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hmarin Moderador
Registrado: 11 Sep 2002 Mensajes: 103 Provincia o
estado y pais: Santiago, Chile
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Publicado: Mar Ago 12, 2003 7:18 am Asunto: Psicologia de las
Emergencias |
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Estimados He querido publicar
aqui (en consentimiento con su autor), un resumen de algunos
conceptos basicos dentro de la Psicologia de Emergencias, para sus
comentarios e ideas. Espero que sea de vuestro interes.
mas... _________________ Ps. Humberto Marin Uribe
Director Area Psicosocial INKAN Chile http://www.inkan.org/ | |
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hmarin Moderador
Registrado: 11 Sep 2002 Mensajes: 103 Provincia o
estado y pais: Santiago, Chile
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Publicado: Mar Ago 12, 2003 7:25 am Asunto: Psicologia de la
Emergencia |
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Conciente que la Psicologia de
Emergencias es algo muchisimo mas complejo que lo que puedo entregar
en un simple texto, espero que este documento sea el puntapie incial
para continuar con una discusion de estas tematicas.
Saludos
para todos. Humberto Marin U.,
"Psicologia de la
Emergencia" Ps.
Cristian Araya Molina
Resumido y sistematizado por Ps.
Humberto Marín Uribe Vicepresidente FLAPED Federación
Latinoamericana de Psicologia en Emergencias y Desastres
PSICOLOGIA DE LA
EMERGENCIA Hasta ahora los psicólogos se han preocupado
de la Psicología Clínica, y han aplicando estos principios al ámbito
del diagnóstico y tratamiento de enfermedades mentales o al estudio
del desarrollo infantil, laboral o educacional. Es el momento de
centrar nuestra atención en los peligros a que nos vemos enfrentados
y nos capacitemos en nuestros lugares de trabajo, Colegios y
Vivienda, con el fin de disminuir riesgos y minimizar la
accidentabilidad.
Actualmente no cabe duda que las
organizaciones estan orientadas a aumentar sus altos entansares de
calidad, productividad e innovación, donde la forma tradicional de
producción y competencia, capital y tecnología no basta ya que
también es necesario incorporar los conocimientos al recurso humano,
los actores de este proceso son quienes juegan un papel
determinante.
La dura realidad de la economía nos ha vuelto
la mirada a lo humano. De la visión del accidente laboral y de los
errores de producción adscritas al factor humano, se vuelve la
mirada a las condiciones integrales de la situación del hombre en su
trabajo, buscando su bienestar y desarrollo.
1 DEFINICION Definimos a la
Psicología de la Emergencia como "aquella rama de la Psicología
General que estudia los distintos cambios y fenómenos personales,
presentes en una situación de peligro, sea esta natural o provocada
por el hombre en forma casual o intencional". En este sentido,
tenemos que recordar los hechos ocurridos durante el año 1994 y
1995, como fue el atentado a la Comunidad Israelita de Argentina y
al Metro de Japón, o en 1996 en Perú, todas acciones intencionales
en las que, como consecuencia, tenemos que lamentar un sinnúmero de
muertos y cientos de heridos, los que tendrán secuelas de por vida.
La Psicología de la Emergencia es una parte de la Psicoprevención y
sus principios fundamentales son los siguientes:
-- Muchas
desgracias ocurren por la reacción psicológica de las personas, que
por el evento que inicialmente produjo dicha emergencia.
--
Pretendemos lograr buenos resultados y sin embargo, tenemos una
actitud de indiferencia frente al peligro, hecho que facilita la
ocurrencia de accidentes.
-- Se ha demostrado que la casi
totalidad de los accidentes se producen por fallas humanas.
Frente a esta situación, la Psicología aún tiene mucho que
decir y mucho por hacer. Tal vez, lo primero consta en desarrollar
lo constructivo del hombre y disminuir lo destructivo de éste.
Desde un accidente casero hasta la guerra, pasando por el
accidente laboral; éstos en su mayoría son producto de los núcleos
destructivos inherentes al hombre. Los psicólogos, prevencionistas y
educadores tienen mucho que aportar. Invito a leer las siguientes
páginas, bajo la filosofía de la prevención y la prédica de la
prudencia frente al peligro.
2 OBJETIVOS GENERALES DE LA PSICOLOGIA DE
LA EMERGENCIA:
-- Describir y explicar fenómenos
psicológicos presentes en una emergencia. -- Identificar los
cambios personales que facilitan el miedo, la angustia y el temor
-- Aplicar técnicas psicológicas en situaciones de emergencia.
-- Seleccionar personal para integrar grupos de rescate y
trabajos de riesgo. -- Capacitar psicológicamente a la comunidad
para afrontar accidentes y así evitar consecuencias mayores una vez
producida una emergencia
3
DESTINATARIOS La Psicología de la Emergencia está
destinada a capacitar a grupos de rescate, a trabajadores y a toda
la comunidad. Indudablemente que la formación y la capacitación de
cada uno de estos grupos será distinta. Los grupos de rescate se
seleccionarán física y psicológicamente. En la actualidad se dispone
de instrumentos psicométricos para hacerlo. Luego se les capacitará
teóricamente en la materia. Por su parte, los trabajadores de
fábricas, industrias y oficinas tendrán capacitación específica. La
comunidad debe tener claro que los siniestros, cualquiera sea su
naturaleza, son habituales e impredecibles. Por eso, la conducta
debe ser la adecuada en una emergencia ya que ésta será decisiva
para evitar consecuencias mayores.
4 METODOLOGIA DE ENSEÑANZA El
objetivo de la ciencia psicológica es el estudio del comportamiento
o conducta. A raíz de la complejidad de la conducta, la psicología
debió hacer algo similar a lo realizado por la medicina.
Inicialmente existían los médicos que trataban a los pacientes o
consultantes frente a cualquier dolencia de éstos. Pero la
complejidad del organismo, las investigaciones científicas y la
fuerte tendencia a la diferenciación de lo común, llevó a los
médicos a especializarse. Entonces, aparecieron los cardiólogos, los
oftalmólogos, los dentistas, etc.. Del mismo modo los psicólogos
también se especializaron. Algunos estudian las transformaciones que
se producen desde el nacimiento hasta la edad adulta, dando origen a
la "Psicología del Desarrollo o Evolutiva" y otros son los
Psicólogos Clínicos que se dedican al diagnóstico y tratamiento de
problemas y enfermedades mentales.
Por el hecho de ser la
psicología una ciencia de la conducta, ésta se encuentra en cada
actividad humana. Por lo tanto, los actuales desafíos y exigencias,
obligan al profesional para que aplique los principios psicológicos
a las diferentes áreas del saber. Inicialmente esto se aplicó a la
educación, la clínica y al trabajo. Hoy estas áreas constituyen
ramas de la psicología, después de diseñar sus métodos y realizar
investigaciones independientes. Pero la vida -marcada por el
progreso- hace que el hombre enfrente nuevos riesgos.
Surgen
entonces los prevencionistas alzando sabiamente su voz, señalando
normas y pautas e indicando procedimientos muy acertados para
disminuir los accidentes. Sus planes de prevención los podemos
considerar equivalentes a una prevención primaria. Lamentablemente
estas normas son rebasadas por fallas humanas o circunstancias
diversas y no queda otra alternativa que actuar. De nuestra conducta
dependerá el resultado, si ésta es calmada y serena, controlaremos
la situación, para esto existen procedimientos.
En
Psicología de la Emergencia, la primera información que debemos
entregar a nuestros alumnos es teórica con el fin de que sepan el
por qué de lo que se les enseña. La psicopedagogía contemporánea
dice que el mejor aprendizaje se logra por comprensión más que por
memorización. Así como, no sólo debemos enseñar que el carburo
reacciona con el agua, sino que también, debemos enseñar a nuestros
alumnos a saber y a comprender que no todo incendio se apaga con el
vital elemento. Pero eso no es todo, es necesario que nuestro
prevencionista conozca una serie de elementos y de ese modo sepa en
teoría cuándo y cómo debe usar tal o cual procedimiento de
extinción. Para lograr que asimile este conocimiento y pueda
utilizarlo en forma espontánea, necesitamos enseñar de nuevo el
mismo contenido, pero con una modalidad diferente, que lo lleve a
poner en acción otras áreas cerebrales y active otros procesos. El
aprendizaje de esta materia es lento, pero cuando se obtiene no se
olvida jamás.
5 TOMA DE
DECISIONES BAJO PRESION DE TIEMPO Es diferente escuchar
una interesante disertación en un salón pleno de comodidades, que
enfrentar una real situación de emergencia, donde el dominio, los
argumentos y los conocimientos, por el bloqueo emocional, es muy
posible que éstos se nos olviden.
En una emergencia,
codificamos y descodificamos una gran cantidad de información,
redundando en una organización y acción contra el tiempo. Por ser
una situación de peligro, el miedo y la angustia pueden bloquear
nuestro desempeño intelectual. Para que esto no ocurra, existen
ejercicios de fácil aplicación y con buenos resultados que permiten
familiarizarse con situaciones de estrés.
6 ROL DE LOS HEMISFERIOS CEREBRALES EN
ACTUACION DE EMERGENCIA Uno de los desafíos más
importantes que enfrentan los prevencionistas y socorristas, lo
constituye la enseñanza del control de la conducta en situaciones de
emergencia. La primera opción utilizada para dichos efectos, ha sido
la divulgación de informacion, la asistencia a charlas, los cinco
minutos de reflexión antes de iniciar el trabajo, etc. El balance
puede ser considerado bueno, pero perfectible.
La ciencia
psicológica, a través de sus investigaciones, ha realizado
importantes descubrimientos que pueden ser aplicados para el control
de la conducta en emergencias. Una de estas ramas es la
Neuropsicología que estudia la relación existente entre el cerebro y
la conducta y las zonas cerebrales responsables de los diferentes
comportamientos; ella nos proporciona conocimientos acerca del
cerebro que nos permiten comprender el por qué se actúa de un modo
distinto en situaciones de emergencia que en tiempos de paz. Existe
acuerdo entre los autores en plantear diferencias estructurales y
diferencias de rendimientos frente a diferentes tareas en cada
hemisferio cerebral. Es así como se ha logrado establecer, por
ejemplo, que la capacidad de reconocer rostros y de colocar la
prendas de vestir donde corresponde está en el lóbulo occipital
derecho y el lenguaje en la zona fronto temporal izquierda. También
se ha concluido que el hemisferio izquierdo es el encargado de
actuar y dirigir nuestro comportamiento en toda actividad lógica,
ordenada, organizada y secuencial. Por lo tanto, cuando se enfatiza
la importancia de la prevención o cuando en el colegio se realiza la
"Operacion Deyse", nuestro comportamiento está determinado
principalmente por el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro.
Estamos de acuerdo en que es la primera instancia o estructura
mental que debemos abordar. Pero la constante participación en
rescates y siniestros nos plantea algunas preguntas: ¿por qué las
personas se bloquean intelectualmente al momento de enfrentar una
emergencia?, ¿por qué se cometen errores increíbles que, una vez
terminada la emergencia, los protagonistas se recriminan? Las
respuestas nos la da la Psicología de la Emergencia.
En el
momento de enfrentar un peligro, nuestro organismo pasa de un estado
de indiferencia a un estado de máxima alerta, experimentando
diversos cambios fisiológicos, que traen como consecuencia cambios
en lo psicológico. En estas circunstancias, nuestro comportamiento
lo determina principalmente, el hemisferio derecho que se
caracteriza por ser emocional, analógico, etc.. Este hemisferio es
rico y autogéneticamente el más antiguo; todo nuestro pasado animal
está impreso en él.
El hombre primitivo aparte de luchar
contra las inclemencias de la naturaleza, tenía que combatir contra
animales voraces. La Psicología Comparada reporta curiosos hechos
relacionados con la seguridad y la sobrevivencia. Estudiosos de la
zoología han investigado que ante una situación estresante, los
seres vivos inferiores responden básicamente de dos maneras: con
agresión o con escape, lo que se traduce dentro del repertorio del
comportamiento primitivo humano en 'hacer cosas' (sean correctas o
no), o caer en un shock de bloqueo comportamental; este repertorio
comportamental en el hombre vendría desde sus antepasados, y surge
tambien como comportamiento escencialmente en las personas a las
cuales no se les ha entrenado diferencialmente sus distintos
hemisferios cerebrales.
Podemos afirmar que el hemisferio
izquierdo procesa la información abstracta, racional, conceptual,
proposicional de procesos lógicos analíticos, etc.. Tiene
prodominancia en las tareas que involucra las matemáticas, como por
ejemplo la secuencia numérica; en la organización gramatical de
palabras; en la coordinación motora, y en la secuencia en el tiempo.
Además, el hemisferio izquierdo regula o inhibe la ansiedad que
proviene del material emocional del hemisferio derecho.
En
cambio el hemisferio derecho prevalece en tareas que regulan
imágenes, actividad visual, manipulación de relaciones espaciales y
comprensión simultánea de una totalidad significativa a partir de
fragmentos.
William James sostuvo que la emoción actuada
tenía los mismos efectos que la auténtica, hoy mantenemos este
principio y lo utilizamos en la educación de nuestros hemisferios
frente a una emergencia. El aprendizaje, estará dado por la
utilización repetida de una vía nerviosa que surgirá como
consecuencia de la experiencia individual. Basados en los aportes
neuropsicológicos podemos decir que la primera instrucción debe ser
siempre teórica, mediante charlas de seguridad e información sobre
el uso de elementos, por ejemplo, la forma de utilizar un extintor.
Desde el punto de vista neuropsicológico, estamos trabajando
con el hemisferio izquierdo. Pero no es suficiente, luego viene el
simulacro con aviso, que es práctico, para concluir con el simulacro
sin aviso y la inclusión de actores, que representan diversos roles,
tales como heridos, muertos o histéricos.
Este tipo de
entrenamiento es la aproximación más cercana a una verdadera
emergencia. De este modo estaremos educando nuestro hemisferio
derecho; en otras palabras, racionalizando lo emocional y
emocionalizando lo racional.
Estudios realizados por
distintos autores demuestran que en la medida en que nos
familiarizamos con un objeto o situación peligrosa, ésta va
perdiendo sus cualidades amenazantes, lo que se traduce en un menor
impacto orgánico. Sabemos que uno de los principales temores humanos
es a lo desconocido. Pero nuestra enseñanza para educar los
hemisferios tiene una etapa final que llamamos "entrenamiento a
presión" y que consiste en someter a los participantes a un intenso
nivel de estrés, similar al que se produce y generan los seudo
colaboradores en una situación de emergencia real. Generalmente, al
inicio se observan vacilaciones y estremecimientos, pero al poco
tiempo surge la tranquilidad y el autocontrol.
Los
neuropsicólogos y estudiosos de la actividad hemisférica cerebral
hablan de la memoria procedural u orgánica. En la medida en que
nuestro organismo practique con frecuencia una conducta, ésta pasa a
ser orgánica, es decir, tanto se incorpora que se torna automática.
7 EL MIEDO: REACCION
PSICOLOGICA ANTE UNA SITUACION DE EMERGENCIA El miedo es
una reacción permanente del individuo frente al peligro que
frecuentemente da lugar a actos emocionales repentinos que pueden
parecer heroícos. Una publicación sostenía, que en la guerra eran
pocos los hombres que no conocían el miedo, y que estos sujetos no
sólo eran anormales, sino que también peligrosos, ya que tenían su
mente endurecida para vivir una emoción. En muchas ocasiones el
miedo se puede expresar con torpezas, incluso en tareas rutinarias.
Nuestro quehacer bomberil normalmente implica la confrontación con
situaciones que alteran el estado de indiferencia de la persona; por
esta razón, es conveniente tener claro los niveles particulares que
son afectados. En la medida en que la persona comprenda los cambios
que en ella se producen, ésta será capaz de controlar su propia
reacción y por lo tanto, su desempeño será óptimo.
Ante un
peligro se producen alteraciones, se dilatan las pupilas y se
aumenta la frecuencia respiratoria, lo que favorecerá un mayor
aporte de oxígeno a las celulas cerebrales. Además el oxígeno
permite reconvertir al ácido láctico en glicógeno, con esto,
nuestros músculos no se paralizan y se puede continuar la acción.
Es interesante mencionar que el hecho de tener energía para
desplazarse contribuye a una buena adaptación. Observaciones hechas
con animales demuestran que la falta de energía genera neurosis. Los
músculos funcionan con glicógeno; la reserva se encuentra en el
hígado, donde luego de pasar a la sangre se dirige a los tejidos
correspondientes. Con el fin de mantener el nivel y el ritmo de
actividad deseable, se recomienda a los grupos de rescate que estén
premunidos de caramelos para así compensar el gasto de energía que
implica su labor. Al aumentar el tono muscular, la capacidad de
movimientos encontrará a la persona en óptimas condiciones. También
se produce una aceleración del ritmo cardíaco, lo que permite un
mayor aporte de oxígeno y nutrientes a los distintos niveles de la
economía orgánica.
Sin embargo, estas sobrecapacidades
pueden verse favorecidas o interferidas, según sea la reacción de la
persona ante la situación de peligro, la que nos produce esta ruda
emoción llamada MIEDO.
Sólo la capacitación permite que nos
aproximemos a una respuesta edecuada frente al peligro. El control
de la conducta humana frente a una emergencia, evita desgracias y
consecuencias lamentables; para ello, el conocimiento y dominio de
sí mismo, es esencial.
8
ETAPAS DEL MIEDO Y FORMAS DE APARICION En la actualidad a
diario se crean nuevos aparatos que llevan a la aparición de nuevos
riesgos. Es importante entonces, descubrir el fenómeno clave en toda
emergencia: EL MIEDO.
Se han documentado seis estados del
miedo que perfectamente podemos aplicar a la persona que esta frente
al peligro. A estos seis niveles de miedo, deseamos agreagr uno más:
el "0", que se refiere a la persona que no siente miedo, la que es
contraindicada para intervenir en una emergencia. Este tipo de
personas generalmente induce a otros riesgos. Con el fin de
demostrar sus condiciones y exhibirse, puede producir una catástrofe
peor que la inicial.
1. El miedo como prudencia. La persona
está consciente del peligro y cualquier acción que emprenda estará
siendo controlada psicológicamente por el sujeto.
2. El
miedo como precaución. La persona toma todas las providencias del
caso para enfrentar el peligro. Mantiene una actitud serena y su
conducta es apropiada a la situación.
3. El miedo como
prevención o alarma. La persona está nerviosa y vacilante. Este
estado del miedo presenta inconvenientes para la labores propias de
la intervención en emergencias.
4. El miedo como angustia
aguda. La persona pierde el control de sí mismo y genera una nueva
emergencia. En este caso, se le debe atender inmediatamente y se le
debe sacar del lugar, ya que su conducta puede ser el punto de
partida para el pánico.
5. El miedo como espanto. La persona
es dominada por los actos reflejos, la cual es prácticamente incapaz
de emprender alguna acción adecuada frente a la situación.
6. El miedo como terror. La persona se paraliza por el
miedo, es incapaz de darse cuenta de lo que sucede, experimentando,
por lo general, relajación de esfínteres. No olvidemos que la
descarga de adrenalina, en sobredosis, puede tener efectos letales.
En el terremoto de abril de 1992 en Alemania murió una sola persona,
y no murió por lesión física sino que por miedo.
El miedo es
contagioso y se transmite en forma automática. No se necesitan
palabras para que esto ocurra, basta sólo una mirada o un leve gesto
para que esta ruda emoción se exteriorice a los demás. Cuando el
miedo se hace colectivo, no sólo cambia de nombre, sino que también
su dinámica. La razón y la lógica en el miedo o en el pánico, al
igual que en el temor y la angustia, se subordinan a las leyes
mágicas de la emoción. Es decir, nuestra conciencia transforma la
relación con el mundo y el mundo cambia las cualidades con la
conciencia. El mundo es la captación de relaciones nuevas del objeto
o situación. Recordemos por un instante las acciones irracionales
que crean las personas frente a un peligro real o imaginario y
cuantas de estas conductas, muchas veces, tienen efectos dramáticos.
En una ocasión, la reacción precipitada de un señor provocó un
incendio. Inicialmente su estufa se inflamó, pero sin mayores
consecuencias ni riesgos; no obstante el dueño de casa se asustó y
le lanzó agua, lo que produjo un principio de incendio. Al enfrentar
una situación de peligro, lo primero que se produce es la percepción
de la situación, pero al mismo tiempo una evaluación de ella. La
evaluación tiene como objetivo la supervivencia. Existe un instinto
de conservación que desencadenará la huída o la aproximación,
dependiendo del punto que se estimule en el hipotálamo, tal como fue
señalado anteriormente.
Existen varias publicaciones
relacionadas con el miedo, pero muy pocas sobre la forma de como
dominarlo. Algunos autores afirman que la valentía no consiste en no
tener miedo, sino en dominarlo y continuar en la línea de la
conducta elegida. Esto supone un manejo de técnicas, junto a una
capacitación tanto teórica como práctica en forma constante. Podemos
condicionar nuestro sistema vegetativo. El sudor, los latidos, etc.,
pueden ser modificados mediante la aproximación sucesiva a
situaciones de miedo.
El problema es complejo y la solución
difícil; sin embargo podemos decir que su serenidad está
directamente relacionada con el éxito de la gestión y con la
eficacia de los colaboradores. Es fundamental que en una emergencia
se destine el mínimo de personal para cada labor. La congregación de
personal sólo lleva a la contemplación impasible de la situación. Un
estudio publicado por la Universidad de Marburgo, concluye que la
disposición y ayuda decrece en cuanto más personas se encuentren
presentes, debido a la reducción de la responsabilidad, por cuanto
cada persona sabe que cada uno de los demás puede prestar auxilio.
La distribución previa del personal, que ocurre ante una
emergencia, facilita el desempeño en terreno, ya que en el momento
en que se le asigna una labor al socorrista, éste comienza a
organizarse mentalmente. Las imágenes de una situación constituyen,
en cierto modo, la situación misma. Recordemos lo que ocurre cuando
imaginamos un hermoso paisaje. En gran medida lo estamos viendo; del
mismo modo también, un hecho desagradable lo estamos enfrentando. Es
importante mencionar que existen labores que pueden ser realizadas
por cualquier socorrista y otras que deben ser realizadas única y
exclusivamente por los especialistas. El mando (las personas que
están al mando del incidente) no debe trabajar a no mediar que sea
imprescindible su acción, ya que se expone a perder la visión de
conjunto.
De las descripciones del miedo, las más
interesante la hizo J.P Sartre "Si usted tiene una pistola y me
apunta, yo siento miedo. En ese momento la persona reacciona frente
a un objeto presente. La persona apuntada piensa que al otro se le
puede escapar un tiro o volverse loca y matarlo".
Pues bien,
si le entregamos la misma pistola a la persona que era apuntada
inicialmente, ésta ya no siente miedo sino angustia. Piensa en ese
instante. "No se me vaya a escapar a mi un tiro; no me vaya a volver
loca y lo mate".
La angustia, es por lo tanto, miedo a la
propia libertad, a lo que yo sea capaz de hacer en un momento dado.
¿No es acaso lo mismo que se nos produce en una situación de
emergencia?.
9 LA
RESILIENCIA (CAPACIDAD PARA SUPERAR LA ADVERSIDAD) En
estos ultimos años, un término que se utiliza en física, se ha
incorparado también a la ciencia que estudia la conducta y la
psicología humana; nos referimos al concepto de resiliencia,
definida como la capacidad para superar la adversidad y salir
fortalecido de ella incluso, mejorado de ella.
La principal
característica del perfil resiliente, lo grafican las personas que
pueden resistir la adversidad y convivir con los factores de riesgos
sin involucrarse, distanciándose emocionalmente con los elementos
defensivos necesarios.
10
REACCIONES EN SITUACIONES DE EMERGENCIA. La reacción
psicológica de las persona en situaciones de emergencia puede ser
muy distinta en cada una de ellas. Esto se debe fundamentalmente a
la complejidad de nuestro comportamiento. Recordemos que la conducta
o comportamiento se refiere a cualquier acción que ejerce un
organismo y que tiene consecuencias, tanto internas para el propio
individuo, como externas para él y los demás.
Nuestro
comportamiento produce modificaciones en el medio y en las personas
que están junto a nosotros, pero éstas no siempre son las mismas.
"Nunca te bañarás en el mismo río" decía Heraclito y se refiere
fundamentalmente a la complejidad del comportamiento; sé de un
bombero aragnofóbico, pero que no le tiene miedo a las arañas cuando
está en un incendio, en cambio en una habitación y en circunstancias
normales, se desorganiza.
En situaciones de emergencia
grupales, hay una tendencia a la exacerbación de los rasgos de las
personas, pero también hay características propias de la masa. Junto
a una pérdida de razonamiento, la responsabilidad disminuye y los
límites sociales se extienden incluso hasta desaparecer. Por ejemplo
en situaciones de emergencia nos percatamos de conductas
psicopáticas . En una gran inundación que ocurrió el año 1982,
observé a personas nadar tras un televisor que no les pertenecía.
También se puede producir una alteración de la percepción como
consecuencia de un cambio en la intencionalidad de la conciencia;
vemos lo que queremos ver y creemos lo que queremos creer.
En una emergencia pueden aparecer líderes espontáneos,
personas que reaccionarán heroícamente, apáticamente y otras que
deambularán de un lado para otro, bloqueados emocionalmente por lo
que ocurre. Un grupo de ellos puede accidentarse, porque su conducta
es casi una conducta obnubilada, es decir, con un transtorno de
conciencia.
11 LA
COMUNICACION VERBAL EN SITUACIONES DE EMERGENCIA Como ya
se ha dicho, una situación de emergencia es la ruptura de la
armonía, un quiebre de la seguridad y un desafío para los
participantes. Esta caracterización implica que para realizar en la
mejor forma nuestra acción, la transmisión de los mensajes que nos
entregan deben ser verificables, para constatar que el emisor
realmente dijo lo que dijo y el receptor escuchó lo que escuchó.
Especial mención merece la comunicación con los extranjeros. Una vez
un alumno me contó que por un error de apellido un supervisor detuvo
el funcionamiento de una planta. Se trataba de un francés, experto
en calderas. Éste fue llamado especialmente para que hiciera
funcionar la planta ya que ésta presentaba un problema muy complejo
hasta ese momento. El gerente de esa empresa se apellidaba "Cortés".
El francés logró solucionar el problema y con mucha alegría corrió e
irrumpió en la Sala de Control y en su media lengua extranjera dijo:
¡"cortes, cortes, cortes"!. Ante esta situación, el jefe de
mantención de inmediato desconectó todos los equipos. Después
entendió que el francés preguntaba por el señor Cortés, gerente de
la empresa, para comunicarle el éxito en su
trabajo. _________________ Ps. Humberto Marin Uribe
Director Area Psicosocial INKAN Chile http://www.inkan.org/ | |
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losvi Forista
junior
Registrado: 20 Ago
2004 Mensajes: 6 Provincia o estado y pais: Concepción
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Publicado: Mar Ago 31, 2004 5:31 pm Asunto: Re: Psicologia de
la Emergencia |
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hmarin escribió: |
Conciente que la Psicologia de Emergencias es
algo muchisimo mas complejo que lo que puedo entregar en un
simple texto, espero que este documento sea el puntapie incial
para continuar con una discusion de estas tematicas.
Saludos para todos. Humberto Marin U.,
"Psicologia de la
Emergencia" Ps. Cristian Araya Molina
Resumido y sistematizado por Ps. Humberto Marín
Uribe Vicepresidente FLAPED Federación Latinoamericana
de Psicologia en Emergencias y Desastres
PSICOLOGIA DE
LA EMERGENCIA Hasta ahora los psicólogos se han
preocupado de la Psicología Clínica, y han aplicando estos
principios al ámbito del diagnóstico y tratamiento de
enfermedades mentales o al estudio del desarrollo infantil,
laboral o educacional. Es el momento de centrar nuestra
atención en los peligros a que nos vemos enfrentados y nos
capacitemos en nuestros lugares de trabajo, Colegios y
Vivienda, con el fin de disminuir riesgos y minimizar la
accidentabilidad.
Actualmente no cabe duda que las
organizaciones estan orientadas a aumentar sus altos
entansares de calidad, productividad e innovación, donde la
forma tradicional de producción y competencia, capital y
tecnología no basta ya que también es necesario incorporar los
conocimientos al recurso humano, los actores de este proceso
son quienes juegan un papel determinante.
La dura
realidad de la economía nos ha vuelto la mirada a lo humano.
De la visión del accidente laboral y de los errores de
producción adscritas al factor humano, se vuelve la mirada a
las condiciones integrales de la situación del hombre en su
trabajo, buscando su bienestar y desarrollo.
1 DEFINICION Definimos a
la Psicología de la Emergencia como "aquella rama de la
Psicología General que estudia los distintos cambios y
fenómenos personales, presentes en una situación de peligro,
sea esta natural o provocada por el hombre en forma casual o
intencional". En este sentido, tenemos que recordar los hechos
ocurridos durante el año 1994 y 1995, como fue el atentado a
la Comunidad Israelita de Argentina y al Metro de Japón, o en
1996 en Perú, todas acciones intencionales en las que, como
consecuencia, tenemos que lamentar un sinnúmero de muertos y
cientos de heridos, los que tendrán secuelas de por vida. La
Psicología de la Emergencia es una parte de la Psicoprevención
y sus principios fundamentales son los siguientes:
--
Muchas desgracias ocurren por la reacción psicológica de las
personas, que por el evento que inicialmente produjo dicha
emergencia.
-- Pretendemos lograr buenos resultados y
sin embargo, tenemos una actitud de indiferencia frente al
peligro, hecho que facilita la ocurrencia de accidentes.
-- Se ha demostrado que la casi totalidad de los
accidentes se producen por fallas humanas.
Frente a
esta situación, la Psicología aún tiene mucho que decir y
mucho por hacer. Tal vez, lo primero consta en desarrollar lo
constructivo del hombre y disminuir lo destructivo de éste.
Desde un accidente casero hasta la guerra, pasando por
el accidente laboral; éstos en su mayoría son producto de los
núcleos destructivos inherentes al hombre. Los psicólogos,
prevencionistas y educadores tienen mucho que aportar. Invito
a leer las siguientes páginas, bajo la filosofía de la
prevención y la prédica de la prudencia frente al peligro.
2 OBJETIVOS
GENERALES DE LA PSICOLOGIA DE LA EMERGENCIA:
-- Describir y explicar fenómenos psicológicos
presentes en una emergencia. -- Identificar los cambios
personales que facilitan el miedo, la angustia y el temor
-- Aplicar técnicas psicológicas en situaciones de
emergencia. -- Seleccionar personal
para integrar grupos de rescate y trabajos de riesgo. --
Capacitar psicológicamente a la comunidad para afrontar
accidentes y así evitar consecuencias mayores una vez
producida una emergencia
3 DESTINATARIOS La
Psicología de la Emergencia está destinada a capacitar a
grupos de rescate, a trabajadores y a toda la comunidad.
Indudablemente que la formación y la capacitación de cada uno
de estos grupos será distinta. Los grupos de rescate se
seleccionarán física y psicológicamente. En la actualidad se
dispone de instrumentos psicométricos para hacerlo. Luego se
les capacitará teóricamente en la materia. Por su parte, los
trabajadores de fábricas, industrias y oficinas tendrán
capacitación específica. La comunidad debe tener claro que los
siniestros, cualquiera sea su naturaleza, son habituales e
impredecibles. Por eso, la conducta debe ser la adecuada en
una emergencia ya que ésta será decisiva para evitar
consecuencias mayores.
4 METODOLOGIA DE ENSEÑANZA
El objetivo de la ciencia psicológica es el estudio del
comportamiento o conducta. A raíz de la complejidad de la
conducta, la psicología debió hacer algo similar a lo
realizado por la medicina. Inicialmente existían los médicos
que trataban a los pacientes o consultantes frente a cualquier
dolencia de éstos. Pero la complejidad del organismo, las
investigaciones científicas y la fuerte tendencia a la
diferenciación de lo común, llevó a los médicos a
especializarse. Entonces, aparecieron los cardiólogos, los
oftalmólogos, los dentistas, etc.. Del mismo modo los
psicólogos también se especializaron. Algunos estudian las
transformaciones que se producen desde el nacimiento hasta la
edad adulta, dando origen a la "Psicología del Desarrollo o
Evolutiva" y otros son los Psicólogos Clínicos que se dedican
al diagnóstico y tratamiento de problemas y enfermedades
mentales.
Por el hecho de ser la psicología una
ciencia de la conducta, ésta se encuentra en cada actividad
humana. Por lo tanto, los actuales desafíos y exigencias,
obligan al profesional para que aplique los principios
psicológicos a las diferentes áreas del saber. Inicialmente
esto se aplicó a la educación, la clínica y al trabajo. Hoy
estas áreas constituyen ramas de la psicología, después de
diseñar sus métodos y realizar investigaciones independientes.
Pero la vida -marcada por el progreso- hace que el hombre
enfrente nuevos riesgos.
Surgen entonces los
prevencionistas alzando sabiamente su voz, señalando normas y
pautas e indicando procedimientos muy acertados para disminuir
los accidentes. Sus planes de prevención los podemos
considerar equivalentes a una prevención primaria.
Lamentablemente estas normas son rebasadas por fallas humanas
o circunstancias diversas y no queda otra alternativa que
actuar. De nuestra conducta dependerá el resultado, si ésta es
calmada y serena, controlaremos la situación, para esto
existen procedimientos.
En Psicología de la
Emergencia, la primera información que debemos entregar a
nuestros alumnos es teórica con el fin de que sepan el por qué
de lo que se les enseña. La psicopedagogía contemporánea dice
que el mejor aprendizaje se logra por comprensión más que por
memorización. Así como, no sólo debemos enseñar que el carburo
reacciona con el agua, sino que también, debemos enseñar a
nuestros alumnos a saber y a comprender que no todo incendio
se apaga con el vital elemento. Pero eso no es todo, es
necesario que nuestro prevencionista conozca una serie de
elementos y de ese modo sepa en teoría cuándo y cómo debe usar
tal o cual procedimiento de extinción. Para lograr que asimile
este conocimiento y pueda utilizarlo en forma espontánea,
necesitamos enseñar de nuevo el mismo contenido, pero con una
modalidad diferente, que lo lleve a poner en acción otras
áreas cerebrales y active otros procesos. El aprendizaje de
esta materia es lento, pero cuando se obtiene no se olvida
jamás.
5 TOMA DE
DECISIONES BAJO PRESION DE TIEMPO Es diferente
escuchar una interesante disertación en un salón pleno de
comodidades, que enfrentar una real situación de emergencia,
donde el dominio, los argumentos y los conocimientos, por el
bloqueo emocional, es muy posible que éstos se nos olviden.
En una emergencia, codificamos y descodificamos una
gran cantidad de información, redundando en una organización y
acción contra el tiempo. Por ser una situación de peligro, el
miedo y la angustia pueden bloquear nuestro desempeño
intelectual. Para que esto no ocurra, existen ejercicios de
fácil aplicación y con buenos resultados que permiten
familiarizarse con situaciones de estrés.
6 ROL DE LOS HEMISFERIOS CEREBRALES
EN ACTUACION DE EMERGENCIA Uno de los desafíos más
importantes que enfrentan los prevencionistas y socorristas,
lo constituye la enseñanza del control de la conducta en
situaciones de emergencia. La primera opción utilizada para
dichos efectos, ha sido la divulgación de informacion, la
asistencia a charlas, los cinco minutos de reflexión antes de
iniciar el trabajo, etc. El balance puede ser considerado
bueno, pero perfectible.
La ciencia psicológica, a
través de sus investigaciones, ha realizado importantes
descubrimientos que pueden ser aplicados para el control de la
conducta en emergencias. Una de estas ramas es la
Neuropsicología que estudia la relación existente entre el
cerebro y la conducta y las zonas cerebrales responsables de
los diferentes comportamientos; ella nos proporciona
conocimientos acerca del cerebro que nos permiten comprender
el por qué se actúa de un modo distinto en situaciones de
emergencia que en tiempos de paz. Existe acuerdo entre los
autores en plantear diferencias estructurales y diferencias de
rendimientos frente a diferentes tareas en cada hemisferio
cerebral. Es así como se ha logrado establecer, por ejemplo,
que la capacidad de reconocer rostros y de colocar la prendas
de vestir donde corresponde está en el lóbulo occipital
derecho y el lenguaje en la zona fronto temporal izquierda.
También se ha concluido que el hemisferio izquierdo es el
encargado de actuar y dirigir nuestro comportamiento en toda
actividad lógica, ordenada, organizada y secuencial. Por lo
tanto, cuando se enfatiza la importancia de la prevención o
cuando en el colegio se realiza la "Operacion Deyse", nuestro
comportamiento está determinado principalmente por el
hemisferio izquierdo de nuestro cerebro. Estamos de acuerdo en
que es la primera instancia o estructura mental que debemos
abordar. Pero la constante participación en rescates y
siniestros nos plantea algunas preguntas: ¿por qué las
personas se bloquean intelectualmente al momento de enfrentar
una emergencia?, ¿por qué se cometen errores increíbles que,
una vez terminada la emergencia, los protagonistas se
recriminan? Las respuestas nos la da la Psicología de la
Emergencia.
En el momento de enfrentar un peligro,
nuestro organismo pasa de un estado de indiferencia a un
estado de máxima alerta, experimentando diversos cambios
fisiológicos, que traen como consecuencia cambios en lo
psicológico. En estas circunstancias, nuestro comportamiento
lo determina principalmente, el hemisferio derecho que se
caracteriza por ser emocional, analógico, etc.. Este
hemisferio es rico y autogéneticamente el más antiguo; todo
nuestro pasado animal está impreso en él.
El hombre
primitivo aparte de luchar contra las inclemencias de la
naturaleza, tenía que combatir contra animales voraces. La
Psicología Comparada reporta curiosos hechos relacionados con
la seguridad y la sobrevivencia. Estudiosos de la zoología han
investigado que ante una situación estresante, los seres vivos
inferiores responden básicamente de dos maneras: con agresión
o con escape, lo que se traduce dentro del repertorio del
comportamiento primitivo humano en 'hacer cosas' (sean
correctas o no), o caer en un shock de bloqueo comportamental;
este repertorio comportamental en el hombre vendría desde sus
antepasados, y surge tambien como comportamiento
escencialmente en las personas a las cuales no se les ha
entrenado diferencialmente sus distintos hemisferios
cerebrales.
Podemos afirmar que el hemisferio
izquierdo procesa la información abstracta, racional,
conceptual, proposicional de procesos lógicos analíticos,
etc.. Tiene prodominancia en las tareas que involucra las
matemáticas, como por ejemplo la secuencia numérica; en la
organización gramatical de palabras; en la coordinación
motora, y en la secuencia en el tiempo. Además, el hemisferio
izquierdo regula o inhibe la ansiedad que proviene del
material emocional del hemisferio derecho.
En cambio
el hemisferio derecho prevalece en tareas que regulan
imágenes, actividad visual, manipulación de relaciones
espaciales y comprensión simultánea de una totalidad
significativa a partir de fragmentos.
William James
sostuvo que la emoción actuada tenía los mismos efectos que la
auténtica, hoy mantenemos este principio y lo utilizamos en la
educación de nuestros hemisferios frente a una emergencia. El
aprendizaje, estará dado por la utilización repetida de una
vía nerviosa que surgirá como consecuencia de la experiencia
individual. Basados en los aportes neuropsicológicos podemos
decir que la primera instrucción debe ser siempre teórica,
mediante charlas de seguridad e información sobre el uso de
elementos, por ejemplo, la forma de utilizar un extintor.
Desde el punto de vista neuropsicológico, estamos
trabajando con el hemisferio izquierdo. Pero no es suficiente,
luego viene el simulacro con aviso, que es práctico, para
concluir con el simulacro sin aviso y la inclusión de actores,
que representan diversos roles, tales como heridos, muertos o
histéricos.
Este tipo de entrenamiento es la
aproximación más cercana a una verdadera emergencia. De este
modo estaremos educando nuestro hemisferio derecho; en otras
palabras, racionalizando lo emocional y emocionalizando lo
racional.
Estudios realizados por distintos autores
demuestran que en la medida en que nos familiarizamos con un
objeto o situación peligrosa, ésta va perdiendo sus cualidades
amenazantes, lo que se traduce en un menor impacto orgánico.
Sabemos que uno de los principales temores humanos es a lo
desconocido. Pero nuestra enseñanza para educar los
hemisferios tiene una etapa final que llamamos "entrenamiento
a presión" y que consiste en someter a los participantes a un
intenso nivel de estrés, similar al que se produce y generan
los seudo colaboradores en una situación de emergencia real.
Generalmente, al inicio se observan vacilaciones y
estremecimientos, pero al poco tiempo surge la tranquilidad y
el autocontrol.
Los neuropsicólogos y estudiosos de la
actividad hemisférica cerebral hablan de la memoria procedural
u orgánica. En la medida en que nuestro organismo practique
con frecuencia una conducta, ésta pasa a ser orgánica, es
decir, tanto se incorpora que se torna automática.
7 EL MIEDO: REACCION
PSICOLOGICA ANTE UNA SITUACION DE EMERGENCIA El
miedo es una reacción permanente del individuo frente al
peligro que frecuentemente da lugar a actos emocionales
repentinos que pueden parecer heroícos. Una publicación
sostenía, que en la guerra eran pocos los hombres que no
conocían el miedo, y que estos sujetos no sólo eran anormales,
sino que también peligrosos, ya que tenían su mente endurecida
para vivir una emoción. En muchas ocasiones el miedo se puede
expresar con torpezas, incluso en tareas rutinarias. Nuestro
quehacer bomberil normalmente implica la confrontación con
situaciones que alteran el estado de indiferencia de la
persona; por esta razón, es conveniente tener claro los
niveles particulares que son afectados. En la medida en que la
persona comprenda los cambios que en ella se producen, ésta
será capaz de controlar su propia reacción y por lo tanto, su
desempeño será óptimo.
Ante un peligro se producen
alteraciones, se dilatan las pupilas y se aumenta la
frecuencia respiratoria, lo que favorecerá un mayor aporte de
oxígeno a las celulas cerebrales. Además el oxígeno permite
reconvertir al ácido láctico en glicógeno, con esto, nuestros
músculos no se paralizan y se puede continuar la acción.
Es interesante mencionar que el hecho de tener energía
para desplazarse contribuye a una buena adaptación.
Observaciones hechas con animales demuestran que la falta de
energía genera neurosis. Los músculos funcionan con glicógeno;
la reserva se encuentra en el hígado, donde luego de pasar a
la sangre se dirige a los tejidos correspondientes. Con el fin
de mantener el nivel y el ritmo de actividad deseable, se
recomienda a los grupos de rescate que estén premunidos de
caramelos para así compensar el gasto de energía que implica
su labor. Al aumentar el tono muscular, la capacidad de
movimientos encontrará a la persona en óptimas condiciones.
También se produce una aceleración del ritmo cardíaco, lo que
permite un mayor aporte de oxígeno y nutrientes a los
distintos niveles de la economía orgánica.
Sin
embargo, estas sobrecapacidades pueden verse favorecidas o
interferidas, según sea la reacción de la persona ante la
situación de peligro, la que nos produce esta ruda emoción
llamada MIEDO.
Sólo la capacitación permite que nos
aproximemos a una respuesta edecuada frente al peligro. El
control de la conducta humana frente a una emergencia, evita
desgracias y consecuencias lamentables; para ello, el
conocimiento y dominio de sí mismo, es esencial.
8 ETAPAS DEL MIEDO Y FORMAS DE
APARICION En la actualidad a diario se crean nuevos
aparatos que llevan a la aparición de nuevos riesgos. Es
importante entonces, descubrir el fenómeno clave en toda
emergencia: EL MIEDO.
Se han documentado seis estados
del miedo que perfectamente podemos aplicar a la persona que
esta frente al peligro. A estos seis niveles de miedo,
deseamos agreagr uno más: el "0", que se refiere a la persona
que no siente miedo, la que es contraindicada para intervenir
en una emergencia. Este tipo de personas generalmente induce a
otros riesgos. Con el fin de demostrar sus condiciones y
exhibirse, puede producir una catástrofe peor que la inicial.
1. El miedo como prudencia. La persona está consciente
del peligro y cualquier acción que emprenda estará siendo
controlada psicológicamente por el sujeto.
2. El miedo
como precaución. La persona toma todas las providencias del
caso para enfrentar el peligro. Mantiene una actitud serena y
su conducta es apropiada a la situación.
3. El miedo
como prevención o alarma. La persona está nerviosa y
vacilante. Este estado del miedo presenta inconvenientes para
la labores propias de la intervención en emergencias.
4. El miedo como angustia aguda. La persona pierde el
control de sí mismo y genera una nueva emergencia. En este
caso, se le debe atender inmediatamente y se le debe sacar del
lugar, ya que su conducta puede ser el punto de partida para
el pánico.
5. El miedo como espanto. La persona es
dominada por los actos reflejos, la cual es prácticamente
incapaz de emprender alguna acción adecuada frente a la
situación.
6. El miedo como terror. La persona se
paraliza por el miedo, es incapaz de darse cuenta de lo que
sucede, experimentando, por lo general, relajación de
esfínteres. No olvidemos que la descarga de adrenalina, en
sobredosis, puede tener efectos letales. En el terremoto de
abril de 1992 en Alemania murió una sola persona, y no murió
por lesión física sino que por miedo.
El miedo es
contagioso y se transmite en forma automática. No se necesitan
palabras para que esto ocurra, basta sólo una mirada o un leve
gesto para que esta ruda emoción se exteriorice a los demás.
Cuando el miedo se hace colectivo, no sólo cambia de nombre,
sino que también su dinámica. La razón y la lógica en el miedo
o en el pánico, al igual que en el temor y la angustia, se
subordinan a las leyes mágicas de la emoción. Es decir,
nuestra conciencia transforma la relación con el mundo y el
mundo cambia las cualidades con la conciencia. El mundo es la
captación de relaciones nuevas del objeto o situación.
Recordemos por un instante las acciones irracionales que crean
las personas frente a un peligro real o imaginario y cuantas
de estas conductas, muchas veces, tienen efectos dramáticos.
En una ocasión, la reacción precipitada de un señor provocó un
incendio. Inicialmente su estufa se inflamó, pero sin mayores
consecuencias ni riesgos; no obstante el dueño de casa se
asustó y le lanzó agua, lo que produjo un principio de
incendio. Al enfrentar una situación de peligro, lo primero
que se produce es la percepción de la situación, pero al mismo
tiempo una evaluación de ella. La evaluación tiene como
objetivo la supervivencia. Existe un instinto de conservación
que desencadenará la huída o la aproximación, dependiendo del
punto que se estimule en el hipotálamo, tal como fue señalado
anteriormente.
Existen varias publicaciones
relacionadas con el miedo, pero muy pocas sobre la forma de
como dominarlo. Algunos autores afirman que la valentía no
consiste en no tener miedo, sino en dominarlo y continuar en
la línea de la conducta elegida. Esto supone un manejo de
técnicas, junto a una capacitación tanto teórica como práctica
en forma constante. Podemos condicionar nuestro sistema
vegetativo. El sudor, los latidos, etc., pueden ser
modificados mediante la aproximación sucesiva a situaciones de
miedo.
El problema es complejo y la solución difícil;
sin embargo podemos decir que su serenidad está directamente
relacionada con el éxito de la gestión y con la eficacia de
los colaboradores. Es fundamental que en una emergencia se
destine el mínimo de personal
para cada labor. La congregación de personal
sólo lleva a la contemplación impasible de la situación. Un
estudio publicado por la Universidad de Marburgo, concluye que
la disposición y ayuda decrece en cuanto más personas se
encuentren presentes, debido a la reducción de la
responsabilidad, por cuanto cada persona sabe que cada uno de
los demás puede prestar auxilio.
La distribución
previa del personal,
que ocurre ante una emergencia, facilita el desempeño en
terreno, ya que en el momento en que se le asigna una labor al
socorrista, éste comienza a organizarse mentalmente. Las
imágenes de una situación constituyen, en cierto modo, la
situación misma. Recordemos lo que ocurre cuando imaginamos un
hermoso paisaje. En gran medida lo estamos viendo; del mismo
modo también, un hecho desagradable lo estamos enfrentando. Es
importante mencionar que existen labores que pueden ser
realizadas por cualquier socorrista y otras que deben ser
realizadas única y exclusivamente por los especialistas. El
mando (las personas que están al mando del incidente) no debe
trabajar a no mediar que sea imprescindible su acción, ya que
se expone a perder la visión de conjunto.
De las
descripciones del miedo, las más interesante la hizo J.P
Sartre "Si usted tiene una pistola y me apunta, yo siento
miedo. En ese momento la persona reacciona frente a un objeto
presente. La persona apuntada piensa que al otro se le puede
escapar un tiro o volverse loca y matarlo".
Pues bien,
si le entregamos la misma pistola a la persona que era
apuntada inicialmente, ésta ya no siente miedo sino angustia.
Piensa en ese instante. "No se me vaya a escapar a mi un tiro;
no me vaya a volver loca y lo mate".
La angustia, es
por lo tanto, miedo a la propia libertad, a lo que yo sea
capaz de hacer en un momento dado. ¿No es acaso lo mismo que
se nos produce en una situación de emergencia?.
9 LA RESILIENCIA (CAPACIDAD PARA
SUPERAR LA ADVERSIDAD) En estos ultimos años, un
término que se utiliza en física, se ha incorparado también a
la ciencia que estudia la conducta y la psicología humana; nos
referimos al concepto de resiliencia, definida como la
capacidad para superar la adversidad y salir fortalecido de
ella incluso, mejorado de ella.
La principal
característica del perfil resiliente, lo grafican las personas
que pueden resistir la adversidad y convivir con los factores
de riesgos sin involucrarse, distanciándose emocionalmente con
los elementos defensivos necesarios.
10 REACCIONES EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA. La reacción psicológica de las persona
en situaciones de emergencia puede ser muy distinta en cada
una de ellas. Esto se debe fundamentalmente a la complejidad
de nuestro comportamiento. Recordemos que la conducta o
comportamiento se refiere a cualquier acción que ejerce un
organismo y que tiene consecuencias, tanto internas para el
propio individuo, como externas para él y los demás.
Nuestro comportamiento produce modificaciones en el
medio y en las personas que están junto a nosotros, pero éstas
no siempre son las mismas. "Nunca te bañarás en el mismo río"
decía Heraclito y se refiere fundamentalmente a la complejidad
del comportamiento; sé de un bombero aragnofóbico, pero que no
le tiene miedo a las arañas cuando está en un incendio, en
cambio en una habitación y en circunstancias normales, se
desorganiza.
En situaciones de emergencia grupales,
hay una tendencia a la exacerbación de los rasgos de las
personas, pero también hay características propias de la masa.
Junto a una pérdida de razonamiento, la responsabilidad
disminuye y los límites sociales se extienden incluso hasta
desaparecer. Por ejemplo en situaciones de emergencia nos
percatamos de conductas psicopáticas . En una gran inundación
que ocurrió el año 1982, observé a personas nadar tras un
televisor que no les pertenecía. También se puede producir una
alteración de la percepción como consecuencia de un cambio en
la intencionalidad de la conciencia; vemos lo que queremos ver
y creemos lo que queremos creer.
En una emergencia
pueden aparecer líderes espontáneos, personas que reaccionarán
heroícamente, apáticamente y otras que deambularán de un lado
para otro, bloqueados emocionalmente por lo que ocurre. Un
grupo de ellos puede accidentarse, porque su conducta es casi
una conducta obnubilada, es decir, con un transtorno de
conciencia.
11 LA
COMUNICACION VERBAL EN SITUACIONES DE EMERGENCIA
Como ya se ha dicho, una situación de emergencia es la
ruptura de la armonía, un quiebre de la seguridad y un desafío
para los participantes. Esta caracterización implica que para
realizar en la mejor forma nuestra acción, la transmisión de
los mensajes que nos entregan deben ser verificables, para
constatar que el emisor realmente dijo lo que dijo y el
receptor escuchó lo que escuchó. Especial mención merece la
comunicación con los extranjeros. Una vez un alumno me contó
que por un error de apellido un supervisor detuvo el
funcionamiento de una planta. Se trataba de un francés,
experto en calderas. Éste fue llamado especialmente para que
hiciera funcionar la planta ya que ésta presentaba un problema
muy complejo hasta ese momento. El gerente de esa empresa se
apellidaba "Cortés". El francés logró solucionar el problema y
con mucha alegría corrió e irrumpió en la Sala de Control y en
su media lengua extranjera dijo: ¡"cortes, cortes, cortes"!.
Ante esta situación, el jefe de mantención de inmediato
desconectó todos los equipos. Después entendió que el francés
preguntaba por el señor Cortés, gerente de la empresa, para
comunicarle el éxito en su trabajo. |
Estoy bastante al tanto de los postulados
de Araya referente a la Psicologia de Emergencia, lo unico que me
deja con un sinsabor es lo autoreferente de la publicación, tienes
conocimiento de otros autores que traten este tema al nivel de
Araya _________________ César Villouta Uribe Bombero
Rescatista Cuarta Cía. Bomberos Concepción | |
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