NEO
GENESIS EVANGELION:
-SEELE
ATTACK-
Hace
ya varios años, cuando aún la tierra relucía esplendorosa, cuando los hombres
vívian en paz en sus fertiles y verdes tierras y todos eran libres para
vivir, cuando aún era un lugar en el que poder soñar y poder realizar tus
ilusiones, un sucesó rompió esta estabilidad por la que el hombre había
luchado tanto, provocando así el regreso a las andadas, volviendo a traer la
destrucción y la guerra...una vez más.
Yo
era un simple soldado de la Onu, ansioso de aventuras, de espiritu joven y algo
imprudente, no tenia un objetivo claro en la vida, sólo vivir el instante y
dejarme llevar. Estaba en misión de reconocimiento, pues un satélite capto
algo en la Antartida, bajo sus extensas capas de hielo, nadie nos dijo en ningun
momento de que se trataba, pero yo sentía que no podía ser nada bueno.
Nadie
sabía que estaba sucediendo allí, eso que captó el satelite era una especie
de ser inmenso, al cual llamaron ADAM, al que más tarde se le conoceria por el
1º Ángel.
Inmediatamente
despues de desenterrarlo la tierra empezó a temblar, las capas de hielo bajo
nuestros pies empezaron a quebrarse.
Los
helicopeteros empezaban a hundirse en el hielo arrastrando a varios hombres que
desesperados intentaban huir.
La
gente corria por todas partes sin saber a donde dirigirse pero yo sabia muy bien
lo que el protocolo de evacuación indicaba.
Corrí
hacia la base que estaba a unos 200 metros y subí al avión de transporte donde
se trajo todo el material científico, y al entrar me di cuenta de que no era el
único que había pensado en ello. Unos cuantos hombres me miraban como
preguntandome que sucedia alli...yo no tenia la respuesta.
De
inmediato la base empezó a hundirse y el avion empezó a avanzar cerrando la
puerta de descarga dejando a varios hombres ahi abajo, que intentaban como
podian agarrarse y subir en el.
Cada
vez el hielo se hundia en el agua oscura mas cerca nuestro avanzando a gran
velocidad. Los de a bordo empezaron a gritar de temor y moviendose de un lado a
otro, como un raton atrapado en una caja de zapatos.
El
avion seguia avanzando en la pista de la base que tras nosotros se iba
hundiendo.
Ya
no habia hielo tras nosotros y el agua empezaba a alcanzar las ruedas traseras
del avion.
Parecia
una pelicula de acción aunque hubiese preferido no ser el protagonista.
Al
cabo de unas horas, cuando al fin había logrado dormirme, un fuerte destello
inundó el ambiente de una luz clara y cegadora que entraba por las pequeñas
ventanillas y unos instantes despues una fuerte sacudida como la de una onda
expansiva tras una explosión hizo vibrar bruscamente el avión. Eso causo un
fallo general en la nave, apagando el primer motor y al cabo de unos segundos el
tercero y el cuarto, pero parecia que el segundo resistia.
La
gente se sentó donde pudo y se agarraron a las cintas elasticas amarillas que
sugetan la carga. Sus caras lo decian todo.
Todos
mirabamos al 2º motor deseando que no se parase, con el podiamos mantenernos un
rato en el aire. Pero la ilusion se desvaneció pronto, el 2º motor se incendió
y el avión empezó a descender.
Ya
solo quedaba rezar.
Unos
segundos mas tarde veía los arboles por la ventanilla pasar a una velocidad
asombrosa, e inmediatamente se pudo escuchar el crujido de ramas...el impacto
iba a ser brutal.
...
Lo
único que recuerdo es que me desperté tendido en una camilla, y varios hombres
enmascarados no paraban de observarme.
Una
gota de sangre recorría mi frente, lentamente.
Los
restos del avión estaban esparzidos por todas partes, rodeados por llamas que
intentaban apagar varios hombres armados con mangeras.
Me
dejaron en el suelo, junto a muchos cadaveres, al parecer habia tenido mucha
suerte.
Uno
de esos hombres me inyectó algo en el cuello, mis ojos se iban cerrando
lentamente. Desperté en una habitación pequeñisima unos dias después, todo
vendado y con una bata blanca,
La
sala tenía las paredes blancas y dos cámaras que no cesaban de mirarme, y un
vidrio oscuro muy grande en la pared, en el centro, una mesa pequeña con dos
sillas.
Estaba
totalmente perdido, no entendía absolutamrnte nada de lo ocurrido, sólo se que
me dolia todo.
Tras
varias horas dando circulos en esa sala esperando algo, un hombre entró y me
puso al dia. Me dijo que un meteorito impactó sobre la tierra acabando con mas
de la mitad de su población y que yo les era de vital importancia para ellos.
Al
oir eso las piernas me fallaron y no pude evitar soltar unas lágrimas.
A
pesar de eso, yo nunca creí que "eso" fuese un meteorito.
Le
pregunté si me debía considerar "prisionero", y fríamente me
contestó:
-"Prisionero
no..., afortunado tal vez".
Dias
despues me dejaron salir de la sala. Ya estaba harto de tantas pruebas y
experimentos raros, de que me llamasen nº2, de que nadie me explicase nada, y
de no poder salir de ahi.
Pero
el paseo se fastidió, pues una alarma empezó a sonar y todo de gente empezó a
salir de todas partes, corriendo alterada de arriba y abajo, yo intentaba parar
a uno de ellos para preguntar que sucedia, pero me ignoraban y seguían su huída.
Entonces
una fuerte explosión derribó parte del techo, llenando el pasillo de humo y
atrapando bajo los escombros a mi acompañante,...el holocausto se apoderó de
todo ese complejo...
No
tardé en reaccionar y darme cuanta de que esa era posiblemente la única
posibilidad se salir de ahi. Trepé con ayuda de las manos por los escombros que
había caido del techo hasta llegar a la planta de arriba.
Habian
varias oficinas con sofisticados ordenadores.
En
el fondo de la sala había un ascensor...parecía la mejor opción.
Corrí
hacia él y entre con otras personas igual de desconcertadas que yo.
Uno
de ellos, vestido con una bata blanca le dijo a otro:
-Yo
ya lo dije, pero no me quisisteis hacer caso, y ahora todos pagaremos las
consecuencias...-
El
otro se lo quedó mirando, estupefacto.
Al
abrirse las puertas, la gente se abrió paso a base de empujenos y codazos,
estaban locos por salir, igual que yo.
Estabamos
en la planta más alta que había, y desde la ventana pude observar la ciudad en
llamas, edificios destruidos, y columnas de humo que surgian de todas partes
cubriendo el horizonte de gris.
Mis
compañeros de ascensor subían por unas escaleras estrechas y metalicas, por lo
visto sabían muy bien donde dirigirse así que les seguí.
Al
llegar al final de esa escalerita una fuerte brisa que olía a quemado me
acarició la cara. Estabamos en la azotea, donde esperaba un helicoptero con el
motor encendido.
La
gente fué subiendo en él y sin esperar empezó a elevarse.
Yo
corrí hacia ellos gritando y moviendo los brazos de un lado a otro para
conseguir su atención. Les grité que no hiciesen eso, era un suicidio, no debían
ir en helicoptero, pues si les entraba ceniza en el motor, el helicoptero se
estrellaría, pero nadie me prestó atención.
No
recorrieron muchos metros cuando ocurrió lo que predige, el motor empezó a
sacar humo y el helicoptero empezó a girar sobre si mismo y a descender.
El
piloto hacía lo posible para controlar el aparato pero sus esfuerzos fueron
nulos, y lo único que logró fue acercarse a la azotea.
No
cesaba de girar y definitivamente impactó con el borde del edificio, no logró
llegar a la azotea. Pero para mi sorpresa el helicoptero no cayó,
afortunadamente se había quedado sostenido boca abajo en grupo de cables
gruesos que colgaban hasta otro edificio. El piloto impactó bruscamente con el
vidrio de delante, tras el fuerte impacto contra estos cables, dejando correr
unas gotas de sangre de su boca que mancharon el vidrio de rojo.
En
seguida, el vidrio en el que el piloto estaba tendido empezó a agrietarse por
multiples lugares. El hombre, aterrado por el vacio que tenia bajo suyo empezó
a moverse bruscamente intentando incorporarse, pero lo único que consiguió fue
hacer ceder un poco al helicoptero entre los cables y agrietar mas el vidrio.
Era
un espectaculo aterrador, ver toda esa gente como sardinas enlatadas, sabiendo
que en cualquier momento podían morir, y yo ahí, mirando, sin poder hacer nada
para ayudarles.
Como
era de esperar, el vidrio se partió en miles de pedazos y el piloto salió
despedido al vacío. Preferí ni mirar, pero lo que no podia evitar era oir sus
chillidos, hasta que cesaron.
La
gente atrapada dentro de ese amasijo de hierros empezó a gritar y a intentar
abrir la puerta, pero los cables lo impedian. Tampoco había donde ir.
No
podía quedarme ahí, mirando. Empezé a buscar por mis alrededores algo que me
pudiese dar alguna idea.
Había
una cable muy grueso enrollado en el suelo, esa parecía la mejor opción.
Se
lo lancé a la gente del helicoptero, el primer intento falló, al segundo un
hombre agarró el cable desde la abertura del helicoptero. Le dije que debía de
hacerle un nudo en el mosquetón que había dentro del aparato. Eso aguantaría
un rato hasta que encontrase otra solución.
A
pesar de eso, el helicoptero volvió a ceder aún más entre los cables, ya no
aguantaría otra más, tenía que actuar de inmediato.
El
humo del motor se convirtió en una imensa llamarada que se extendeía hacia
donde se encontraban las personas atrapadas
Sin
pensarlo más salté a los cables con cuidado de no moverlos mucho. Prefería no
mirar abajo.
Me
acerqué con mucho cuidado, de rodillas y sin soltar las manos de los cables.
Al
llegar a ellos varios brazos se extendían hacia mi, y delante de ellos la cara
de un inocente chico que tendría mas de 13 años.
Aparté
los cables de la puerta y la mujer que acompañaba al muchacho me acercó al
muchacho, pero el chico se negaba a soltar a su madre y llorando gritaba: -Mamá,
Mamá, no me dejes... La que supuse que era la madre del chico me agarró y me
dijo: -Por favor, llevalo contigo, sacalo de aquí, y cuida de él.
Miré
a la mujer a los ojos, la cual agachó la cabeza y volvió a meterse dentro de
la nave, llorando. La otra gente me gritaba y me pedian ayuda. Les alerte de que
el cable aguantaria maximo a dos personas así que se había de evacuar uno por
uno.
Cuando
ya estaba apunto de llegar a la azotea un estremecedor rudio sonó detras
nuestro. Los cables no aguantaron más el peso del aparato y se partieron por la
mitad.
El
vehiculo cayó y un fuerte impacto sonó bajo nuestro.
Nosotros
dos, aún estando en los cables caímos pero mis reflejos junto a un instinto de
supervivencía hicieron que me agarrara a uno de ellos dejandonos colgando.
Mi
mano sujeta a ese grueso y negro cable empezó a deslizarse. Si soltaba al chico
lograría escalar y salvar la vida, ademas, le ahorraria el sufrimiento de vivir
con la perdida de su madre, pero no lo dude, o nos caeriamos los dos o ninguno
lo haría.
Teniamos
en frente una ventana, la del piso anterior a la azotea. Me balanceé sin dejar
de sujetar fuerte al chico, hasta lograr romper el vidrio de una patada y en el
siguiente balanceo nos soltamos dejandonos caer dentro de una de las oficinas.
Miré
por la ventana y todo estaba destruido, y
miles de sueños, ilusiones y esfuerzo consumidos por el fuego. Era aterrador.
Incorporé
al muchacho y le pregunté si estaba bien, y afirmó con la cabeza mientras no
dejaba de llorar. Sabía de muy buena tinta que ese debia
de ser un momento muy duro para él, pues yo de joven, más o menos a su
edad, perdí a toda mi família en un acidente aéreo. Viendo su cara sucio por
el humo y con lagrimas recorriendo sus mejillas me vi a mi cuando tenía su edad
y sucedió eso. Jamás lo olvidaré.
Puse
mi mano sobre su cabeza y apoyé esta sobre mi pecho.
Mientras
recuperaba el aliento tras lo sucedido anteriormente, me quedé pensando.
Le
levanté la cabeza y le mire a los ojos y entonces le dije:
-
No llores pequeño, yo tambien me quedé solo a temprana edad y cada
noche rezé para que alguien me agarrase la mano o para que mis padres volvieran
almenos para despedirme de ellos y darles ese "te quiero" que tanto
necesitaban pero cada mañana era la misma de siempre, soledad y olvido, y por
eso no te voy a abandonar, nunca voy
a dejarte sólo, no puedo ofrecerte más que mi mano y alguien que te quiera-
El
chico, secandose las lágrimas con las manos agarro fuerte mi mano y me abrazó.
Un
lazo de unión y amistad se forjó para siempre en ese instante.
Momentos
más tardes salimos de ahí y embarcamos en un camión de rescate que nos llevó
al refugio, junto a otras personas heridas, con la ropa desgarrada y sucios, que
hacia unos instantes lo habían perdido todo bajo esas nubes negras y los
escombros amontonados por todas partes.
Días
más tarde, despues de todo aquello, el equipo de rescate que fue en busca de
supervivientes volvió al refugio, habiendo recatado sólo 347 personas de las
miles que se encontraban en la ciudad.
Ese
era el preludio de algo terrorifico que iba a suceder y que cambiaría el curso
de la historia para siempre.