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Trabajo bajo presión II
Se ha popularizado recientemente la palabra y el
fenómeno del acoso moral. El acoso moral y la violencia
psicológica en el trabajo no son nuevos en las relaciones laborales,
lo que ha cambiado es la percepción del problema lo que ha motivado
su detección y interés, lo que justifica y re q u i e re incorporar
el acoso y la violencia psicológica a los llamados riesgos
psicosociales para establecer medidas preventivas y corre c t o r a
s .
Los conflictos cotidianos no deben confundirse con el
acoso moral, aunque un conflicto no resuelto latente, del que no se
habla, puede desembocar a medio plazo en acoso moral. La diferencia
principal entre conflicto y acoso moral es que, en un conflicto las
partes normalmente presentan un equilibrio de fuerzas, ya sea en el
estatus social, profesional, psicológico, etc., mientras que en el
acoso moral la víctima está en una situación de inferioridad
manifiesta –subordinación - . La violencia psicológica en el trabajo
es una forma de intimidación y hostigamiento; en definitiva, de
agresión hacia una o más personas o grupos de la empresa .
Con el acoso moral se describen situaciones, en las
que sé victimiza y “machaca” de una manera injusta, hostil y dañina
a empleados (mayoritariamente solo uno) por parte de sus s u p e r i
o res, sus compañeros y/o sus subordinados en una empresa u otra
organización durante un largo periodo de tiempo.
El objetivo principal del acoso moral es hacerle el
vacío al trabajador/a, es decir provocar su humillación y definitivo
alejamiento del lugar de trabajo.
En el fondo lo que subyace es el miedo a perder
determinados privilegios por lo que la ambición desenfrenada empuja
a eliminar drásticamente cualquier posible obstáculo que se ponga en
el camino.
¿Qué es el acoso moral?
El acoso moral es toda aquella situación de
hostigamiento, discriminación, prejuicio, abuso, persecución,
conflicto y violencia que de forma sistemática (al menos una vez por
semana), durante un periodo prolongado , de manera solapada y
generalmente sin testigos ejerce el hostigador con objeto de
destruir psíquica y moralmente a la víctima.
Es un comportamiento negativo entre compañeros o entre
superiores e inferiores jerárquicos, a causa de la cual el
afectado/a es objeto de acoso y ataques sistemáticos y durante mucho
tiempo, de modo directo o indirecto, por parte de una o más
personas, con el objetivo y/o el efecto de hacerle el vacío.
La dinámica del terrorismo psicológico puede tener
varios personajes, además del que ejercita el acoso moral. Los
co-agresores, es un grupo de personas donde el que ejerce el acoso
moral logra reunir a su alrededor convenciéndoles de la peligrosidad
de la víctima y de la necesidad de neutralizarlo o incluso obligarle
a marcharse. Los espectadores, son aquellos que no participan en el
juego, no intervienen porque temen transformarse a su vez en
víctimas.
Esta situación se puede dar en ambientes en los que,
la cultura de control y de prevaricación, donde apropiarse del poder
parece ser una cuestión casi de vida o muerte. Por tanto no todos
los escenarios son igualmente propicios para el cultivo de estas
prácticas, ya que en ambientes donde no haya miedo a la denuncia es
más difícil que se establezcan estos tipos de dinámica, y por tanto
abre pautas para la pre v e n c i ó n .
¿Por qué surge el acoso moral?
Los aspectos bajo los que se favorece la aparición del
acoso moral se encuentran en la organización del trabajo, la gestión
de los conflictos en la empresa y las características personales del
agresor.
Organización del trabajo: Las conductas de acoso moral
se ven favorecidas en organizaciones con un método de trabajo con
una organización extremadamente pobre, con ausencia de interés y
apoyo por parte de los superiores, con ausencia de relación con
éstos, con ausencia de posibilidades de colaboración o mejora
relativas a cuestiones personales, con la existencia de múltiples
jerarquías, con cargas excesivas de trabajo debido a escasez de la
plantilla o mala distribución de la misma, con una deficiente
organización diaria del trabajo, con la existencia de líderes
espontáneos no oficiales, con un trabajo con bajo contenido,
monótono y con escasa autonomía, con conflictos de rol, con flujos
pobres de información, con ausencia de conversaciones sobre tareas y
objetivos, con objetivos de trabajo no establecidos o poco claros,
con actitudes contrarias a la innovación, con estilos de dirección
autoritaria, etc.
Gestión del conflicto: Hay dos posiciones que pueden
adoptar los superiores que ayudan a incrementar la escala del
conflicto: de un lado, la negación del mismo y, del otro, la
implicación y participación activa en el conflicto con el fin de
contribuir a la estigmatización de la persona acosada. Si la
negación del conflicto impide tomar medidas correctoras,
contribuyendo a que siga su curso habitual de escalada, la entrada
de la jerarquía en la dinámica del acoso moral, alienándose con los
acosadores, introduce un incremento cualitativo de gravedad en el
problema puesto que, de un lado, la víctima ve descartada
Actividades de acoso para reducir las posibilidades de
la víctima de comunicarse abiertamente con otros, incluido el propio
acosador.
-
El acosador no permite que la víctima tenga
posibilidades de comunicarse
-
Se le interrumpe continuamente cuando habla 3.
Se le impide expresarse
-
Es objeto de avasallamiento, gritos, o
insultos en voz alta
-
Se producen ataques verbales criticando
trabajos realizados
-
Se producen críticas hacia su vida privada
-
Se aterroriza a la víctima con llamadas
telefónicas
-
Se le amenaza verbalmente
-
Se le amenaza por escrito
-
Se rechaza el contacto con la víctima
(evitando el contacto visual, mediante gestos de re c h a z o
explícito, desdén o menosprecio)
-
Se ignora su presencia; por ejemplo,
dirigiéndose exclusivamente a terceros
-
Actividades de acoso para evitar que la
víctima tenga la posibilidad de mantener contactos sociales.
-
No se habla nunca con la víctima
-
No se le deja dirigirse a uno
-
Se le asigna un puesto de trabajo que la aísla
de sus compañeros
-
Se prohíbe a sus compañeros hablar con ella
-
Se niega la presencia física de la víctima
-
Actividades de acoso dirigidas a desacreditar a la
víctima o impedirle mantener su reputación personal o laboral.
-
Se maldice a la víctima, se “echa pestes” de ella o
se calumnia
-
Se hacen circular cotilleos y rumores sobre la
víctima orquestados por el acosador o el “gang” de acoso
-
Se hace mofa o burla de la víctima, o se la
ridiculiza
-
Se atribuye a la víctima una enfermedad mental
o problemas psicológicos
-
Se intenta forzarla o someterse a un examen o
diagnóstico psiquiátrico
-
Sé fábula o inventa una supuesta enfermedad de
la víctima
¿ En que consiste el acoso
una de las posibilidades de solución y, de otro, el
abanico de conductas de acoso puede verse incrementado.
Reconocer a un acosador. Como actúa
Si bien ciertos contextos pueden ser
desestabilizadores para cualquier persona, no todo el mundo puede
convertirse en acosador. El objetivo del acoso moral es controlar y
dominar al otro invadiendo su territorio psíquico. No se trata de
reacciones que implican una descarga de agresividad a causa de malas
condiciones de trabajo, sino de una firme voluntad. Ciertos perfiles
psicológicos tienen más riesgo ( trastornos paranoicos, obsesivos,
personalidad narcisista..)
Así se describe al acosador como un psicópata,
mediocre profesional que no experimenta sentimientos de culpa y
funciona por envidias y complejos, en ocasiones actúa amparado por
una mala organización de la empresa o por los valores y cultura de
empresa. En cambio el hostigado aparece como una persona brillante,
trabajadora, honrada y solidaria.
El acosador persigue destruir psicológicamente a
su victima para que ésta termine renunciando a su trabajo.
-
Se imitan sus gestos, su postura, su voz, su
comportamiento o su talante, con vistas a poder ridiculizarlos. Se
le ponen motes, llamándola por ellos
-
Se atacan sus creencias políticas o religiosas
-
Se hace burla de su vida privada
-
Se hace burla de sus orígenes o de su
nacionalidad
-
Se le obliga a realizar un trabajo o unas
tareas humillantes
-
Se monitoriza, anota, registra y confina
inequitativamente el trabajo de la víctima en términos
malintencionados.
-
Se cuestionan o contestan las decisiones
tomadas por la víctima
-
Se le injuria en términos obscenos o
degradantes
-
Se acosa sexualmente a la víctima con gestos o
proposiciones
Actividades de acoso dirigidas a reducir la ocupación
de la víctima mediante el desacredito profesional.
-
No se asigna a la víctima trabajo alguno
-
Se le priva de cualquier ocupación y se vela
por que no pueda encontrar tarea alguna por sí misma
-
Se le asignan tareas totalmente inútiles y/o
absurdas
-
Se le asignan tareas muy inferiores a su
capacidad o sus competencias profesionales
-
Se le asignan sin cesar tareas nuevas
-
Se le obliga a ejecutar trabajos humillantes
-
Se le asignan tareas que exigen una
experiencia superior a las competencias que posee, con la
intención de desacreditarla.
Actividades de acoso que afectan a la salud física o
psíquica de la víctima.
-
Se le obliga a realizar trabajos peligrosos o
especialmente nocivos para la salud
-
Se le amenaza físicamente
-
Se arremete físicamente a la víctima, pero sin
lesiones graves, título de advertencia
-
Se le arremete físicamente, pero sin
contenerse
-
Se le ocasionan voluntariamente gastos con
intención de perjudicarla
-
Se ocasionan desperfectos en su puesto de
trabajo o en su domicilio
-
Se arremete sexualmente a la víctima
o o violencia psicológica?
Un individuo perverso es permanentemente perverso. Se
encuentra fijado a ese modo de ser, de relacionarse con el otro y no
se pone en tela de juicio así mismo jamás. No tiene compasión ni
respeto por los demás. Respetar al otro supondría considerarlo en
tanto que ser humano y reconocer el sufrimiento que se le aflige.
Estos individuos necesitan rebajar a los demás para adquirir
autoestima y mediante esta, adquirir poder, pues están necesitados
de admiración y aprobación. El agresor suele engrandecerse a costa
de rebajar a los demás y evitar cualquier conflicto interior al
descargar sobre el otro la responsabilidad de lo que no funciona.
Las técnicas perversas utilizadas son rechazar la comunicación
directa, descalificar, aislar e inducir al error.
El acosador ataca sin que se vea, ataca sin poder
confrontar, porque cuando la agresión es abierta, transparente y
clara es posible la defensa. En este caso todo es por debajo,
oculto, parte con cosas indirectas, sutiles, para empezar a generar
la duda.
Otras alternativas y fases posteriores se traducen en
un trato hostil, degradante, vejatorio, desprecios, rechazo
continuado y despectivo de opiniones y criterios, desprecio y
menoscabo de la capacidad profesional (adjudicación de las peores
tareas, trabajos por debajo de sus habilidades o degradantes),
amenazas veladas y directas, aislamiento social, relatos sobre la
salud de los empleados.
El acosador se siente impune en sus prácticas en base
a tres factores: el secreto, la vergüenza y o miedo de la víctima y
los testigos (mudos o impotentes). Toda la persecución psicológica
descrita se desarrolla ante el silencio de los compañeros del
trabajador acosado, que en muchos casos son conscientes de la
injusticia pero se abstienen de intervenir, en un caso debido a la
complicidad con el acosador, en otros casos intentar evitar ser
objeto de represalia.
La expresión de las situaciones de acoso psicológico
hacia una persona se puede manifestar de muy diversas maneras – e
incluso con un alto grado de sofisticación-, a través de distintas
actitudes y comportamientos, se distinguen cuarenta y cinco
comportamientos hostiles diferentes que pueden ser clasificados en
grupos distintos atendiendo a su distinta
La víctima acosada
Existen factores de riesgo para ser víctima: personas
atípicas, personas demasiado competentes, que se resisten al
formataje, sin una red social de apoyo, representantes sindicales,
mujeres embarazadas, mayores de 55 años, ..
El acosador identifica a la victima e inicia el
proceso de hostigamiento, se tienen que encargar de que el resto de
los compañeros piense como él. En general, los elegidos son buenos
profesionales, muy cualificados, pero resultan elegidos porque se
rebelan frente a la autoridad o no aceptan el sometimiento.
Acostumbran a ser personas abiertas, simpáticas y
populares. Lo más difícil del acoso es detectar cuando comienza y
por qué. Generalmente la víctima empieza a percibir agresiones
espaciadas, sin darse cuenta de la situación de “acoso” y comienza a
sentirse culpable, hasta que el acoso ya es sostenido se consigue el
quebrantamiento psicológico, en este momento es más fácil que la
victima cometa errores en su trabajo o que comience a faltar con más
frecuencia, factores que el acosador luego utilizará para
presentarse como víctima de un “mal empleado”.
A la víctima le suele ser difícil explicar la agresión
en un ambiente en general predispuesto por el hostigador contra la
misma. La víctima carece de pruebas y relatada aisladamente cada
agresión resulta anodina. Aparece como demasiado sensible ante “mal
entendidos” y “bromas”, y al final el hostigador logra su objetivo,
la descalificación de la víctima por su entorno social. Al
trabajador sólo le queda abandonar su puesto de trabajo para huir
del agresor y sus cómplices.
Siente miedo a las represalias, angustia, rabia ante
la injusticia de su situación e impotente para resolver la
situación. La ansiedad, el insomnio, los problemas digestivos y la
depresión, hasta graves cuadros de estrés postraumático y suicidio
han sido descritos como efecto del hostigamiento o acoso
moral.
Someter a la víctima
Diversas son las estrategias para someter a la
víctima, entre las que se encuentran:
-
Asignar objetivos o proyectos con plazos a que se
saben inalcanzables o imposibles de cumplir, y tareas que son
manifiestamente inacabables en ese tiempo.
-
Quitar áreas de responsabilidad clave, ofreciendo a
cambio tareas rutinarias, sin interés o incluso ningún trabajo que
realizar
-
Ignorar o excluir, hablando sólo a una tercera
persona presente, simulando su no-existencia o su no presencia
física en la oficina o en las reuniones a las que asiste.
-
Retener la información crucial para su trabajo o
manipularla para inducirle a error en su desempeño laboral, y
acusarle después de negligencia o faltas pro f e s i o n a l e s .
-
Extender por la empresa rumores maliciosos o
calumniosos que menoscaban su reputación, su imagen o su
profesionalidad.
-
Infravalorar o no valorar en absoluto el
esfuerzo realizado, mediante la negativa a reconocer que un
trabajo está bien hecho o la renuncia a evaluar periódicamente su
trabajo.
-
Ignorar los éxitos profesionales o atribuirlos
maliciosamente a otras personas o a elementos ajenos a él, como la
casualidad, la suerte, la situación del mercado, etc.
-
Criticar continuamente su trabajo sus ideas, sus
propuestas, sus soluciones, etc. Caricaturizándolas o paro d i á n
d o l a s .
-
Castigar duramente cualquier toma de decisión o
iniciativa personal en el desempeño del trabajo como una grave
falta al deber de obediencia debida a la jerarquía .
-
G r i t a r, chillar, avasallar o insultar a
la víctima cuando está sola o en presencia de otras personas .
-
Ridiculizar su trabajo, sus ideas o los
resultados obtenidos ante los demás trabajadores .
-
Animar a otros compañeros a participar en
cualquiera de las acciones anteriores mediante la persuasión, la
coacción o el abuso de autoridad .
-
Invadir la privacidad del acosado
interviniendo su correo, su teléfono, revisando sus documentos,
armarios, cajones, etc. Sustrayendo maliciosamente elementos clave
para su trabajo.
ajes la guardia. Cualquiera ría ser tu
rival” Sacado de un
anuncio publicitario
¿Es un problema personal entre empleados o concierne a
la empresa ?
Naturalmente llega a ser finalmente un problema
“personal”. Pero en el trabajo nunca debería llegar a serlo. El
acoso laboral no es un problema tan solo del individuo que lo padece
o del perverso acosador que lo desencadena, sino todo un signo o
síntoma de que las cosas no marchan bien en la manera de organizar
el trabajo, de asignar las cargas del mismo, de seleccionar o
promocionar a los directivos clave, o bien en lo que respecta a los
valores, la cultura y el estilo de dirección de la organización.
Tanto las causas como las consecuencias son claramente
problemas que competen a la dirección de la empresa que tendría que
procurar las necesarias medidas preventivas, a través del Servicio
de Prevención, una formación adecuada en resolución de conflictos de
sus cuadros y programas de mediación en los casos existentes donde
sea factible.
Lavarse las manos
Las formas de negar o de escape del problema por parte
de los que dirigen la empresa son enormemente perversas con las que
se pretende ocultar dicho problema:
-
Se argumenta que realizar críticas ácidas o bromas a
costa de otro trabajador forma parte de la “naturalidad” del
trabajo
-
Invocar a la naturaleza de toda relación humana y de
todo grupo
-
La idea de unos cuantos latigazos ya va bien porque
despertará a los indolentes, movilizaría a los perezosos,
advertirá a los malintencionados y motivaría a los pasivos
-
Apelar a la esfera de la intimidad y maduración
personal de los involucrados para de este modo no tener que
intervenir
Las fases de un proceso oculto
Los intentos persistentes de intimidar a la víctima y
de hacerle parecer cada vez más estúpida y poco profesional no
suelen ser inmediatamente evidentes dentro de la organización, por
lo que son difíciles de identificar. Dentro de ello, el acoso
psicológico suele permanecer oculto o camuflado bajo otros supuestos
problemas que son formulados en términos típicos como :
-
Incompatibilidad de caracteres
-
Estrés laboral
-
Problemas de liderazgo
-
Falta de habilidades sociales
-
Estilos de mando inapropiados
-
Estilos de liderazgo de tipo impositivo o
autoritario
-
Falta de experiencia en la dirección
-
Situación de tensión transitoria por la urgencia de
un
-
trabajo o proyecto
-
Situaciones o problemas familiares de la víctima
Aunque cada caso es único y tiene unas características
propias dependiendo de los protagonistas y del contexto, en muchos
casos suelen darse cinco fases:
-
Incidentes críticos: La situación desencadenante del
acoso suele verse como un conflicto que en un momento dado
adquiere mayor proporción. Esta primera fase no constituye
propiamente acoso moral y suele durar muy poco.
-
Acoso y estigmatización: el acoso son determinados
comportamientos que tomados aisladamente son anodinos pero la
repetición sistemática con propósitos hostiles suele estigmatizar
la víctima. Existe una manipulación agresiva y las conductas
adquieren una intencionalidad perversa.
-
Intervención de los responsables jerárquicos :
Debido al proceso de estigmatización es frecuente situar la
responsabilidad en la víctima cuando en realidad es el agresor.
Los superiores tienden a hacer propios los
prejuicios y estereotipos proyectados por el agresor. A esto se
añade la tendencia natural a terminar rápidamente con el problema
y el resultado práctico suele consistir en el atropellamiento de
los derechos de la víctima (a ser escuchado, a una evaluación
objetiva, a un juicio imparcial, a la igualdad de trato..) que ve
incrementada así su estigmatización como “oveja negra ”
.
-
Solicitud de ayuda especializada externa y
diagnóstico incorrecto. Si la persona acosada busca ayuda
psicológica es probable que basen el diagnóstico en su estado
actual (ansiedad, depresión, obsesión..) y no tengan en cuenta el
contexto.
Hay pocos especialistas que reconozcan y traten un
problema que tiene su origen en la propia organización del trabajo
y/o en la personalidad morbosa de los acosadores. Estos
diagnósticos incorrectos refuerzan la estigmatización previa de la
víctima.
-
Pérdida del puesto de trabajo: todo está a punto
para que la víctima sea “borrada” del lugar de trabajo. Muchas
víctimas no pueden resistir el acoso, desasistidas por la empresa
, mal diagnosticadas por los profesionales, sin otra opción
profesional dimiten con tal de escapar. En situaciones más
extremas pueden llegar al suicidio. Los que resisten entran en una
espiral de bajas laborales intermitentes o continuadas,
incrementando así la probabilidad de despido.
Sí, es posible parar a los acosadores en el
trabajo.
Medidas preventivas
En las actuaciones preventivas se requieren cambios en
la actuación empresarial y una acción decidida de la representación
sindical.
E m p re s a
-
Incorporar a la Evaluación de Riesgos Psicosociales
la detección del acoso moral
-
Formación directiva en gestión de conflictos y
habilidades de trabajo en equipo
-
Establecer canales de detección y actuación
-
Acordar protocolos de prevención en la empresa.
Sindicales
-
Evitar caer en estigmáticos como: es una cuestión
personal, no se puede hacer nada sino cambia la organización
-
Formación sindical: detección, seguimiento y
actuación
-
Actuaciones divulgativas que permitan sensibilizar a
los trabajadores
-
Concretar, en cada caso, mecanismos de “ayuda
mutua”, en un principio con discreción, para no violentar a la
victima y con posterioridad publicitándolo recabando apoyo social
Como actuar
-
Identificar el acoso. Tomar nota de las
provocaciones y agresiones. Actuar contrarrestando la información
perversa. Aclarar minuciosamente los roles e instrucciones en el
trabajo si es preciso por escrito certificado (prueba).
-
Activar la intervención de la empresa y garantizar
testigos. Es muy conveniente buscar testigos. Esto es posible al
inicio del acoso. Después el perverso se encarga de descalificar a
la víctima en su entorno .
-
Lo antes posible poner, la situación, en
conocimiento del Delegado de Prevención para que este actúe ante
la dirección de la empresa y se ponga en marcha el Servicio de
Prevención y el Servicio Médico de Empresa
-
Poner en marcha mecanismos de apoyo personal y
sindical a la persona agredida
-
Defenderse contra el agresor y proteger la salud. En
caso que la acción del acosador no pueda contrarrestarse,
solicitar la baja de origen laboral. En caso negativo recurrir la
decisión de la mutua ante el INSS. Ponerse en manos de un
psiquiatra o psicólogo clínico del centro de Salud para resistir
psicológicamente el acoso. Estar de baja el tiempo necesario,
siempre que ayude, a superar el trastorno mental y saber cómo
enfrentarse al acosador/a
-
Denunciar ante la Inspección de Trabajo como paso
previo a la judicialización (social, penal o civil) del caso
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