no la hizo y cuando iban a lanzar los globos donde estaban las cartas con las peticiones al Niño Dios, Juanco se puso muy triste porque él no pudo entregar su carta, ya que no la había escrito.
Cuando Juanco llegó a su casa, sus padres le preguntaron:
- Hijo porque estás tan triste. Deberías estar feliz porque hoy lanzaron los globos con las peticiones.
Y Juanco les dice:
- Mamá yo no hice la carta, por eso no pude entregarla y eso me entristece mucho.
Entonces, su mamá le cuenta una historia para que se sienta mejor:
- Había una vez un niño que se llamaba Franco y él se portaba muy bien, por eso el Niño Jesús le traía siempre 9 regalos muy divertidos. Le traía 4 a la escuela y 5 a su casa. Eso lo hacía ser un niño muy feliz todos los días.
Juanco escuchó atentamente a su madre, a lo que dijo:
- Ahora yo quiero ser un buen niño para que el Niño Jesús me traiga más regalos.
Juanco comprendió que era importante cumplir con sus deberes. Esta vivencia le enseñó que los niños deben ser obedientes en la escuela y en la casa. Ahora es un buen niño para siempre. Y se disculpó por todo lo que había hecho mal.

Por : José Antonio Rosales Carreño
Tercer Grado

Había un niño que lo llamaban "El Número 1". Él estaba contando una historia que empieza así:
Hace tiempo, habían unos niños que se divertían solos. Pero ellos jugaban hasta la hora que ellos quisieran.
Un día se aburrieron de llevar la misma rutina. Entonces, un niño pensó en hacer cosas que fueran diferentes o que nunca habían hecho. Por ello decidieron llevar a cabo actividades con cosas de alta tecnología. Y crearon un robot con características de adulto: era un viejo. Los niños empezaron a reírse del robot por su forma extraña. Ellos jugaban a vestirlo, le ponían trajes ridículos. Después le pidieron que hiciera muchas casas, que fueran construidas de madera. El robot construyó las casas grandes y muy cómodas.
Después los niños le pedían que jugara al caballito con ellos. A lo que el robot dijo:
- ¡No voy a jugar con ustedes!. Mi misión no es complacerlos permanentemente, ya que tengo otras responsabilidades que cumplir.
Por su respuesta, los niños comenzaron a reclamarle por su desobediencia. A lo que le robot les contestó:
- Yo estoy hecho para protegerlos a ustedes, cuidarlos y darles buenos ejemplos, enseñarles valores como: la solidaridad, la amistad, la honestidad y el respeto por todas las personas que nos rodean, tanto adultos como niños.
Después los niños se sintieron muy mal y avergonzados por reclamarle. Luego se fueron a su refugio, allí encontraron a un embajador adulto que les aconsejó que formaran una familia para así tener a alguien que los cuidara, les enseñara a ser mejores personas y comprensivos con los demás.
Los niños dijeron en una solo voz que "¡sí!".
Y todos vivieron felices para siempre.

En un pueblo muy lejano los niños y niñas no creían en Santa Klaus.
Un día, llegaron unas personas a ese pueblo en víspera de navidad. Era una familia que le gustaba festejar mucho durante esa época. Era una tradición para ellos decorar su casa. La familia unida y alegre adornó toda su casa con muñecos de Santa Klaus.
Entonces, otras personas del pueblo fueron a saludar a los nuevos vecinos, para darles la bienvenida. Cuando entraron a la casa se asombraron de ver cómo estaba todo adornado de colores vivos: verdes, rojos y dorados.
Al ver todo aquello los vecinos preguntaron:
- ¿Qué tradición era esa tan hermosa que emanaba alegría y que los niños se sentían tan contentos al ver los regalos?.
De pronto, vieron hacia un extremo de casa y observaron un señor vestido de rojo con un gran saco lleno de juguetes. Ésto les causó curiosidad y volvieron a preguntar:
- ¿Quién es ese hombre vestido de rojo?
Ellos les respondieron:
Ese es Santa Klaus, el que lleva los regalos a los niños y niñas del mundo entero. También, colabora con el Niño Jesús en la entrega de regalos, ya que él por ser tan pequeño necesita ayuda.
Desde ese momento los niños y niñas cambiaron su forma de ser y creyeron en la Navidad.
Cuando las personas salieron, fueron de casa en casa diciendo que Santa Klaus era quien ayudaba al niño Jesús.
Ese niño que tanto adoramos en la época de diciembre, a quien le hacemos cartas tan hermosas pidiéndoles nuestros regalos y los de nuestros familiares, conocidos y amigos.
Entonces, desde ese momento, en ese pueblo tienen como costumbre y tradición adornar sus casas, hacer regalos, y así recibir la Navidad con entusiasmo y alegría, donde reina la paz.
Y se me olvidó contar algo más, le pedimos al Niño Jesús y Santa Klaus que ilumine el pensamiento de aquellas personas de buen corazón para que ayuden a tantos niños en el mundo que están necesitando que le tiendan una mano en esa época.

Por: Kristian Camacho
Cuarto Grado.

Érase una vez, en un lugar donde los animales más peligrosos podían compartir con los humanos, ¿lobos y zorros criados y cuidados por humanos?
Un día, el zorro más feliz de todo el planeta, quien vivía con dos niños que lo cuidaban desde que lo consiguieron casi muriéndose en un sitio muy solitario de aquel lugar, conoció a un lobo y le preguntó:
- ¿Quién eres tú?
- Soy el lobo- contestó.
- ¿Y qué haces aquí?
- Vengo por unos niños, la gente dice que son los mejores amos que existen, ¿no los has visto?, porque los estoy cazando.
- No los caces- dice el zorro muy asustado- ellos son mis amigos.
- ¿Por qué, tienes miedo de que no te defiendan más, o porque te han criado y no los vas a volver a ver?
- ¡Ah!, nunca - dice el zorro- sí, tengo miedo de perderlos, ellos me criaron, han sido muy buenos y generosos conmigo, tú eres un lobo muy malo y envidioso.
En ese momento aparecieron los niños, quienes habían escuchado la conversación entre los dos animales, y asustaron al lobo disfrazándose de león para que se fuera; entonces, los niños le dijeron al zorro:
- Tranquilo, él nunca nos hará daño, y si volviera, lo castigaremos y encerraremos, su dueño no lo verá más.
El zorro conmovido le dijo:
- Está bien, pero ¿dónde estaban y cómo supieron de qué manera asustarlo?
- En el sur del bosque buscando frutas, que por cierto, sólo encontramos unas pocas de las que nos gustan, se nos ocurrió traerte y fue entonces cuando te vimos con el lobo.
Al otro día, el lobo, quien no se iba a quedar con semejante engaño, regresó cuando todos estaban dormidos. Rompió las cuerdas que sujetaban la puerta donde dormía el zorro, lo mordió, aruñó y se lo llevó, amenazándolo con que la próxima vez, se comería a los niños que tanto quería.
Al amanecer, los niños fueron a buscarlo como todos los días para jugar con él, pero no lo encontraron, uno de los niños se dio cuenta que el amarre de la puerta donde dormía el zorro estaba destrozado, fue ahí donde se percataron de que el lobo había regresado. Buscaron durante horas y horas hasta que lo encontraron herido, el zorro les confirmó sus sospechas y les dijo:
- Fue el lobo, me cazó, en la noche.
- ¿Y dónde está?
- Atrás de ustedes.
El lobo estaba con una manada y empezaron a morder a los niños, éstos trataron de defender al zorro, pero eran demasiados lobos. Se iban a comer al zorro, pero él se escapó montándose en un árbol para que no le hicieran más daño y huyó. Mientras al zorro lo perseguían los lobos, los niños también huían de dos más, hasta que llegó un momento en que los lobos se cansaron, se fueron comprendiendo que su lucha era sólo un capricho de su amigo lobo, quien no tenía dueño, a nadie que lo cuidara y quisiera. Se fueron cada uno a donde su dueño. Lamentablemente algunos estaban muertos por una pelea que no tenía razón.
Los niños pasaron días sin saber nada de su apreciado amigo, pensaron que no lo volverían a ver, que el lobo finalmente había triunfado en su lucha por separarlos, pero llego un día, en que escucharon que alguien estaba en el lugar donde dormía el zorro amigo, corrieron alegres, abrieron la puerta, y una sorpresa se encontraron: ¡El lobo dormía en aquel lugar! Asustados llamaron a sus papás quienes iban dispuestos a matarlo. Fue entonces, cuando llegó el zorro y gritó:
- ¡No lo maten, él es mi amigo ahora!
Ellos no entendían, pero él les contó que el lobo sólo quería una familia y amigos con quienes jugar, y les preguntó:
- ¿Podemos dejar que se quede?, él ha cambiado, se los prometo.
De repente, el lobo quien escuchaba todo, se despertó, les pidió disculpas al zorro y a los niños, y les dijo que no había nada más que él quisiera tener, que amigos y un hogar. Los niños y sus papás lo aceptaron. Un día salieron a jugar con sus dos amigos, el zorro y el lobo, consiguieron una casa grande lejos de ese sitio, en las montañas, que les causó terror, pero ellos ya no tendrían miedo por que sabían que sus dos amigos los protegerían y vivieron felices comprendiendo que la amistad y la unión es lo que perdurará por siempre.

Por: Arturo Castillo Pardi
Cuarto Grado.

Hace tiempo existía una tierra lejana llamada Sargar. La mitad de la tierra estaba tomada por el imperio de la maldad y la otra parte por el Rey Skat, que era bueno pero no muy amable.
El Rey de la Maldad pensaba atacar a media noche al Rey Skat y a su imperio. Sin embargo, ya el Rey estaba advertido porque Canopo, el mago, les avisó en la mañana, y el imperio de Skat estaba ya listo con duendes, enanos y faunos. Después tomaron posición de batalla.
Eran como las once p.m., y Skat le dijo a sus tropas:
- Si morimos en esta batalla lo haremos con honor a Sargar.
Luego empezó la gran batalla por el poder. Las tropas del mal eran tan poderosas, que el Rey Skat se quería rendir pero luchó hasta el final y lograron vencer al mal. Todas las tropas del mal se eliminaron pero quedó Drako, el Hechicero Malvado. Con la magia negra que poseía desapareció y finalizada la guerra retornó con macabros planes.
El Rey Skat dijo:
- Triunfamos, pero no se alegren, porque Drako puede estar planificando otras cosas.
En efecto, Drako estaba buscando las estrategias para robar los Anillos de la Misericordia.
Y Drako dijo:
- Si robo los Anillos de la Misericordia tendré un poder infinito.
Skat envió dos exploradores: uno al castillo del mal llamada Aludra y otro con el nombre el Alf a rastrear a Sargar.
Aludra se fue al castillo del mal y un guardia cuando la vio, tocó la trompeta del unicornio infernal. Aludra intentó escapar, pero del cielo salió una llamarada de fuego en forma de serpiente que en realidad era el mismísimo diablo. Él agarró y se la llevó a la cueva de la serpiente del bosque hechizado
En otra parte del reino, el explorador Alf divisó un agujero grande en forma de túnel, al cual entró y vio solamente agua. Más adelante, detrás de la otra orilla, había un castillo de oro que lo estaba cuidando un fénix de fuego. El explorador dudó, porque no sabía si era bueno o malo Salió sin hacer ruido del agujero para no llamar la atención y se fue corriendo al castillo de Skat, recorrió el largo trayecto que lo separaba del Rey y le contó todo lo que había visto. El rey como ignoraba a que se enfrentaba, le ordenó a 12 faunos y 3 duendes que lo acompañaran a ver que sucedía. El explorador Alf fue con ellos.
El rey encontró en el camino al hechicero Canopo y le pidió que lo acompañara. Canopo lo siguió. Luego de caminar varias horas, se encontraron con un lago y surgió el problema de cómo cruzarlo. El Rey le preguntó a Canopo:
- ¿Qué puedes hacer para que podamos continuar la marcha?".
Canopo congeló el lago para que pudieran atravesarlo, primero pasaron los faunos, después los duendes, luego el mago con el explorador y por último el Rey Skat.
Al llegar a la orilla del lago, se les apareció el Fénix y les dijo:
- Tengan cuidado con el ogro, está protegiendo los 2 Anillos del Poder Absoluto. El Anillo del Poder Absoluto no puede ser tocado por ningún habitante de Sargar.
El Rey Skat le respondió:
- No temas, mientras el ogro impida que el hechicero Drako lo robe, todo estará bien, sólo queremos llegar al agujero en forma de túnel.
El ave fénix los guió por el agujero y les comentó:
- Yo soy el guardián de todo lo que Ustedes vean. No podrán tocar nada pues es sagrado lo que está aquí.
Todos miraron extasiados. El Rey preguntó:
- ¿Dónde estamos? ¿De quién es esto?".

El ave respondió:
- Haces muchas preguntas al mismo tiempo. Todo pertenece al Hada del Tiempo, nada sin su permiso podrá ser tocado. Tú ­señalando al explorador-, creíste que no te había visto, pero te vi y luego te seguí. Haber llegado hasta aquí significa que tu alma es noble. Sólo los puros de corazón pueden encontrar este sitio, pero ten cuidado de hablar sobre el Valle Encantado del Hada del Tiempo. Ya ustedes vieron el Valle, ahora los dormiré y cuando despierten, nada recordarán.
A la mañana siguiente, el Rey Skat y sus acompañantes despertaron en el Reino de Sargar, con mucha pesadez, sin recordar nada de lo acontecido.
Mientras tanto, la exploradora Aludra continuaba cautiva en la cueva del bosque hechizado, luchando por salir de allí. Todos en el Reino de Sargar desconocían su suerte Por otra parte, el hechicero Drako continuaba en su castillo del mal planeando nuevos ataques al Reino de Sargar, había perdido una guerra, pero no la batalla En el Reino de Sargar, la vida lentamente volvía a ser normal.

Por: Michelle Fernández
Cuarto Grado.

Una vez en un bosque encantado, cinco animales se conocieron y se hicieron amigos. El más travieso les dijo a los demás:
- ¡Vamos a presentarnos!
Él se presentó primero y les dijo:
- Yo me llamo Tigre, ¿y tú pequeño burrito, cómo te llamás?
- Yo me llamo Igor - contestó el burrito, hablando muy desanimado, razón por la cual, los otros animales no le prestaron atención.
Así como si nada les dijo el tercero:
- Yo soy conejo, el más apuesto, el más elegante y por si fuera poco, el más inteligente.
Faltaban dos por presentarse, quienes estaban esperando que le llegase su turno. Ya habían escuchado los valores que tenían sus otros tres amigos, valores como sinceridad, humildad, compañerismo, lealtad y lo más importante la amistad. Así llegó el turno al ave plumífera del grupo, dijo que se llamaba Achi, que era rápida y podía ver todo desde arriba, para así ayudar a sus amigos. Por último habló un osito muy especial llamado Winnie:
- Solamente soy su verdadero amigo, cosa que sólo quiero ser en la vida, porque creo que es lo más resaltante, y por eso los acepto a todos como son, sin importarme que tipo de animales son y el nombre que tengan. Gracias amigos.
Así, los cincos amigos se conocieron y disfrutaban por el bosque todos los días; se contaban cuentos, jugaban, bailaban y disfrutaban de su vida en el bosque. Tigre se la pasaba saltando, saltando y saltando; Igor, que era el más lento del grupo, a veces finalizaba cansado y terminaba durmiendo; Achi sólo volaba, volaba y contaba lo que estaba viendo; Conejo sembraba plantas y le enseñaba a sus amigos lo que cultivaba; Winnie, el gran amigo de todos, sólo observaba a sus amigos y se familiarizaba con cada uno, incluso, llegaba a compartir la miel que siempre tenía para poder alimentarse. Los amigos del bosque eran sorprendentes, eran realmente amigos.
Los amigos quisieron hacer algo más, enseñarle al resto de los animales como ser verdaderos amigos. Entonces, hicieron una película sobre ellos para demostrarles a los demás como serlo. En la película hacían resaltar los valores de la verdadera amistad y estaba dedicada a niños como yo, como tú, como nosotros, a fin de ver en ellos lo bonito de la amistad, y el gran significado que tiene la palabra amigo. Al final de la película dice Winnie:
- Yo quiero que todos sean como nosotros, donde estén, que sean siempre amigos, para que sean felices toda la vida.
Este cuento no lo escribí yo, el mismo me llegó de parte de Winnie para que lo hiciera llegar a mi salón de clases, porque yo soy amiga de Winnie y quiero que ustedes sean en verdad los auténticos amigos de mi vida.
¡Gracias amigos!

Por: Leonardo González.
Cuarto Grado.

Era una vez un señor muy pobre con mucha imaginación e ideas, hablando con sus amigos, les dijo un día:
- Tengo muchas herramientas para construir un carro, es una ambición que tengo desde hace mucho tiempo.
El tiempo pasó y las ideas concretó. Entonces, decidió conseguir los recursos con préstamos y ayuda de algunos amigos, los cuales a su vez, le sirvieron de ayudante, es decir, fueron sus primeros empleados.
Su primer carro fue un R ­ XZ 204, así lo llamó. No era muy bonito que digamos, pero él decidió hacer una carrera de carros y apostar. El otro competidor apostó 500.000.000 de bolívares .Michelle Carreño, que así se llamaba el señor de las grandes ideas, quedó impresionado por todo ese dinero, pensó y se preguntó: ¿valdrá la pena hacer eso?
Llegó el gran día para la competencia, 1, 2,3 ¡fuera! El R-XZ 204 ganó y el contrincante le llegó casi cerca. Michelle decidió darle un poco de dinero a un Orfanato y también a su propia familia; lo demás lo invirtió en un garaje para carros.
Continuó construyendo autos, como: el RQR40X789, 954Z, 50045817,350Z, etc. Michelle se convirtió en un gran famoso diseñador de autos pero, fue a otras compañías como la: BMW, Ferrari, Nissan, Mitsubishi, etc.
Solo uno de los vehículos tenía nitrógeno y poco a poco se lo inyectó a sus carros para que corrieran aún más rápido que antes y así consiguió el carro que durante años buscó crear. ¡Lo hizo!, era el Lamborgini Gallardo, el carro más rápido del mundo.
Corrió 13 mil revoluciones por minutos, 500 Km por hora. Hizo más de miles de carreras y todas ganadas. Michelle se sintió tan orgulloso que viajó a casi todos los países, especialmente donde estaba toda su familia de origen.
Michelle era tan bueno que repartió buena parte de su dinero a su familia y a instituciones benéficas. Este señor a pesar que al principio era tan pobre, decidió que debía compartir el dinero obtenido de sus éxitos al construir los carros de sus sueños. Ayudó a pobres y ancianos, y en especial a su familia, sin olvidar a los amigos que lo ayudaron y que ahora formaban un gran equipo de trabajo.
Este señor, se esforzó tanto para obtener lo que quería, que con ello alcanzó las metas que impulsaron sus sueños y deseos de superación, logrando éxito y sirviendo de ejemplo a los demás.
Se deben seguir los actos que dictan nuestra mente y corazón que llenan el ser de cada quién, para conseguir así satisfacción y felicidad, sin procurar dañar a nadie, y así lograr lo que se quiere, con el orgullo de ayudar y servir a quien le sea posible.

Por: Ramón Ramírez.
Cuarto Grado.

En cualquier vecindario de la ciudad de Caracas, siempre existen niños que sueñan con hacer grandes cosas.
Ricardo, tiene un sueño, ser un gran jugador de fútbol; juego que le empezó a gustar al verlo por televisión desde muy pequeño con su padre.
Siempre jugaba con sus amigos de la cuadra fútbol callejero. Ricky, era uno de los más rápidos y animados del grupo; nunca se cansaba y tenía serios problemas con su mamá a la hora de volver a su casa.
Ese entusiasmo le hacía pedir a sus padres que lo inscribiera en un grupo infantil; ellos le dijeron que lo complacerían, sí salía bien en los estudios, y lo retirarían del equipo si empezaba a sacar malas notas en el colegio, ya que tendría que cumplir las dos actividades tratando de lograr la excelencia en ambas.
Su alegría fue muy grande cuando sus padres lo llevaron el primer día de entrenamiento. Se sentía temeroso, pero con mucho entusiasmo por lograr cumplir su meta. Pronto aprendió que no era igual a jugar con sus amigos de la calle; tenía que cumplir un itinerario estricto, más el horario escolar y las tareas, lo cual hacía que le quedara poco tiempo para divertirse.
Ricardo se dio cuenta de que el sueño de ser un gran jugador de fútbol, requería de esfuerzo, tiempo, paciencia, responsabilidad, tenacidad, estudio, trabajo en equipo; en fin, nada parecido al juego sin reglas de la calle.
A veces, sentía que no podía más, el esfuerzo físico era intenso, el entrenador por momentos era inflexible, llevarse bien con sus compañeros no era fácil. A pesar de todo siguió adelante, gracias a su deseo y el apoyo familiar con quien siempre contó.
Creció con ambas ocupaciones en su vida.
El tiempo pasó, y a pesar de que en algunas oportunidades llegó a considerar que no lo lograría, se convirtió en un gran jugador de fútbol, ganando trofeos, premios nacionales e internacionales, para su orgullo y el de toda su familia.
Fue ejemplo a seguir para sus hijos y todos los que tenían el gusto de conocerlo.
Toda su vida le agradeció a Dios el haber tenido un sueño tan claro desde pequeño, que le dio la fuerza para tener éxito y ser feliz.

Por: Lorena Valentina Rincón D'Ambrosio
Cuarto Grado

Eran los años difíciles en que Carolina, una joven profesional se abría camino al éxito, después de tantos años de estudio y dedicación a su trabajo.
Había perdido a sus papás y a su hermano en un trágico accidente automovilístico y lo único que le quedaba era su perrita Colita que se salvó, gracias a Dios, junto a ella, aquel día tan lamentable. Trabajaba en la Televisión como periodista y reportera, participando con frecuencia en transmisiones muy populares. Tenía una gran preferencia hacia los niños en sus programas.
En su soledad, a veces pensaba en su infancia, en los días en que frecuentaba su escuela primaria y compartía su alegría y amistad con tantos compañeritos que hoy son profesionales y padres de familia. Cuando la invadía la tristeza, se detenía para pensar en Carmelina, su más apreciada y querida maestra que la acompañó en todo el curso de primaria. Recordaba lo divertido que eran los momentos en que, haciendo pausas en los dictados y en las lecciones, les enseñaba juegos y cantos muy divertidos. Rememoraba también su dulzura, comprensión y disponibilidad para resolver los problemas de cada quien, en cualquier momento.
De pronto, Carolina se preguntó:
- ¿Dónde estará mi querida maestra Carmelina?, ¿Se habrá casado, vivirá en esta ciudad?, ¿Podré reencontrarla?.
Animada por estos pensamientos, al día siguiente dió inicio a un plan para tratar de localizarla. Llamó a varios compañeros de sus años infantiles y a otras personas que habían conocido a Carmelina. Todo fue inútil. Nadie supo responder con precisión donde encontrarla. Carolina no se dio por vencida, pensó en el inmenso poder de Internet. Escribió un conmovedor llamado en el sitio Web de la "Asociación de Maestros y Jubilados" de su ciudad, suplicando a quien conociera a la maestra Carmelina Díaz, le informara de su dirección para contactarla y verla lo más pronto posible.
Llegaron las festividades Navideñas y Carolina pensó que su correo no llegaría a ser leído, por la lógica distracción de esos días, dedicados principalmente a la celebración de las fiestas. Rogó al Niño Jesús que hiciera realidad su sueño de encontrarse con su querida maestra. Cuando sonó el timbre del teléfono en la mañana del día 26 de diciembre, corrió a contestar, presintiendo que se trataba de algo bueno. No pudo salir de su asombro cuando en las primeras palabras reconoció la dulce voz de su querida maestra que en nada había cambiado a pesar de los años transcurridos. El corazón le latía fuertemente y la emoción le impidió decirle cuanto había esperado ese momento, cuanto la quería y como la recordaba siempre con tanta nostalgia. Su llanto lo dijo todo.
Después vino el tan deseado encuentro. Carmelina le comentó a Carolina que a partir de ese instante, además de sus dos hijos (el varón médico y la hembra diplomática), ahora tenía otra hija a la cual querer y proteger durante toda su vida.
Carolina recordando a su querida mamá, papá y hermano pensó que ellos, desde el cielo, la habían bendecido con el regalo de ese tan deseado reencuentro. Desde aquel día, regresó la sonrisa a su cara y la alegría de vivir en su corazón.

Este relato se refiere a un grupo de tres adolescentes que eran amigas entre sí, sus edades estaban alrededor de los 15 años. La primera de ellas, vivía con sus padres, los cuales tenían muy buena posición social, por esta razón, ella tenía con relación a lo material, todo cuanto deseaba, pero sus padres eran personas muy ocupadas. Como consecuencia, estudiaba en los colegios más caros de la ciudad, no obstante, le faltaba lo más importante: cariño, amor y tiempo de sus padres para compartir con ella. La segunda compañera era de clase media, no la complacían con todo lo que pedía, pero tenía amor y ello le estimulaba a esforzarse para obtener lo que quería. Sus padres se preocupaban por inculcarle valores para que fuera una mujer preparada. La tercera amiga, era muy pobre y los padres tenían que trabajar muy duro para poder traer la comida a la casa. Eran padres escasos de cultura.
Las tres amigas se reunían para ir al cine y comer helado.
La adolescente rica por no tener atención de sus padres no tenía valores tales como: amistad, compañerismo, respeto, perseverancia, lealtad y solidaridad. Esta joven quería manipular a sus amigas, pero ellas tenían muy claro los valores del respeto, confianza, honradez, justicia y responsabilidad.
La joven de escasos recursos económicos, tenía valores muy bonitos, como la honestidad, el respeto al prójimo, la franqueza, la cooperación, la prudencia y la paz espiritual. Estas adolescentes contribuyeron con su amiga (de altos recursos económicos) a enseñarles todas estas grandezas de Dios. Ella, que nunca había tenido oportunidad de aprender y practicarlas, aprovechó las enseñanzas de sus dos amigas y así pudo llegar ser una mejor persona en la vida, logrando todas sus metas, con esfuerzo, perseverancia, resistencia, libertad, amistad, fortaleza, respeto, pero sobretodo , desarrolló un principio muy importante; la fe en Dios.

Este relato es un mensaje para aquellos padres que no tienen tiempo de hablarle a sus hijos, sobre los valores que puedan ayudarlos a ser mejores personas cuando lleguen a ser adultos.

Por: Javier Torres.
Cuarto Grado.

En un pueblecito donde la tierra no era fértil, a pesar de todos los esfuerzos que habían hecho sus habitantes por cultivarla y sembrar toda clase de semillas, no existían casi árboles, esto los tenía muy preocupados y tristes ya que ellos pensaban que al pasar el tiempo no habría suficiente oxígeno para vivir.
En el lado norte del pueblecito vivía un niño muy especial que siempre estaba feliz y les decía a todos que desde el cielo nacerían muchos árboles. Este niño llamado Javier confiaba en un ser imaginario que siempre estaba sonriendo, sentía que siempre lo guiaba e iluminaba como una estrella que nunca se apagaba.
Un día después de salir de su escuela caminando por un pequeño sendero, cayó del cielo una extraña semilla, que golpeó de manera leve la cabeza de Javier llamando su atención, éste la recogió y sin pensarlo la llevó a su humilde casa donde había un gran jardín y la sembró en su lugar preferido de juegos.
Esa noche llovió inesperadamente y en la mañana siguiente ya existían unas pequeñas hojas. Javier lleno de fe y esperanza invitó a su familia a regar todos los días el pequeño árbol, y en pocos meses se convirtió en una planta inmensa que comenzó a tener muchas semillas que cuando caían daban origen a otro árbol.
Cuando Javier y su familia se percataron de aquel suceso tan fantástico, se lo dijeron al resto de los habitantes del pueblo, y todos tomaron semillas y empezaron a cultivar nuevos árboles.
Todo parecía un sueño, todos los jardines y caminos se convirtieron en lugares verdes y frescos, lo que hizo que las personas aprendieran que siempre hay que tener fe, trabajar en equipo para alcanzar los logros y ser más felices.
Aquella pequeña semilla se había convertido en una fábrica de árboles.

Érase una vez un señor inventor llamado Sr. Güillín, que construyó una máquina, un robot cuya utilidad era de asistente para arreglar cualquier cosa que hiciera falta, éste era de metal, de forma cuadrada, tenía ojos de cristal y alas entre la cadera y las axilas. Aunque el Sr. Güillín estaba orgulloso de su invento, pensaba que podía aprovechar aquel maravilloso robot en pro de la justicia y de la defensa contra los ciudadanos.
Entonces una noche en su laboratorio lo repotenció, colocó en la mano izquierda un imán, en la mano derecha una tenaza con un dispositivo que lanzaba fuego, un martillo y un destornillador. En la otra mano tenía una metralleta lanza- tornillos calientes y una pistola que arrojaba cemento. Cuando el chip se activaba con la alarma, se convertía en una máquina con las siguientes armas: pistolas, tres metralletas, un rayo láser, una tenaza, dieciocho misiles en el pecho y una antena que se activaba cuando había peligro. Cuando terminó orgulloso de su robot le dijo:
- Te llamarás CÁLICO ELECTRÓNICO.
Un día en la feria de la ciudad, llena de luces de colores y bajo la mirada asombrada de todos, se reflejó en el cielo una extraña luz que daba vueltas y se movía.
- ¡Por Dios!- dijo uno de los ciudadanos.
- ¿Qué es eso? ¡Oh, nos invaden los marcianos! ¡corraaaan!
Todos salieron despavoridos, era una nave espacial en forma ovalada que los observaba como buscando donde aterrizar hasta que consiguió un paraje solitario y descendió, se abrió la puerta de la nave y salieron unos seres verdes, sin pelo y barrigones, ojos azules y ovalados. Comenzaron a detectar si había energía eléctrica, de la cual ellos se alimentaban, ya que en su planeta se había agotado y estaba en vía de extinción.
El robot los detectó con su antena y dio la alarma. Inmediatamente el Sr. Güillín activó el chip, y dijo:
- Llegó la hora de Cálico Electrónico ¡A luchar contra los invasores!!! Prepárense para su exterminación en persona.
Los seres comenzaron a succionar la energía eléctrica, entonces llegó Cálico Electrónico y comenzó la batalla, todo estalló en llamas, los alienígenas pusieron un campo de energía y el robot no pudo romperlo, intentó e intentó hasta que lo rompió y destruyó los seres de otro planeta, volvió a su estado normal y reparó todo lo destruido y la energía de los seres la usó para repararse.
Todos los ciudadanos estaban agradecidos y el Alcalde estaba muy orgulloso del Sr. Güillín y de su maravilloso robot, por lo que en su honor decidieron nombrar al parque "Electroniccity"
Al robot lo pusieron a cargo de la policía, al Sr. Güillín lo nombraron jefe de la NASA, le dieron una medalla y lo nombraron protector de la ciudad.
Pero todo no terminó allí, en la ciudad había un hombre muy malo y envidioso, el Dr. Smith, quién siempre perjudicó al Sr. Güillín. Cuando supo del nombramiento, él también construyó un robot para que peleara con Cálico Electrónico y vencerlo, se llamaba CHALLENGER.
Una tarde Challenger retó a Cálico Electrónico a un duelo,
- ¡Qué venza el mejor! y el honor y la gloria serán suyos¡¡
El Sr. Güillín dijo:
- Esta bien, tú te lo has buscado Smith, ¡prepárate¡.
Accionó el chip y Cálico Electrónico se transformó. La lucha fue feroz, todos estaban en suspenso, Challenger había destruido parte de las extremidades de Cálico, pero éste sacó una arma muy potente en el último instante, apuntó su metralleta de rayos láser y Challenger explotó en mil pedazos.
Todos estaban felices por el triunfo, el Sr. Güillín reparó a Cálico y éste reparó a la ciudad de todos los daños, y una vez más ganó la más astuta y elocuente: La Inteligencia.

Por: Dorianny Castillo
Quinto Grado

Un día estaban buscando por todos los países jugadores de fútbol para comenzar el campeonato. Buscaron por Brasil, Colombia, Perú, etc...
Ya comenzaban los campeonatos y todos los equipos estaban completos, cuando jugaron Brasil y Portugal vieron a un turpial montado en la arquería pero no le hicieron caso.
Ya pasaban días e iban a otros países a jugar y veían al turpial montado otra vez en la arquería. Esa vez si se extrañaron porque era sucesivo y pensaban que era una cámara para espiar el juego y venderlo. Entonces, agarraron al pajarito y lo revisaron. No tenia nada.
Luego, persiguieron al turpial hasta su nido. Vieron que estaba practicando fútbol y que jugaba muy bien. Todos se quedaron sorprendidos, no solo porque sabía jugar fútbol, sino porque también podía hablar.
Decidieron meter en el equipo de Venezuela (es decir, en la vinotinto) a aquel turpial y, como vieron que jugaba mejor que una persona, resolvieron dejarlo definitivo en el equipo.
Ya era el Mundial de Fútbol y el turpial cada vez jugaba mejor. Era el más valioso jugador del equipo. Tan bueno era que se lo robó el equipo de Inglaterra, para poder ganar, pero no funcionó. El pajarito era tan astuto que se pudo escapar, y volvió con su equipo.
Al equipo venezolano le fue tan bien en el campeonato que llegó a la semifinal con Brasil. Ese día todos los jugadores cruzaron los dedos diciendo: "Nosotros podemos ganar, somos los mejores!!!".
Lo hicieron, vencieron a Brasil por tres goles más y todos celebraron demasiado.

Entonces, le quedaba jugar la final con Portugal. El turpial decidió esconderse y no jugar. Todos lo buscaron y no lo consiguieron. Llegó el momento del partido y tuvieron que jugar sin él. Los jugadores se esforzaron y ganaron. El turpial se emociono mucho.
Cuando le dieron el premio a los jugadores, el turpial apareció para hablar con ellos y les dijo:
- Vieron, sin mí pudieron ganar el último partido para ser campeones. Lo que necesitaban tener era fe en ustedes mismos. Muchas otras veces hubieran podido ganar sin mí.
Todos se alegraron de ver al turpial y le dieron un abrazo de agradecimiento.
Al final, el pajarito despidiéndose de ellos, les dijo:
- Ya cumplí mi misión - y se fue volando.
Moraleja: esto nos enseña a que siempre tenemos que tener fe en todo lo que hacemos para que así se nos cumplan las metas.

Era una señora que vivía en el campo, en una casa muy linda, que tenía un jardín con muchas flores y también un estanque con peces y algunos caracoles.
La señora se llamaba Karol. Un día estaba sentada en la entrada de su casa y vio a uno de sus caracoles pasar a la sala, estar un rato y luego salir muy contento.
Varias veces vio al mismo caracol entrar y salir, por ello decidió averiguar que era lo que hacía dentro de la casa, y se sorprendió mucho cuando lo vio hablando con un caracol de cristal que ella tenía desde hace mucho tiempo sobre su mesa.
Estaba tan asombrada que le preguntó al caracol de cristal como hacía para moverse y hablar. Él le dijo que cuando le alumbraba el sol podía hacerlo.
Como el caracol quería ser normal y no de cristal, le preguntó si sabía cuales eran las palabras mágicas para transformarse.
A lo que ella le respondió que le iba a dar una pista, la cual tenía que descubrir por sí mismo.
La pista era la siguiente: "es el nombre de alguien que siempre te ha querido, y si lo adivinas te convertirás en caracol de verdad".
Pasó el tiempoCuando él se sentió seguro de la respuesta le dijo:
- Señora, creo que mi sueño se hará realidad, porque descubrí que la palabra es Karol!!!.
Ella muy alegre le contestó:
- ¡Esa es la respuesta! ­ la cual repitió tres veces.
Entonces, cuando dijo "Karol, Karol, Karol" se convirtió en un caracol de verdad.
Dándole las gracias se fue rápido al estanque, siendo muy feliz con sus compañeros.
La señora cada día lo iba a visitar y todos fueron felices para siempre.

Por: José Antonio García Piñango
Quinto Grado.

Érase una vez una niña llamada Grechel, que vivía en Venezuela y quien a los 10 años de edad su padre le dijo:
- No te montes en ese muro porque te vas a caer.
La niña no hizo caso, se montó y cayó. El papá que estaba borracho la castigó de manera desmedida, metiéndole los dedos en la puerta del carro, por lo cual Grechel perdió sus dedos y al padre se lo llevaron preso. Un día, el padre le pidió permiso al fiscal del Ministerio Público para ver a su hija que estaba enferma, se lo concedieron, pero cuando llegó al hospital vio a la niña con los dedos amputados. El hombre no resistió la culpa, pidió permiso para ir al baño y allí se ahorcó.
Al pasar los años, la niña que ahora era mujer, creció con muchos resentimientos y odio hacia todas las personas por el acontecimiento del padre.
Transcurrido cierto tiempo, Grechel conoció a un muchacho llamado Jala, quien siendo Capitán del ejército de Holanda sufrió un accidente junto a su batallón, tripulando un avión que se dirigía a Libia supuestamente para disfrutar de unas merecidas vacaciones, pero que en realidad los enrumbaba a la guerra. Éste se desvió hacia Venezuela, donde se estrelló.
Tan pronto Jala conoció a Grechel, se enamoró de ella y viceversa. Fue amor a primera vista.
Tanto Grechel como Jala habían crecido con resentimientos. La primera por todo cuanto le tocó vivir junto a su padre y el segundo por haber sido enviado, desde Holanda a un país con un régimen dictatorial, sin libertades y porque consideraba injusto que lo hubieran engañado diciéndole que se iba de vacaciones. Pero la vida los unió y desde que se conocieron, Jala le enseñó a Grechel la importancia de que aún estuviera viva, así como a dedicarse a enseñar a los padres a corregir de manera correcta y apropiada a sus hijos sin llegar a extremos; a su vez, Grechel con su cariño hacia Jala le enseñó que existe un Dios en el cielo y que todo cuanto sucede en la vida tiene un objetivo, manifestándole que de no haber sido por el engaño del que fue víctima, no se hubiesen conocido.
Al final, los dos tuvieron un hijo llamado Trailer Homber que llegó a ser Capitán de la Marina de Venezuela y que creció sin resentimientos, sintiéndose muy querido por sus padres y viviendo en un país en el que todo el mundo defendía sus libertades.

Por: Jonathan Martínez
Quinto Grado

En un país muy lejano habitaba un rey que era muy rico y egoísta. Cuando sus súbditos le pedían algo siempre terminaban en un calabozo frío y tenebroso. Un día, un gran caballero llegó al pueblo y vio a los pobres sin casa ni comida. Entonces, el caballero se dirigió al castillo del rey muy enojado y le dijo:
- ¡Usted ha dejado que su gente sufra de hambre y frío! ¡Eso no es justo!
A lo que el rey el contestó:
- ¿Porque he de darles comida y hogar si ellos me desprecian?
El caballero replicó de nuevo:
- ¡Lo desprecian porque usted no los ayuda!
Si yo fuera usted tendría la voluntad de ayudarlos, porque vengo de un pueblo lejano donde las personas viven en familias unidas con amor y honestidad.
El caballero después de hablar con el rey se fue a su pueblo. Por otro lado, el rey antes de dormir pensó: "¿Por qué no ayudo a mi pueblo para que no me desprecien más?".
A la mañana siguiente, el rey se levantó muy contento y dirigió unas palabras a sus súbditos:
- Amado pueblo, como quiero que todos sean muy felices he pensado que trabajando todos unidos y con mi ayuda saldremos adelante. Para comenzar construiremos casas y así tendremos un lugar donde vivir.
Por unos momentos, todos se quedaron callados y pensativos, hasta que de pronto alguien dijo:
- ¿Qué lo hizo cambiar?
El rey respondió:
- Me hizo cambiar un gran caballero que me enseñó el poder de la honestidad y el amor.
Todo el país se quedó admirado por el gran cambio del rey y le decían a su paso: "¡Viva el rey!, ¡Viva el rey!".
Al día siguiente, el país entero junto con el rey comenzaron a cultivar la tierra, después de un tiempo crecieron hermosos cultivos. Los habitantes del país estaban tan felices que celebraron el gran cambio del rey.
Un tiempo después, vino una reina al castillo. Era tan hermosa que el rey al verla se enamoró de ella, y le dedicó un poema tan lindo que la reina se sintió muy halagada.
- ¡Mi querido rey!, dijo ella - Eres apuesto, poético y organizado con tu país. Pero se me hace tarde y debo regresar a mi reino.
El rey se puso un poco triste y le pidió a la reina que pasara una noche en su palacio. La reina contestó:
- ¿Para usted no es una molestia?
El rey dijo:
- Al contrario es un placer tenerla de huésped en mi castillo.
El rey llamó al cocinero, y le dijo:
- Mi estimado cocinero, quiero que prepares los majares más deliciosos para mi invitada. Esta noche le pediré su mano, le diré que sea mi reina.
Llegado el momento de la cena, el rey colocó en la mano de la reina un anillo tan hermoso que ella no pudo decir que no. A la mañana siguiente, el rey ordenó realizar los preparativos de la boda.
Se casaron y fueron felices para siempre.

Por: Walter Morales.
Quinto Grado.

Existe una leyenda sobre Behemoth "dueño del desierto" que Dios lo creo para proteger a los inocentes. Se dice que cuando se pierde una persona, él va y lo regresa a su casa. Pero se le olvida que alguna estuvo pérdida, que salió, o que alguna vez vio a Behemoth.
Una vez, el sultán de Arabia fue a buscar a los petroleros extranjeros para que le dieran petróleo porque el pueblo de Arabia no tenía. Pero, en el camino había una tormenta de arena. Cuando los ciudadanos de Arabia se dieron cuenta ya era muy tarde, el sultán se había perdido.
Ellos le informaron por fax a los petroleros lo sucedido. Éstos le dijeron que los iban a ayudar, y entre todos salieron a buscar al sultán. Pasaron muchas horas en la búsqueda, hasta que todos se perdieron. Entonces, se encontraron todos en un castillo subterráneo inmenso que era mil veces más grande que Arabia. Ellos fueron al salón principal y encontraron la estatua de un escorpión gigante, que después se transformó la estatua en un caballero.
Todo se puso blanco y el caballero cobró vida. Ellos salieron corriendo, pero vieron al caballero de frente. El sultán le dijo que si quería le hiciera daño a él, pero que por favor no dañara a su pueblo ni a los petroleros, también que él no quería dañarlos sino que lo acompañaran. Todos respondieron que si lo iban a seguir y el caballero le comentó que se llamaba Behemoth y que fue creado por Dios hace 100.000.000.000.000.000.000 años.
Les explicó que tuvo una batalla con el Leviatán y que por eso Dios lo envió a ser el dueño del desierto. Esta situación era frustrante porque tenía que cuidar a todos y no podía tener amigos, porque cuando el Behemoth conoce y rescata a la gente, éstas se olvidan de él. Los ciudadanos de Arabia le dijeron que era un honor saber de su existencia y que le iban a construir una estatua para que todos supieran que él es el dueño del desierto. Los petroleros le expresaron lo mismo, pero que iban a hablarles de él a los habitantes de su ciudad.
Los árabes se fueron y cuando llegaron a su ciudad la estatua ya estaba construida. Ésta tenía diamantes y una inscripción que decía "Deben Olvidar".
Los petroleros también tenían una estatua, pero era de petróleo. Tanto los petroleros como los árabes cada vez que se enfermaban, sabían que encontrarían cura a su enfermedad si tocaban la cola del escorpión. Por ello, los petroleros y los árabes recibieron un premio porque sus habitantes nunca murieron por enfermedades.
Yo soy el único que lo ha recordado, por eso se los relato para que también lo cuenten.

Por: Joseline Picado.
Quinto Grado.

Esta es la historia de una familia pobre pero muy feliz.
Un día, la hija les dijo a sus padres:
- Papi, mami, una niña en la escuela me dijo que no soy una princesa, porque soy pobre.
El papá le dice a la niña:
- No hija, ser princesa no significa tener mucho dinero sino tener fe y esperanza ante las dificultades de la vida.
Pasaron los años La niña llamada Daniela, ya más grande, le dijo al papá:
- La princesa aquí en este mundo, soy yo, así sea pobre. Ante todos los problemas seré fuerte y nunca me rendiré.
Transcurrió el tiempo La niña de nueve años, se encontró a un perrito callejero y se fue a pasear con él. Entonces, ella sintió de pronto presión y dolor en el tobillo, desmayándose. El dolor era nada más y nada menos por la picada de una serpiente cascabel que el perro ahuyentó con los ladridos para ayudar a la niña.
El pobre perrito no sabía que hacer. En ese momento, llegó un hombre vestido de blanco, cargó a la niña y le dijo:
- Mira Daniela se fuerte, tú eres una princesita muy buena.
El misterioso hombre llevó a la niña a su casa, el papá la vio tan mal que la llevaron de urgencia al hospital. El hombre de blanco le dijo a la niña que iba a estar mal por unos días y le mencionó que tuviera fe para que se curara más rápido. Luego, la niña se curó y vivió feliz para siempre siendo pobre y creciendo como una princesita estupenda y grandiosa.
MORALEJA: Que todo en la vida no es el dinero sino la fe y esperanza que tengamos ante las dificultades en la vida.

Por: Aryadnne González
Sexto Grado

Juan, Luisa y Verónica eran tres compañeros que estudiaron juntos desde chiquitos. Los tres siempre iban juntos a fiestas, celebraciones, etc.
Como todos los años, los tres se iban a los campamentos de verano. Pero un año ocurrió algo catastrófico; los tres compañeros iban pasando por la calle, cuando de repente, venía un carro que se veía muy apurado. Todo pasó muy rápido.
Como Luisa era la primera que estaba cruzando la calle no pudieron hacer nada y el carro la atropelló. Fueron rápido a llevarla al hospital. Después de muchas horas de espera, el doctor salió y les dijo que Luisa había tenido una fractura muy grave y tenia que estar de reposo durante dos meses. En ese instante, Verónica se acordó de que el campamento de verano era en un mes.
Juan y Verónica se pusieron a pensar en qué iban a hacer para que Luisa fuera al campamento. Ambos decidieron no ir al campamento y quedarse con Luisa. Ella se puso muy feliz al saber que sus compañeros se quedarían con ella para hacerle compañía y ayudarla.
Moraleja del cuento: los verdaderos amigos nunca te abandonan.

Por: Por: Ricardo Da Costa Miranda.
Sexto Grado

Habían dos amigos que eran muy unidos. Uno se llamaba Jorginho y el otro Paúl.
Paúl y Jorginho, habían estudiado juntos diseño automotor. Eran grandes conocedores de autos. Hasta que los tunings marcaron el destino de Jorginho.
El 5 de septiembre alrededor de las 11: 14 p.m., Jorginho, con su Toyota Supra, chocó a 180 Kms. por hora contra una pared de cemento macizo... No sobrevivió.
Paúl, triste por la muerte de Jorge - como le decían sus amigos - dejó las carreras por algún tiempo.
Cuatro meses más tarde, Paúl volvió a las carreras ilegales con un nuevo tuning, un Mazda RX-8. Mientras Paúl ganaba una y otra vez carreras, y cada vez más el interés de los policías en él, sus amigos le escondían un secreto impactante.
Un año después de la muerte de Jorgi todos sus amigos le dijeron algo que nunca olvidaría. Razor, uno de los amigos de Jorgi, muy bueno por cierto, le cortó al Supra de Jorgi el cable de dirección. Paúl impactado y a la vez muy molesto decidió vengarse, pero no matándolo... sino en las calles.
Paúl siguió a Razor en todas las carreras en las que él participaba, pero Razor muy astutamente se retiraba de las mismas al saber que Paúl también participaba.
Fue una persecución de meses, hasta que Paúl tomó una difícil decisión, retarlo a una carrera de Drag, la carrera preferida de Razor. El mismo Razor, muy confiado, decidió participar. Paúl le tenía una pequeña sorpresa a su contrincante.
Quince de Febrero, día de la carrera...
Razor espera en su Porsche carrera 911, de repente se comenzó a oír el motor de un carro, no era normal. Entonces, todos se empezaron a preguntar: ¿qué podrá ser eso?.
Razor comenzó a preocuparse, por su cabeza pasaban muchas cosas, como la que luego descubriría.
Cinco minutos después, llego Paúl con su nuevo Aston Martín DB9. Razor arrancó huyendo del lugar, pero Paúl lo siguió de lejos hasta el cruce de la 5ta avenida con el puente que conecta a San Francisco. Paúl se le interpuso. De repente, se escuchó la sirena de la policía, los dos tuvieron que huir.
Pasó un año para que Paúl volviera a ubicar a Razor.
Ese día, fecha del segundo año de la muerte de Jorgi, Razor decidió enfrentar a Paúl. Estaban haciendo un tipo de homenaje al difunto Jorgi en un almacén, abandonado en California, cerca de una de las 7 tiendas tuning de Paúl, Razor se paró con su SLR McClaren-Mercedez frente al lugar. Los amigos de Paúl llamaron al mismo, Razor pactó una serie de dos carreras contra Paúl.
Paúl decidió ir con todo y usó su arma secreta......Un Ford GT 2005 intacto, pero por fuera, ya que el motor estaba construido por el mismo Paúl.
Línea de partidaLas apuestas eran grandes, el que perdiera tenía que dejar las carreras para siempre, además dar los autos y el respeto.
Primera carrera, un sprintGanó Paúl por medio segundo.
La segunda carrera era un dragNadie lo podía creer, Paúl ganó.
Dejó que Razor se quedara con su carro, estaba conforme, había vengado a su mejor amigo.
Paúl dejó las carreras. Se dedicó a su familia y al negocio tuning.

Por: María Alejandra Gómez Ocanto.
Sexto Grado

Se acercaba el invierno y las hormigas trabajaban mucho para conseguir comida y agua para esa época.
Andrea era una hormiguita muy trabajadora y un día que iba caminando por el campo se encontró a una hormiga floja acostada sobre la paja. Andrea le preguntó:
- ¿Cómo te llamas Hormiguita floja?
- Joel -, respondió la hormiga.
- ¿Y por qué no estás trabajando como las otras hormigas? ­ le dijo Andrea.
- Porque la vida se gana flojeando ­ le respondió.
- Eso no es verdad, la vida se gana trabajando y si sigues así no tendrás comida este invierno- le dijo Andrea.
- Ay hermosura, no te preocupes por mí, que para eso tengo empleados que hacen todo lo que yo quiero ­ le contestó Joel.
- ¿Y tus empleados de dónde sacan la comida para alimentarse? ­ preguntó Andrea.
- No sé ­ respondió Joel.
- Deberías saber ­ contestó Andrea ­ ya que es tu culpa que ellos no tengan alimento en el invierno ya que trabajan por ti. Ellos se quedan sin comer mientras tú disfrutas de su trabajo.
- ¡Cómo se quejan!. Para eso les doy una semilla como pago a cada uno, para que se alimenten y no me fastidien - dijo Joel.
- ¡Mira, con una semilla no les alcanza para todo el invierno!- respondió Andrea.
- Bueno, ¿y qué voy a hacer yo?. Si les doy más semillas a las trabajadoras no me alcanzará para comer mis 30 semillas diarias, y eso sería malo para mi salud ­ le contestó Joel.
- Al contrario ­ le indicó Andrea ­ sería muy bueno para tu salud y para tu aspecto físico también. Máximo deberías comerte 6 semillas diarias, ya que de lo contrario, estarás comiendo demasiado y podrías estallar. Lo que te quede de semillas dáselo a tus empleadas, quienes seguro te lo agradecerán. Y si trabajas con ellas te lo agradecerán aún más.
- Bueno...; si, tal vez lo haré. De ahora en adelante les daré más alimento. Pero trabajar no lo haré. Eso es muy agotador...
Entre carraspeos de Andrea, Joel se ve forzado a pensar un rato, y luego responde:
- Vale, si voy a trabajar. Gracias por hacerme comprender. Pero... no me has dicho tu nombre.
- Es Andrea, y de nada, siempre estoy para ayudar.
- Gracias por todo Andrea ­ respondió Joel ­ hasta pronto, y que te vaya bien. Voy a trabajar.
- Qué lindo es ayudar a los demás ­ pensaba Andrea cuando iba camino a su casa. Cuando de prontooye una voz que le dice:
- Muy bien Andrea, ¿quién es el afortunado que obtuvo la ayuda de una hormiga como tú?.
- Se llama Joel. ¿Y tú, quién eres?. ¿Cómo sabes mi nombre?. ­ preguntó Andrea.
- Soy un amigo y se todo sobre ti. Eres una hormiga buena y gentil. ­ le contestó la voz.
- Gracias, pero... ¿cómo se llama usted, mi gran amigo?. ­ insistió Andrea.
- Dios, y estoy muy orgulloso de ti. Eres una gran hormiga y te gusta ayudar a los demás. Ojalá seas así siempre. Eres una completa maravilla y desearía que las otras hormigas sean como tú.
- Gracias Dios, por todo lo bonito que me dices ­ contestó Andrea ­ Me gusta ayudar a los demás y no es por lo que me den a cambio, eso es muy feo, a mi me gusta ayudar porque se siente lindo ver la cara de felicidad de las demás hormigas y saber que uno ayudó a ver esa cara tan bonita y sonriente.
- Tienes razón Andrea ­ continuó diciendo Dios ­ sería bueno que todos tuvieran el corazón como tú y que ayudaran a los demás, no sólo para recibir algo de ellos sino para ver esa cara de felicidad y decirse: ¡Caramba!, no puedo creer que yo ayudé a que esa persona se vea así. Que feliz me siento...Eres tan buena hormiga Andrea, que he tenido que venir a felicitarte. No permitiría que otra persona lo hiciera por mí. Eres una de las mejores hormigas que he tenido el placer de conocer.
- Gracias Dios ­ dijo Andrea ­ eres el mejor amigo que he tenido. Bueno, me tengo que ir, ya se está haciendo tarde y no quiero llegar a mi casa al anochecer. Nos vemos amigo Dios. Hasta pronto.
- Chao Andrea, que te vaya bien. Y cuídate mucho.