Una hermosa mujer, fuerte y poderosa, con una actitud amenazante, sostiene en su mano derecha un grueso látigo mi espalda esta explotada ella descargo su ira sobre mi, cada latigazo hizo que mis gritos desgarraran el silencio. Ahora ella descansa comodamente sentada, no siente ninguna pena por mi, soy su esclavo y merecia cualquier castigo que ella me produjera, es mas ahora debo agradecerle postrandome de rodillas ante ella, mis manos atadas con fuerza a mi espalda me ponen a su merced.

Ella sabe que no he tomado alimentos por 3 dias y que casi muero de sed, asi que me permite beber el sudor de sus pies, cruza su poderoso pie derecho dejando al descubierto sus hermosos pies, lo coloca a la altura de mi boca para que sacie mi sed y ella reciba su tributo como mi ama.

El sabor salado y el especial aroma de sus plantas al haber estado todo un dia encerrados en esos zapatos de tacón me recuerdan mi posición de absoluta inferioridad ante ella, debo lamer cada centimetro porque al menor descuido de mi parte o molestia que le cause el látigo volvera a extenderse , conoceré el filo de tus tacones o la dureza de las puntas de sus zapatos.