Cultura

  Domingo 2 de Noviembre de 2003

El lenguaje en la TV
Se empaña una noble profesión

Muchos animadores confunden lo popular con lo vulgar

La siguiente es la octava y última nota de la serie que publica LA NACION, en la que especialistas de la cultura, la educación y la radiodifusión reflexionan sobre el mal uso del lenguaje en la televisión.

Es indiscutible el uso pobre, paupérrimo -no "repobre" como diría algún locutor de la especie- y vulgar de la lengua en boca de ciertos animadores de la TV. Y esto a lo largo de las 24 horas. Hay dos tipos de locutores en esta deformación. Los que son netos discapacitados verbales y no pueden hablar de otra manera. Estos no deberían estar frente a micrófono y cámara, al menos hasta que se capaciten. Empañan una noble profesión.

Al cirujano le pedimos que sea experto en el manejo del bisturí, y si es un incapaz, se lo denuncia por mala praxis. La lengua es el más perfecto sistema de comunicación inventado por el hombre. ¿Cómo es posible que el empleador no le exija un manejo firme del instrumento verbal a quien se vale de él como vía fundamental de trabajo comunicativo?; es una aberración. Pero allí permanece frente a cámara tartajeando y envileciendo la palabra, seguro de que no será objetado por mala praxis.

Este guaso verbal se ampara en que él habla como habla el pueblo, confundiendo lo popular con lo vulgar. Dice que elige hablar así. Nada elige, es un determinado por sus limitaciones. Recuerda la frase de Lugones: "Esos que proclaman la libertad de no hacer lo que no pueden". Y cuando hablo del manejo de la lengua me refiero a un uso correcto y preciso, no a fileteados expresivos.

El otro tipo es aquel que sabe expresarse bien y no lo hace, porque estima que, hablando groseramente, capta público. Menudo favor le hace al pueblo destinatario al descalificarlo como merecedor de su discurso degradado y estrecho. Es un despreciable y viejo recurso populista que inventaron los romanos: pan y circo. No promueva al pueblo, dele más de lo mismo, "no sea que empiecen a pensar".

Hacerse cargo

El buen socialista inglés y antiestalinista George Orwell, en "1984", propone la "neolingua": un idioma que va siendo reducido gradualmente a la menor cantidad de voces posibles. De esta manera se logra limitar la capacidad de pensar del pueblo y se lo prepara para el sometimiento totalitario. No es buen signo para la TV que se haya titulado a un programa "Gran Hermano" con la apelación denunciante que usa Orwell en su libro.

La responsabilidad social de los medios de comunicación es cosa seria. Y así deben entenderlo las autoridades políticas y educativas. Entre tanto alguien se haga cargo, se siguen sumando aprobaciones a nuestra declaración. Nos han alentado en nuestra preocupación más de treinta radios que nos entrevistaron. La Academia Porteña del Lunfardo acaba de manifestar su firme adhesión y reitera una prédica anterior en igual sentido.

El diagnóstico es el primer paso, pero la radiografía no cura. Menos, la actitud necia del que rompe el cristal que lo refleja.

Estimo que la reciente convocatoria, ya iniciada con una reunión, por parte del Comfer, a integrar un foro donde se debata esta cuestión -y otras- y donde se busquen soluciones a estas lacras que empañan la promoción cultural del pueblo abre una gran posibilidad. No la desperdiciemos.

Descreo de la doble advertencia que me han hecho dos amigos: "Esto será puro gatopardismo"; el otro me recordó el dicho de Perón: "Si quiere que una cuestión no se solucione, cree una comisión para estudiarla". Apostemos a que todo lo podremos entre todos.

Por Pedro Luis Barcia
Para LA NACION

El autor es presidente de la Academia Argentina de Letras y profesor titular de la Universidad Austral.

http://www.lanacion.com.ar/03/11/02/dq_541501.asp
LA NACION | 02/11/2003 | Página 19 | Cultura


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