Que nadie se deje impresionar por el reparto: la película es pobre y sosa. Por supuesto que DeNiro y Norton están fantásticos (no saben hacerlo mal) pero sus personajes son arquetipos planos.
Nick Wells (DeNiro) es un ladrón que quiere retirarse cuando Max (Brando) le convence para dar un golpe millonario de asombrosa dificultad, aunque esta no se sienta en ningún momento. Nick siempre trabaja solo, pero esta vez tendrá que colaborar con el joven Edward Norton.
La trama tiene poca sustancia, el único papel femenino podrían habérselo ahorrado y no se aprovecha ninguna situación. Parece que al director le diese miedo provocar tensión en el espectador y no quisiese enfadarnos en esta cinta que bien podría ser de Disney.
Marlon Brando, la leyenda viva, no hace absolutamente nadapor la película salvo atacar al director (al que llamaba Peggy como la cerdita de los teleñecos) hasta el punto que tuvo que ser Bobby DeNiro quien dirigiese su actuación. Esto sólo puede pasar en Hollywood: un director expulsado por la estrella, un guión pobre que ve la luz como superproducción.
Sólo para enfermos seguidores de Norton y DeNiro entre los que, por supuesto, me incluyo. |
