1.
INTRODUCCIÓN
Giuseppe
Mazzini
(1805-1872), político italiano, luchó a favor de la unificación italiana
defendiendo la opción republicana.
Nacido
en Génova el 22 de junio de 1805, era hijo de un doctor y estudió Derecho en
su ciudad natal. Protestó enérgicamente por la incorporación de la república
genovesa al reino de Cerdeña en 1815. En 1827 se unió a la sociedad
revolucionaria de los carbonarios, pero abandonó esta organización por su
ineficacia después de haber sido encarcelado en Savona (1830-1831). Abandonó
Italia, y siguiendo los modelos impuestos por los liberales españoles años
antes, fundó la sociedad Joven Italia en la ciudad francesa de Marsella en
julio de 1831, de la cual se establecieron delegaciones en muchas ciudades
italianas. Mazzini opinaba que los levantamientos armados coordinados eran el
instrumento con el que el pueblo podría derrocar a los príncipes italianos y
expulsar a los austriacos de las zonas de la península Itálica que mantenían
ocupadas, para poder constituir un Estado italiano unificado bajo una forma
republicana.
2.
CONSPIRACIONES
FALLIDAS
Mazzini
fracasó al intentar promover en 1832 un alzamiento republicano en el reino de
Cerdeña, y, en ausencia, fue condenado a muerte. Expulsado de Francia, se
trasladó a Suiza, donde continuó conspirando contra el gobierno sardo hasta
que en 1834 alentó otra sublevación fallida. Mientras tanto estaba convirtiéndose
en el adalid del nacionalismo europeo y había organizado una Liga de los
Pueblos, integrada por diversas asociaciones que él mismo fundó: Joven Europa
(1834), Joven Alemania (1835) y Joven Suiza (1835). En 1837 se refugió en
Inglaterra.
El
periodo más importante de su trayectoria política tuvo lugar durante las
revoluciones de 1848, cuando regresó a Italia y fue elegido uno de los
dirigentes de la proclamada República Romana. Sin embargo, Mazzini se vio
obligado a huir de nuevo tras la caída de este régimen en julio de 1849, y la
consiguiente reinstauración del papa Pío IX propiciada por la intervención de
las tropas francesas. Tras regresar de su exilio en Londres, sus intentos para
provocar rebeliones republicanas en Mantua (1852) y Milán (1853) fracasaron y
el liderazgo del movimiento nacionalista italiano fue asumido definitivamente
por los partidarios de una monarquía liberal, encabezados por el jefe de
gobierno del reino de Cerdeña, Camillo Benso, conde de Cavour.
3.
LOS
ÚLTIMOS AÑOS Mazzini
regresó a la península Itálica en 1859, pero no vio con agrado el régimen
monárquico que se adoptó dos años después, cuando se creó el reino de
Italia y se rechazó el establecimiento de la república por la que había
luchado. Estaba organizando una insurrección para conquistar Venecia y Roma
cuando entre agosto y septiembre de 1870 fue encarcelado en Gaeta. Mientras
tanto, quien desde 1861 era rey de Italia, Víctor Manuel II, entraba en Roma.
Mazzini se retiró a Pisa debido a sus problemas de salud, donde el 10 de marzo
de 1872 falleció.
Mazzini
desempeñó un papel fundamental en la unificación de Italia. Su incesante acción
para convertir los territorios italianos en una república unitaria obligó a
los grupos más conservadores a tomar parte en la lucha, y su concepción
popular del nacionalismo encontró el apoyo de muy amplios sectores de la
sociedad. El advenimiento de la república en Italia en 1946 fue un
reconocimiento tardío a sus ideas.
Fuente: Enciclopedia Encarta